Civil WarDemocracyFascismSocialismVicente Sáenz

112 LIBERACION LIBERACION 113 Resumen de dos discursos ante el micrófono de la Por VICENTE SAENZ Compañeros de América y de España: Llegué hace pocas semanas a este país, con ánimo de explicar en altas tribunas cuál es la situación de Hispano América; y con el firmie propósito de conocer a fondo la realidad española, de tal manera que la obra revolucionaria del Frente Popular pudiera servirnos de experiencia al otro lado del Atlántico.
Para formarme un juicio exacto de la realidad de España, tenía que observar sobre el terreno los avances de su transformación social y economica. Tenía que ver con mis propios ojos las conquistas obtenidas por la República en beneficio de los trabajadores. Tenía que darme cuenta cabal del mejoramiento de las masas explotadas. De esas masas que, bajo el régimen capitalista, son dueñas únicamente de su dolor y de su miseria, no obstante que todo lo producen con la fuerza de su trabajo.
Era de suponer que con el triunfo de las izquierdas hace cinco meses; que después del bienio negro y de la sangrienta represión de Asturias: que con la victoria en Francia de los partidos de vanguardia y con la cristalización ejemplar del socialismo en Rusia, avanzaría rápidamente España hacia una vida mejor para todos, removiendo con valerosa decisión su carcomida, su vieja estructura medioeval. yo quería palpar la grande obra. regresar después a América, a la América española, a la América nuestra, lleno de fe y de optimismo, con la lección aprendida para que la aprovechasen aquellos pueblos que también están librando una trascendental batalla renovadora. Aquellos pueblos mártires, aherrojados y escarnecidos por el capital doméstico, en contubernio escandaloso con el capital monopolista de poderosas compañías extranjeras!
Pude comprobar, desgraciadamente, a los pocos días de mi llegada a España, que aquí la revolución social no había empezado. Los mismos privilegios del siglo diecinueve. Grandes empresas de transporte en manos de sociedades anónimas privadas: tranvías, ferrocarriles, autobuses. La Banca en poder de un grupo de capitalistas, cuyos dividendos anuales son fantás.
ticos. El negocio de Seguros, que es de carácter social, controlado igualmente por particulares. La vasta red telefónica explotada por una empresa del exterior, de la cual son tributarios forzosos todos los españoles que necesitan aquel servicio. Los militares de la monarquía, jubilados. Jubilados, también, miles de antiguos funcionarios, enemigos de la República democrática. En pleno disfrute de todos sus bienes y de todas sus rentas, como si nada hubiese ocurrido, aristócratas y herederos de grandes fortunas, amasadas con el sudor y con el hambre del pueblo. Indudablemente que la revolución no había empezado!
Mas he aquí que llegan estas gloriosas jornadas de julio. La reacción, en respuesta a la excesiva complacencia del Gobierno republicano, cree llegado el momento de hacer que España de un salto atrás. la época de los señores de horca y cuchillo. la época del poder absoluto del Vaticano y de sus lugartenientes. la época de la servidumbre infamante. se atrinchera en los cuarteles. lanza el grito de guerra. se echa encima de la República, con el apoyo de los más altos jefes militares y con la bendición aposfólica de los prelados católicos De nuevo la inquisición. La cruz y el cadalso. La crueldad. La barbarie.
El pasado ya muerto que quiere revivir. no se oye la voz del Papado diciendo a sus ovejas que condena la matanza! y se inicia la lucha con el nombre de fascismo.
Pero no contaba la reacción con la actitud heroica del pueblo. No contaba con las organizaciones de obreros y de campesinos. No contaba con estos ejércitos de hombres y de mujeres que toman las armas y dan jubilosamente su vida por la libertad, entre vítores y aclamaciones al Frente Popular Ahora sí empieza la revolución. Ahora sí toma contenido social la caída de la monarquía. Ahora sí podrá llamarse a España república de trabajadores.
y el mundo entero tiene puestos sus ojos en la gesta española. los luchadores de América saben que sus compañeros de España hijos todos de los mismos padres, nietos de los mismos abuelos están escribiendo con su sangre la página más emocionante de la historia de esta patria común.
De esta patria que dió a luz un continente y que, sin embargo de su alumbramiento, ha dejado de ser nuestra madre matrona envejecida para convertirse en la hermana que vibra, en nuestra hermana vigorosa con experiencia de madre.
Esta heroicidad emocionante, esta epopeya, este dolor y estos muertos, reconcilian a España con las que fueron sus colonias. Ya saben las milicias españolas cómo hay que luchar contra el pasado para forjar el porvenir.
Contra ese pasado, contra ese régimen de privilegios, contra el absolutismo monárquico, contra la crueldad y la tiranía de un gobierno cerril e intransigente, se alzaron los proceres de la independencia en América. No fué aquélla una guerra contra España, sino una guerra civil contra el Poder que ahogaba también al pueblo español.
Miranda, Bolívar, Morelos, Sucre, Hidalgo, San Martín, los miles de criollos y de españoles «indianos» que en Colombia, en México, en Venezuela, en el Perú, tomaron las armas para vencer o mortr, hechos estaban de la misma pasta e inflamados con el mismo espíritu de estos bravos combatientes que hoy defienden a la República española.
Aquellos soldados fueron los precursores de estos milicianos que en 1936 defienden la libertad con igual arrojo y entereza.
Si pudieran removerse las cenizas de Bolívar: si pudiera traérsele a este siglo y a esta situación en que España se debate, una vez más pondría su espada al servicio de la libertad. Pero no de la libertad política sino.
sobre todo, de la libertad económica de las masas oprimidas.
Porque la plutocracia contemporánea ha esclavizado a las mayorías proletarias. frente a la esclavitud, frente a la miseria, frente a la explotación, frente a la FALTA DE LIBERTAD de los trabajadores intelectuales y maduales, el Libertador y quienes lo siguieron estarían de nuevo contra estos espadones que en el siglo veinte como sus antecesores hace más de cien años no tienen escrúpulo en sacrificar miles de vidas para instaurar de nuevo un régimen absurdo que mantenga los privilegios de la casta privilegiada.
Ahora sí ha empezado la revolución. Ahora sí están unidas España y la América española. El triunfo del Frente Popular es nuestro triunfo. Cada victoria del pueblo español repercute y se refleja en las masas trabajadoras de aquellas repúblicas hermanas.
Viva el Frente Popular. Viva la democracia española. Viva Hispano América!
Madrid, de agosto de 1936.
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