A untos 79 nes. Las decisiones de las mayorías constituidas en tiempos sucesivos y largos (a través de los siglos, como se dice. son las únicas dignas de respeto. En asuntos que no sean de ciencias matemáticas, tales decisiones valen como leyes. Para asegurar la ventura de la Patria, hemos de consultar por consiguiente a los viejos y a los muertos, como lo dice la palabra admirable de Guillermo Valencia. La venerable Antigüedad relata como un día los habitantes de Megara preguntaron al oráculo délfico qué harían para asegurar la ventura de la ciudad; prometiosela el dios si procuraban deliberar siempre con el mayor número, y ellos comprendieron que por estas palabras el dios había querido designar a los muertos más numerosos que los vivos, y, en consecuencia, construyeron su sala de consejo en el sitio mismo que ostentaba los sepulcros de sus héroes. Forest, en el mes pasado, después de examinar los presupuestos de las principales naciones, concluye con esta frase, en Le Matin: Sean realistas, dictatoriales o republicanos, en todas partes los presupuestos padecen de los mismos defectos.
En todas partes, el Estado quiere ocuparse de todo, y como lo hace mal, echa a perder asuntos o negocios que, sin él, caminarían muy bien. En todas partes el elector quiere vivir del presupuesto, sin fijarse en que siendo él quien llena el tesoro, consume su propia sustancia, a más de los gastos inevitables. EN TODAS PARTES, PARA DISTRIBUIR ILUSIONES ENTRE LOS CIUDADANOS, EL ESTADO CONSUME DEMASIADAS REALIDADES.