Estamos en vísperas de una colosal revolución en cuanto al modo de producir electricidad y de trasmitirla. Las caídas de temperatura naturales, las que ofrecen, por ejemplo, dos capas de océano en los trópicos, la una superficial y la otra a cierta profundidad, valen más como fuentes de energía que las cataratas. Cuán ridícula parece, pues, a estas horas la alharaca nacionalista en torno a las caídas de agua. Por algo el sabio Congreso de Costa Rica, el 31 de julio de 1928, nacionalizó el sol, la luna y las estrellas y TODA OTRA FUENTE DE ENERGÍA conocida o por conocer! Las fuerzas cósmicas todas son del dominio del Estado de Costa Rica.