A puntes 45 explicaciones; pero no he oído ninguna que me satisfaga.
Yo no comprendo por qué ha de permanecer en segunda fila un pueblo compuesto de unidades inteligentes, hábiles y esforzadas. lo peor es que no se vislumbra próxima mutación de ninguna clase. Don Tomás Soley Güell y otros españoles que admiro, no todos residentes en Costa Rica, me confirman en mi opinión respecto a España. Es ella una nación que nunca repudia sus monedas. esta es su desgracia. Defecto mal de que comienza úno a darse cuenta, es defecto en vía de desaparición o es mal que va a curarse. Esto se aplica igualmente a los individuos y a las colectividades. Pues bien, la desgracia de España está en que no se da cuenta nunca de sus defectos o de sus males.
Una observación trivial basta a revelar la extrañeza del alma española: Desde hace unos 30 años, las mejores revistas ilustradas de la península engalanan incesantemente sus páginas con el retrato del Rey Cero. Pero ya solté otra barbaridad, olvidado de que para no herirle a un español lo que él llama su patriotismo, debe el extranjero bajar los ojos y cerrar herméticamente la boca: o abrirla para mentir diciendo: España es muy afortunada; es la tierra de la libertad; sus administradores son modelos de honradez; su sistema de tributación es muy ingenioso y muy equitativo y lo recaudado se torna integramente en bienes para la comunidad.
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