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62 LIBERACION LIBERACION 63 dado por esas calles y por esos pueblos con cartuchos inflamados que tenían la etiqueta de dinamita. Pero que ahora, al acercarse las elecciones, han venido a parar en lo que aquí conocemos con el nombre de confites de los toros.
Con esto del frente único me ha ocurrido, en resumen, lo que vino a sucederle al hombre normal del cuento de los jorobados. Hubo cierto asilo en el que todos los reclusos eran jorobados. Llegóse al establecimiento, por azares de viaje, un hombre normal. Al verlo los que allí estaban se echaron a reír y a ultrajarlo.
Uno de ellos que todavía no aparece en nuestro comunismo criollo notando la turbación del transeunte trató de explicar el caso a sus compañeros: Detenéos, amigos, y no insultéis la figura de este desgraciado. Si el cielo nos ha hecho hermosos, si adornó nuestro cuerpo con esta egregia, con esta maravillosa jiba, marchemos al templo y demos gracias a los dioses por semejante merced.
En Costa Rica, por ejemplo, saltaremos gloriosamente del medioevo al comunismo definitivo. aun la dialéctica idealista de Hegel, heredada de los filósofos griegos y aplicada objetivamente por Marx a la escuela del materialismo, fracasará entre nosotros. Fracasará sin remedio, fracasará inevitablemente, porque daremos un enorme salto de la tesis semicolonial ni siquiera capitalista a la síntesis salvadora del comunismo, sin otra antitesis que los discursos del diputado Mora en el Congreso Lo que en todo esto puede advertirse es que al señor Mora se le ha hecho una confusión de la que no halla cómo salir. habla de pedantería en mis frases, como si a la infraestructura económica y a la superestructura, que es su reflejo, pudiera llamárselas de otra manera; o como si tuviésemos en nuestro idioma términos apropiados para expresar concretamente ciertos conceptos que sólo en la forma en que lo hago pueden definirse. Esta confusión de quien desea se le consagre como orientador en doctrinas marxistas llega a tales extremos, toma cariz tan inesperado, que para distraer la atención del público saca el señor Mora a la luz del periódico conversaciones íntimas, que nada tienen de común con teorias sociales ni con el momento actual de Costa Rica. no satisfecho con tan criticable proceder dice que mis conferencias no son concretas en ideologia; asegura que mis discursos en San José, y los que he pronunciado en plazas públicas, lo autorizan para considerarme sindicalista; y se imagina que ha descubierto un nuevo mundo con recordar el cuento de cierto maestro suyo, quien les dijo a sus discípulos que con el empleo de palabras raras el auditorio los juzgaria elocuentes. Pero ya se ha visto que los vocablos que yo uso son técnicos en materia socialista. la frase de Lenin es tan llana que nadie puede quedarse con la boca abierta ni con los ojos entornados al leerla, como asegura el diputado Mora que se quedan los pazguatos cuando no entienden lo que predica un orador florido de lenguaje pero confuso de ideas.
Pugnara con sinceridad el señor diputado Mora por el bienestar de las masas, y habría tenido el acierto de no echarse sobre los que igual cosa persiguen, y a quienes no podrá señalar una sola claudicación en largos años de incesante lucha.
Poco aprecio han de tenerme, porque he combatido sus errores, don Ricardo Jiménez, don Julio Acosta, los políticos del ex Presidente González Viquez, los servidores de Tinoco y algunos otros costarricenses de fuste. Interrogue a cualquiera de ellos el señor diputado Mora; y pregunte al exterior, si a bien lo tiene, cuándo he solicitado o aceptado yo favores de ningún gobierno, y cuál ha sido siempre, aun en momentos de angustia económica, mi actitud de combate. Revuelva archivos, indague en la Secretaria de Hacienda, ocurra a las fuentes en donde pueda imaginarse que surja algo en contra mía, y acúseme entonces públicamente ante las masas trabajadoras que el líder moscovita tiene la ilusión de representar.
