Liberalism

Apuntes 65 del escenario del mundo. Por encima de las escasas organizaciones colectivistas de muchos países, se alza, a pesar de todo, el experimento social que en proporciones colosales está avanzando en Rusia. Ahí tenemos, ante nuestra vista, un vasto laboratorio de pruebas y experimentos de esa forma de organización política y social tan ardientemente, tan fanáticamente opuesta como una alternativa al Liberalismo y como si constituyera un incontrastable progreso en su contra. En el mundo occidental, y particularmente en los Estados Unidos, no es fácil lograr un auditorio de buena fe ante el cual se haga posible explicar el experimento ruso, o en el que se pueda lograr una amplia consideración mental de los principios sobre que se funda. Ese experimento choca tan rudamente a nuestro sentido occidental del derecho y la justicia, e insulta tan arrogantemente nuestra fe establecida en el Liberalismo, que la mayoría cierra los ojos y la mente sobre lo que está ocurriendo en Rusia, declinando considerarlo, excepto para tenerlo como algo irreductiblemente ilegal. Esta actitud, sin embargo, humanamente no puede aceptarse. La tolerancia para las doctrinas contrarias y una buena disposición de ánimo para oírlas y discutirlas, son elementos esenciales al Liberalismo mismo. Un liberal intolerante debiera tenerse, aunque desgraciadamente no lo sea, como una contradicción terminológica.
Una área que se extiende sobre la mitad de Europa y una tercera parte de Asia, que ocupa casi una sexta parte de la superficie habitable del globo y que tiene espacio para ciento cincuenta millones de seres humanos, no debe ser repudiada ni ligeramente echada a un lado. Cualquier forma de gobierno o nueva forma de organización polí