44 LIBERACION LIBERACION 45 OTRO GRAN CONCURSO DE CAJETILLAS NUMERADAS DE Emu, Víctor, Elegantes, Ideal, Liberty, Buffalo, Irazú y Rex que se jugará el 16 de Febrero de 1936 en combinación con la Lotería Nacional CADA SERIE CON LOS SIGUIENTES PREMIOS: Tragedias que manchan con baldón indeleble premio de 500. 00 500. 00 Por VICENTE SENZ que corresponde al primer premio de la loteria que corresponde al segundo premio de la loteria De su último libro Rompiendo Cadenas 200. 00 200. 00 100. 00 100. 00 11 25. 00 cu 275. 00 que corresponde al tercer premio de la loteria a los números terminados en las tres ultimas cifras del primer premio, a excepción del premio mayor.
a los números terminados en las dos ultimas cifras del primer premio a excepción de los terminados en las tres ultimas cifres.
108 00 cu 540. 00 122 premios 1. 615. 00 CUATRO SERIES CON UN TOTAL DE: 488 premios en efectivo con un valor de 460. 00 REPUBLIC TOBACCO CO.
Uno de los más horrendos crímenes del imperialismo civilizador norteamericano tuvo lugar en Ocotal, el 16 de julio de 1927. Pocas horas después de aquella espantosa carniceria de seres humanos, publicaron amplia y detallada información sobre la misma los grandes diarios de la Federación anglosajona. En resumen? Trescientos nicaragüenses muertos y cien heridos por las fuerzas aéreas de ocupación, que tenían órdenes expresas del brigadier general, Logan Feland, para bombardear a los sandin dondequiera que se les encontrase.
Hombres, mujeres y niños indefensos fueron bárbaramente destrozados en la cruel matanza, llevada a tan feliz término con metralla pacificadora. aeroplanos de guerra y bombas explosivas de la patria incomparable de Washington y de Lincoln En Ocotal, en su propia tierra, quedaron tendidos estos perturbadores de la paz, negociada por el coronel Henry Stimson con el general José María Moncada; estos rebeldes contumaces que rehusaron la cantidad de diez dólares y un overall por fusil; estos bandidos que no quisieron aceptar un arreglo bochornoso sobre bases de traición, de imposición y de ignominia. Bajas norteamericanas, según noticias oficiales transmitidas por el almirante Sellers? Un marino muerto y otro gravemente herido, pero con fundadas esperan zas de que se les podria salvar.
De modo que esta célebre acción de las armas imperialistas, acción a la que el Presidente Coolidge calificó de heroica, no fué siquiera batalla desigual sino asesi.
nato colectivo de varios centenares de hombres, y sus mujeres y sus hijos.
cia de mi alma; ella escuchaba atenta, captando para trasladar a la suya, las ideas, los sentimientos; y, tal fué su entusiasmo, que, sin esperar el arribo de la silaba final, palmoteando, exclamo: 1iQué lindo! Y, al mismo tiempo, vi posarse en la rama de un árbol cercano, hacia el cual se dirigían sus miradas, un hermoso papagayo, Ese ser superior, esa mujer comprensiva, murió hace años.
En un charco de mediocridad he estado chapoteando hasta hoy; debatiéndome por salir de él; sabiendo que no soy mediocre; isintiéndolo. y bebiendo, gota a gota, el tósigo de la impotencia.
Digo hasta hoy, por esto: ahora me encaminaré a la ventana para lanzarme al vacío, porque quiero buscarla a ella, a mi novia, a mi aplauso. dónde? Bien lo sé: en el limbo. ver si al enterarse de mi elegante voltereta, entrechoca las manos y exclama nuevamente. Qué lindo. qué lindo. y porque necesito libertarme de una cajita de música empotrada en mi cabeza; una cajita de música que repite, sin tregua, la desesperante y monótona canción de la vida vulgar: ni fu, ni fa, ni fu, ni fa.
Horrible tragedia la del 16 de julio de 1927! Pero más grave aún el epilogo de Managua, llevado a escena cuando estaban todavia insepultos y a merced de los buitres los cadáveres de las trescientas víctimas de Ocotal.
El comandante y los más altos jefes militares de la intervención fueron festejados, con un gran banquete, por el egregio mandatario Adolfo Díaz, quien al mismo tiempo solicitó por cable a Washington que se condecorase, por su brillante hazaña, a los aviadores que tomaron parte en la matanza.
Al ágape asistieron encumbrados funcionarios, senadores, diplomáticos, piadosas matronas de aristocrática pudibundez, caballeros de la mejor sociedad y, desde luego, el general José Maria Moncada, compañero y asesor de los aviadores extranjeros durante sus viajes de exploración. Esta si que fue tragedia! Tragedia moral sin paralelo en los anales de la Historia, mil veces peor que la de la víspera en que se perdió la vida de un grupo numeroso de seres humanos, pero sin quedar al descubierto en toda su profunda descomposición la llaga que corroe a nuestras clases privilegiadas. Cómo pudo nadie con amor a su patria y a sus tradiciones, ningún nicaragüense honrado, ningún centroamericano consciente, ninguna dama de cristiano espíritu Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.