Bien está que él y los suyos ataquen con dicterio fuerte a politiqueros y a bribones, como lo han hecho en su periódico Trabajo. apoyados en mi propio libro ROMPIENDO CADENAS. Bien está que se enfurezcan con explotadores y con reaccionarios. Bien está que aplasten, empleando vocabulario de cien kilos por palabra, al traidor, al vendepatria, al hacendado sin conciencia, al que se pone al servicio de la iniquidad y del crimen. Pero es el colmo, un colmo comunista, que vuelquen estos señores su roja ira contra elementos cuyo imperdonable delito fué el de ofrecer su cooperación en frente unido de batalla, creyendo que los afiliados a la Tercera Internacional eran sinceros. esta cooperación franca, en cualquier terreno, fué ofrecida con objeto de tomar posiciones que pudieran servir, en un futuro próximo, para mejorar la situación de las clases proletarias mediante planes realistas, cerebrales, que nada tienen de utópicos y que el mismo señor Mora. de acuerdo con su tercer artículo considera que son los únicos eficaces en nuestro medio retrasado. como esos planes están contenidos en el Programa del Partido Socialista Costarricense; y como el señor Mora me dijo varias veces que nuestros postulados eran muy semejantes a los del comunismo, a pesar de que ayer declaró por escrito y con su firma que los programas de nada sirven, pudo concebirse la idea eficaz de unir a las izquierdas.
Después de que el señor diputado Mora ha distraído al público con vanos circunloquios, se enfrasca en explicaciones sobre lo que es el socialismo integral, que por lo expuesto en sus entregas no tiene diferencia con el comunismo costarricense.
Para el señor Mora todo los movimientos: el reformista, el social demócrata, el de la Tercera Internacional, etcétera, son forzosamente socialistas porque persiguen un nuevo tipo de organización social, basado en un sistema colectivo de producción y apropiación. Nada de nuevo está diciendo en lo que afirma el señor diputado Mora, pues cualquier estudiante de estos asuntos lo tiene ya aprendido en textos elementales, y en las obras de Bertrand Russell, y en el propio Manifiesto Comunista de Marx y Engels, y en los Principios de Comunismo del último autor citado, y en muchos otros de los libros que de tanto sobarlos ha caído en no entenderlos mi rojo contrincante. que no los entiende es indudable, porque se frota las manos con decirme que socialismo integral y comunismo son una misma cosa, cuando lineas después proclama que el comunismo sólo es un matiz o una fracción de la doctrina socialista.
Es muy importante que el señor diputado Mora no se atenga únicamente a textos que confirman lo que ya expresé sobre su cultura unilateral. Porque si la tesis anterior es cierta para algunos sociólogos, también es verdad que para otros no viene a ser el socialismo, sino precisamente el comunismo, la fuente general, la madre común de las distintas doctrinas sociales, Emilio Durkheim, eminente profesor de la Sorbona a quien pudo habérsele aconsejado que viniese a Costa Rica a recibir lecciones del señor diputado Mora estableció que las teorías comunistas se remontan a los primeros tiempos de la cultura humana. con citas de Laveleye y de Benito Malón pudo comprobar que el comunismo de los pitagóricos, anterior al de Platón, es el precursor del socialismo contemporáneo. Para otras autoridades en la materia. quienes podrían de igual modo venir a Costa Rica para que el señor diputado de referencia los ponga al tanto de lo que no han podido aprenderEstá fuera de quicio el diputado Mora con la frase de Lenin, que hasta un adolescente, sin anteojos, podria entender. Dicha frase no puede ser más clara: EL socialismo es la sociedad que surge directamente del capitalismo. Es la primera forma de una nueva sociedad. El comunismo, en cambio, es una forma más alta de la sociedad, y sólo podrá desarrollarse cuando el socialismo haya sido completamente consolidado. Esto no admite interpretaciones. Pero el señor Mora afirma, porque se le ocurre afirmarlo, que las palabras del gran estratega solamente se referían a Rusia, en donde era indispensable la transición que todavía está sufriendo la República Soviética después de 18 años de haberse establecido. Esta transición, en el concepto del señor diputado Mora, no tendrá que operarse en otras latitudes.
Este documento es propiedad la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.