Civil WarFascismSocialism

16 LIBERACION LIBERACION 17 El crucificado no tiene denigradores más abyectos que los generales asesinos que salen escoltados de las iglesias ra, condenaron como seres malditos a los cristianos sociales, combatieron sin cuartel y sin decoro a una República conservadora, adoraron las dictaduras de chafarote y espuelas, sostuvieron una religión cen imágenes cargadas de joyas y con prelados de insultante lujo, lo fiaron todo a la caridad pero negaron la justicia, desencadenaron la más sangrienta guerra civil que conoce nuestra historia, y, en fin, resolvieron defender a Cristo con tropas moras.
Sea como ellos lo han querido. Pero no se sorprenda nadie de las consecuencias. Las clases conservadoras de España no mueren a mano airada. Se han suicidado.
Ahora, hermanos de América, prestadnos el aliento de vuestra simpatía para continuar la lucha. Están en pugna dos civilizaciones.
El Gobierno español y los partidos del Frente Popular no hacen la guerra por su iniciativa, por su gusto, ni para su provecho. El Destino, según los incrédulos; Dios, según yo, han dispuesto esta epopeya en que bregamos por defender valores espirituales, conceptos de libertad, empresas de justicia social que no son peculiarmente nuestros, sino de la Humanidad. Con plenitud de orgullo, más enorgullecido que nunca de ser español, os digo que tenemos derecho al concurso, al aplauso y la gratitud del Mundo. Viva la República. Por ROMAIN ROLLAND (Envio a LIBERACION de la Alianza de Intelectuales para Defensa de la Cultura)
Madrid, de septiembre de 1936.
No es posible que las democracias de América, ni los españoles que han podido vivir y prosperar lejos de una patria en que la injusticia los ahogaba, estén de acuerdo con la rebelión injustificada de los militares.
Acaso, por la lejanía, no comprendan el momento actual de España. Junto a la rebelión ha estallado la revolución, provocada y acelerada por aquellos que gozaban de todos los privilegios; no por el pueblo que se defiende heroicamente del ataque.
Este movimiento, el más hondo que hemos sufrido, es el crisol dramático de la España nueva que ya alborea.
Los patriotas españoles los nacionalistas. como los llama la prensa de derechas y como se llaman ellos mismos han lanzado so bre su patria a las tropas marroquíes y a los sin patria de la Legión Extranjera. Como lo ha declarado el ex general Franco, están dispuestos a fusilar la mitad de su nación para aplastar a la otra mitad. Apoyados por la reacción de todos los países, están asesinando al heroico.
pueblo español, están arruinando su país, ya tan pobre y tan atrasado económicamente, y lo estáŋ vendiendo de antemano a la Alemania hitleriana y a la Italia de Mussolini. todo esto, en nombre de la patria española y de la sagrada religión!
Los nacionalistas franceses e ingleses aplauden, ya que ellos también están dispuestos a ver su país devastado por los ejércitos extranjeros y a ver su pueblo diezmádo, al que tanto odian, a ese pueblo que se atreve a reivindicar el derecho a la justicia social. Poco importa a esos buenos patriotas que Francia esté cercada por los fascismos, de los cuales cada uno tendría interés en arrancarle un pedazo de su territorio; que la Gran Bretña pierda definitivamente sus posiciones en el Mediterráneo, descienda al rango de potencia de tercer orden y ceda su lugar al imperio de Poma y al tercer Reich, icon tal de que la canalla sea aplastada! Verdaderamente que la idiotez de esos traidores se iguala a su ferocidad.
Pero a despecho de esos buenos patriotas de todos los países. las cajas fuertes de todos los países se unen. los cuales asesinarian o venderían su patria al enemigo con tal de poder conservar sus prerrogativas, nosotros, que creemos en la fraternidad de las razas y pueblos, nosotros declaramos que la victoria será nuestra. Mientras exista el fascismo existirá la lucha entre naciones, existirán la esclavitud y la guerra. Sólo el socialismo puede salvar y salvará a la Humanided. Incluso una victoria de la reacción no sería más que pasajera, a menos que los patriotas no se decidan a ametrallar no sólo a la mitad de su pueblo, sino al pueblo entero. Pero que vigilen bien a sus propios hijos! Nosotros conocemos a quienes subleva de indignación y repugnancia la decadencia moral de sus propios padres.
Que se vigilen bien los unos a los otros, ya que, solos en el mundo devastado por ellos, se discutirían sus despojos; su misma ideología les conduce a degollarse entre sí para asegurarse la supremacía.
Los hay entre ellos quienes tienen la impudicia de decir que Dios FERNANDO DE Los Ríos Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.