46 LIBERACION LIBERACION 47 cionar a los trabajadores de aquella isla. El párrafo que se refiere a dicho nombramiento dice así. Señor don Vicente Sáenz, Secretario General del Partido Socialista Costarricense, San José, Costa Rica. Distinguido amigo y compañero: Tenemos el alto honor de comunicar a usted que considerando, entre otras razones, su intensa campaña, librada en largos años de constante sacrificio, en favor de los pueblos explotados de América Latina, el Partido Revolucionario Puertorriqueño acordó por unanimidad pedirle el privilegio de verse representado por usted ante el gobierno y pueblo de la República de Costa Rica. Aceptada, desde luego, la grata designación.
ΕΙ oposicionista ¿No ha de haber un espiritu valiente?
QUEVEDO.
Por LAURENZA Especial para Liberación Desconocimiento de la Doctrina de Monroe Son postulados concretos del Partido Socialista Costarricense el desconocimiento de la Doctrina de Monroe, la igualdad entre nacionales y extranjeros y la adopción de las doctrinas Calvo, Drago y Estrada como normas de política internacional.
Gentes asustadizas hicieron ver, al ponerse a discusión nuestro programa, que esas cláusulas eran demasiado radicales y que podrían provocar serios conflictos con el Gobierno norteamericano. Prevaleció, sin embargo, la tesis antiimperialista; y dichos postulados se aprobaron definitivamente.
Pues bien, con motivo de la invitación del Presidente Roosevelt para celebrar una nueva Conferencia Panamericana, ha declarado el Subsecretario de Estado Phillips que, de acuerdo con la Convención de Montevideo, ningún Estado tiene derecho de intervenir en los asuntos de otro; que Washington renuncia a proteger la vida y propiedades de los ciudadanos norteamericanos en las demás repúblicas del continente, puesto que deben correr los mismos riesgos que los nacionales; y que ya es tiempo de dar un sentido distinto a la Doctrina de Monroe, con carácter multilateral. conste que el señor Phillips ha sido abogado a sueldo de Standard Oil!
En forma más o menos semejante se ha pronunciado el senador Pittman, en cuyo concepto la Doctrina de Monroe ya no tiene razón de ser; ha servido para que se cometan conocidos atropellos y abusos en provecho del capital monopolista; y cuentan las naciones de este hemisferio con gobiernos propios y con pueblos adultos que no necesitan de protección alguna para defenderse de fantásticas agresiones europeas.
En las palabras transcritas está contenida la esencia de lo que pide nuestro programa socialista. sostienen también los señores phillips y Pittman, con toda claridad, lo que se establece en las doctrinas arriba mencionadas. No hay razón, entonces, para seguir creyendo que nuestro ideario es demasiado radical.
Del Norte, precisamente, nos viene la voz que señala el camino de la reivindicación hispanoamericana. La cuestión es que aprovechemos la oportunidad y que no continúen nuestros gobiernos en su papel de comparsas del imperialismo. que sepamos batir a los Sumner Welles!
En la quietud de su despacho, el joven líder meditaba sobre el momento politico. Por la ventana alcanzábase a ver la perspectiva de la Avenida Central. esas horas, cientos de hombres urgidos por cien motivos diferentes caminaban con paso presuroso. Se levantó para disimular un melancólico suspiro que subía de su pecho, e hizo como si aspirase el aire puro de la noche. Sería posible que para esos hombres que desfilaban, allá en la calle, la dignidad fuese algo sin sentido? No, no podia ser. Quizás, muchos de ellos, aguardaban silenciosamente a que alguien, con una voz más fuerte que la suya, levantase el grito de protesta y les señalase el camino de la acción pública. Tenía que ser asi. Ya una vez, hacía de ello dos meses, la opinión pública había repudiado la imposición tiránica del criterio oficial. No se reunieron en un mitin monstruo. No se había manifestado que el pueblo no estaba dispuesto a soportar este estado de cosas? La situación, ahora, era la misma, y, por lo tanto, tendría que haber una igual atmósfera de oposición y protesta.
Lo que hace falta es organizarla pensó. Formarla en un partido. Hay que realizar un mitin. Cuanto antes mejor! Volvió a su mesa de trabajo, y redactó el borrador de un cartel de propaganda, así: Ciudadanos. Organizáos en una oposición invencible contra toda candidatura oficial. Acudid al gran mitin que se llevará a cabo en el Gimnasio el jueves a las y 30 Inmediatamente lo envió a imprimir y a fijarlo en las esquinas.
II Uno a uno fueron pasando los días hasta que llegó el del mitin anunciado. Preparó su discurso cuidadosamente. Necesitaba decir muchas cosas; insistir, sobre todo, en la urgencia moral de la oposición. Ella representaría, en esos momentos, una protesta contra todos los métodos que, durante años y años, el caciquismo había ido implantando para perpetuarse en el poder.
Las nueve de la noche. Ya era la hora. En su propio auto se dirigió al lugar del mitin. medida que se iba acercando, un temblor nervioso se apoderaba de sus gestos. Cómo podía permanecer en silencio toda esa multitud que allí aguardaba? Entró, al fin. Nadie! Atónita, su mirada recorrió todo el vasto ámbito. Nadie! Allá en el fondo, había, sin embargo, alguien. Un hombre de traje humilde estaba sentado en una de las gradas superiores. Sería demasiado temprano? Pero Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.