Apuntes 105 Es ley que todo organismo se sienta dominado por el espíritu de conservación. Por eso el Estado tiende siempre a conservarse; lucha, como luchamos nosotros mismos cuando se trata de nuestra individualidad, contra las causas que propenden a su destrucción, llegando bien pronto a inmovilizarse, a cristalizarse.
La ciencia evoluciona, las costumbres se transforman, las ideas se modifican, y tal concepción que apareció como un progreso, conviértese en un momento determinado en un obstáculo para toda nueva evolución; las diligencias, que realizaron un progreso cuando vinieron a sustituir a los peatones, pasaron luego a ser una oposición a los ferrocarriles, cuando los dueños de ellas y la rutina de las masas las opusieron a las locomotoras.
El Estado puede ser progresivo una hora: la hora en que se forma; por ese momento es revolucionario y ha abatido a otro Estado anterior. Pero en cuanto se ve consolidado, lucha contra los que desean establecer lo derrocado y contra los innovadores que quieran derrocarlo para ir más lejos. Entonces se convierte en retrógado, y la lucha se hace cruenta entre él y los espíritus apasionados por lo nuevo. partir de este momento encarna en sí todas las fuerzas de resistencia contra los movimientos de avance.
En toda escuela de enseñanza general, cualquiera que sea su grado, hay alumnos calificados como malos, para la escuela. La eficiencia de una escuela general está en razón inversa del número de alumnos que ella califica así, como malos.
En cuanto a los alumnos considerados como mejores, cerca del 90 por ciento de ellos es de auditivos, es decir de escolares que retienen mejor lo que perciben por el oído. En casi todas las escuelas del mundo las cosas están arregladas exclusivamente para estos alumnos.
El 10 por ciento restante, de los alumnos mejores, es de visualistas, obligados por consiguiente a hacer gran