50 Apuntes de ser también otro de los males provocados por el régimen. Todo lo más, ha habido inquietud verbal de la política, mucho grito artificial, mucha clarinada para despertar multitudes de durmientes. Pero de resto se diría que se han cerrado las puertas solemnes del templo de Minerva y que hay apenas una luz vacilante de la inteligencia colombiana que amenaza perderse.
Sería materia histórica y crítica de lento esfuerzo la de decir si en alguna época pasó el país una crisis tan devastadora como ésta que hay ahora en el espíritu. Ni un libro, ni un gran escritor que haga su aparición, ni una generación que pase por sobre los cadáveres de las anteriores, ni un gesto de brillantez e inquietud. Gramáticos éramos antes, y se consumían vidas enteras sobre el confuso origen de las palabras y sobre la manera de colocarlas en marcha ordenada. La reacción de los hombres de negocios, iniciada al incorporarnos a la vida económica del mundo, despobló al país de gramáticos. Hemos quedado satisfechos de esa depuración, y sin embargo no hemos aprendido a hacer negocios. La fiebre oscura de codicia romántica que se apoderă de nuestros financistas y hombres de comercio en los días de la prosperidad. no está diciendo que todo es endeble, fofo y sin consistencia en el paisaje intelectual de Colombia. Hace muchos años el país adquirió una fama internacional vaga y muy mal cimentada de república intelectual. Bien es cierto que los viajeros que de tal anomalía americana daban cuenta, se referían más bien a cierta gracia y ligereza tropical, más bien que a disciplina u ordenación alguna. En nuestra universidad sigue sintiéndose un vasto silencio de conejos. Roer de ideas de cemento, ideas en bloque, y una absoluta carencia de