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14 LIBERACION LIBERACION 15 se fase posible de tal cooperación. Las relaciones siempre mejoran cuando hay convenios acerca de asuntos como estabilización de las monedas y el cambio. El comercio, en la actualidad, es más obstaculizado por las manipulaciones y el control del cambio, que por cualquiera otra causa. Correspondencia de la United Press. del 16 de febrero. Parece que esta interpretación demasiado realista del Congreso de Paz, sugerido por el Presidente Roosevelt, ha alarmado a los opositores internos de la política rooseveltiana: así nos enteramos, el 23 del mismo febrero, que los elementos republicanos del Congreso han opinado. que la Conferencia de Paz no debe tener relación con cuestiones económicas de ninguna clase, y menos aún con asuntos de tarifas o cualquier paso tendiente a eliminar las barreras establecidas por los Estados Unidos, para impedir la entrada de productos agrícolas procedentes de la América del Sur. Sin que esto sea óbice, por supuesto, para que se expresen en términos amistosos hacia la América Latina. es que nos encontramos ante una cuestión muy compleja. El fracaso del New Deal, que ni sus partidarios más optimistas se atreverán a negar, obliga al Gobierno de los Estados Unidos a tratar de resolver las críticas contradicciones de la economía superindustrializada del país, por el único medio al alcance del régimen capitalista: por la adquisición de nuevas zonas de influencia económica sobre las cuales derramar los excedentes de capitales y mercancías. Esto es, precisamente, lo que caracteriza al imperialismo.
Hasta ahora los Estados Unidos, llegados un poco tarde al reparto del mundo entre las grandes potencias imperialistas, han tenido sólo dos posibles campos de expansión comercial: el Asia. territorios insulares del Pacífico, penetración en China, el árbol caído de la política internacional. y la América Latina. En la senda del avance norteamericano hacia el Oriente. nuestro Occidente. ha salido al paso un obstáculo peligroso: el recién llegado imperialismo japonés, que procura reforzar sus ambiciones de conquistas económica y militar, hasta con argumentos raciales de dudosa sinceridad.
Demostrado, por la irrefutable elocuencia de los hechos, que todo intento autárquico (de creación de una economía cerrada que se baste a sí misma. está condenado al fracaso; que la rehabilitación económica de los Estados Unidos no puede, como lo creyeron Roosevelt y su trust de cerebros. descansar exclusivamente sobre los recursos naturales y técnicos del país, por considerables que sean, los directores políticos de la Unión Americana, consecuentes con su papel de administradores de los intereses materiales de su propia burguesía, tienen que buscar nuevos puntales para la sustentación del régimen claudicante; y que volver, por lo tanto, a los viejos métodos imperialistas de expansión económica. entonces encuentran que la línea de menor resistencia es la América Latina.
Aquí mismo, la intervención directa, a la manera brutal de Teodoro Roosevelt y sus émulos, ofrece algunos inconvenientes internos y externos. Es posible, por lo que hace a las víctimas, que se encontraran ciertas resistencias más o menos obstinadas una muestra de ellas la ofreció Sandino. que significarian molestias y pérdidas desproporcionadas de dinero y prestigio para el agresor; es también posible que, dada la acritud actual de la lucha de clases dentro de los Estados Unidos, no estuviera exenta de complicaciones interiores una política de agresión económica, cuya realización se encomendara en primer término a la infantería de marina. Resulta preferible, por lo tanto, recurrir a la intervención incruenta, por medios diplomáticos, y con la complicidad de las clases dominadoras de los países latinoamericanos. la hora presente, ni los pocos idealistas conscientes y sinceros que aún restan por ahí, dudan de que en el juego de la política internacional el factor económico es determinante. Mussolini ha tenido el mérito, que hay que reconocerle, de dejar ver, en el abanico pintarrajeado de su fraseologia patriotera y cesárea, al varillaje de la necesidad material de la clase a quien sirve, que lo impulsa a robarse a Etiopía. La inminencia de una nueva guerra mundial está condicionada por exigencias de carácter económico; hoy como ayer, será un conflicto entre imperialismos rivales, entre burguesías nacionales que tratan a cualquier precio de mantener su hegemonía sobre sus mismas clases subyugadas, y que comprenden que no lo pueden hacer, sino a costa de derrotar y saquear a las burguesias de las naciones competidoras. No hay tratados ni pactos capaces de prevalecer contra esta fatalidad del régimen capitalista, como lo prueba la impotencia de todos los que hasta ahora se han firmado. Cómo puede, entonces, suponerse que el Presidente Roosevelt crea que los chiffons de papier habrán de tener, trasladados a la América, la virtud mágica del Arca de la Alianza, que mataba a quien se atrevia a tocarla, asi fuese para impedir que cayera? Lo más probable es que para el sostenimiento del aparato juridico que se propone construír, a base de tratados y de pactos, cuente sobre todo con la fuerza incontrastable del primer beneficiario de él, o sea la burguesía norteamericana, con su cortejo de sub burguesías semicoloniales iberoindias, Ahora bien: en América Latina, la lucha por las libertades democráticas tiene un vigoroso sentido nacionalista. Es al mismo tiempo una pugna en contra de los avances del imperialismo. En nuestro continente, más quizá que en cualquiera otra parte, son las clases y los partidos más reaccionarios los mejores instrumentos de la penetración imperialista. El feudalismo nativo se apresura a celebrar pactos de alianza con los capitalistas extranjeros, que logran así ensamblar los métodos refinados de explotación de la técnica burguesa con las instituciones sociales y políticas de tipo feudal que aún subsisten en casi todos nuestros países, aumentando de esa manera la dureza de la servidumbre a que halla sometida la clase trabajadora.
Es natural, por lo tanto, que a un aumento de la presión exterior del capital financiero, suscitado por el juego de su dinámica interna, corresponda una acentuación de la actividad reaccionaria en el interior de los países de Hispanoamérica. Que la necesidad, una de cuyas manifestaciones es el proyectado Congreso Interamericano, cada vez mayor de nuevos campos de desahogo que experimenta el imperialismo yanqui, se revele también bajo la forma de una cruzada en contra de la oposición revolucionaria y nacionalista que los defensores de la democracia hacen a los gobiernos feudocoloniales de los pueblos latinoamericanos. El capital imperialista quiere despejar el terreno para sus futuras maniobras de predominio económico, y en consecuencia desata, a través de sus agentes, los gobiernos reaccionarios del continente, una ola de terror blanco, destinada a privar de dirección y de directores al movimiento de renovación democrática y de lucha contra el imperialismo en toda la América Latina.
No por simple casualidad han coincidido, pues, la invitación del Presidente Roosevelt para un congreso que será como han dicho los periódicos conservadores de Argentina y Brasil de paz económica y política, con la iniciativa lanzada en Sur América, de celebrar otro congreso continental que, bajo el gastado pretexto de combatir la amenaza comunista. tratará de establecer un frente único en contra de las tendencias renovadoras y antiimperialistas que actualmente existen en nuestros pueblos. Anticipación de él es la sospechosa unanimidad con que la prensa capitalista del continente se apresura, desde ahora, a calificar de comunista cualquier muestra de inconformidad de las masas, en no importa qué país de la América Latina.
Esta labor preparatoria que habrá de facilitar la acción del capital imperialista norteamericano, está en marcha hace tiempo. Ya los países de Centroamérica, a iniciativa de Ubico, dictador de Guatemala, han celebrado un pacto secreto para el intercambio de reos políticos invariablemente calificados de coEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.