BolshevismJosé Carlos MariáteguiSandinoVicente SáenzVíctor Raúl Haya de la Torre

18 LIBERACION LIBERACION 19 trabajo de millares de días y de noches; la obsesión de un pensador; la labor paciente y pasional y constante de ese loco y audaz que antes, cuando no estaba podrida la palabra, se llamaba un patriota, y que ahora llaman un revolucionario, un bolchevique, un soñador, un cándido inconformista, que no sabe contentarse con la ración de dicha ignominiosa que dan las realidades, y prosigue en busca de cosas mejores para el conjunto social, sacrificando sus propias conveniencias, sus personales intereses, hasta sus más hondos afectos.
Todos sabemos, en mayor o menor grado, y los más sin precisión ninguna, que hay unas ciertas cadenas del imperialismo yanqui que enredan y comprimen a Centro América y a las Antillas, en primer lugar, y un poco menos rudamente a toda la América Latina. Pero el grado de nuestra incuria y de nuestra civilización lo mide este detalle: es de Yanquilandia misma que nos han venido, en los últimos tiempos, los datos fehacientes y concretos sobre las tales cadenas imperialistas. La política subrepticia de los gobiernos, a espaldas los pueblos; el babismo de las clases intelectuales, ocupadas en copiar modelillos literarios europeos; el mercantilismo de la prensa que vive de sobras y rebabas de las empresas americanas, todo se junta para que en la América Latina los pueblos no sepan de tratados que venden patrias, concesiones y empréstitos que las hipotecan, y sucias transacciones de toda especie con el imperialismo, sino cuando son hechos consumados, que ya no cabe en lo humano remediar.
La forma de gobierno dictatorial de la mayor parte de nuestros países se presta, a las mil maravillas, para los enjuagues del piratismo extranjero; con el doble resultado de que el mismo piratismo echa después todo su poder a la balanza para impedir que los pueblos puedan libertarse de sus progresistas déspotas perpetuos.
En lustros anteriores fué preciso, para que nos diéramos cuenta en Latino América de la misera esclavitud en que yacemos, que un yanqui, Scott Nearing, nos pusiese a la vista cifras y documentos y hechos concretos, en su caritativo libro La Diplomacia del Dólar. todo lo que hemos podido saber, en tiempos posteriores, sobre los progresos de la conquista que viene de norte a sur, lo hemos aprendido en libros, revistas y rotativos de la misma potencia conquistadora. Rompiendo Cadenas es el primer libro macizo de documentación, de hechos, de cifras, a estilo civilizado, universitario, que se hace en la América Latina sobre el imperialismo, sobre el imperialismo próximo, que es el que nos importa. Sáenz no improvisa; cerca ya de una docena de libros y de folletos tiene dedicados al mismo tema: la norteamericanización de Centro América. Pero el último es su obra capital, recia del mejor acero y afilada como una daga, con cual toca el fondo del absceso que han formado todas suertes de traición, vendepatrismo, estupidez e inconsciencia, en lo que fueron pueblos morazánicos. Textos de supremo interés continental, como los famosos cuanto incógnitos tratados canaleros; los problemas concretos de limites que han devenido en pretextos de cainismo, entre las repúblicas fraternas; las cláusulas y monto de empréstitos y concesiones, inversiones y privilegios; las estaciones carboneras; las conferencias panamericanas; todo concreto y fijado en términos precisos y claros.
Este es el aporte inapreciable del libro, que nos da una visión conjunta y clara de cosas que, en confusión y desorden, han venido formando la pesadilla de la vida internacional indolatina. Complejo de inferioridad llamó hace poco a estas revelaciones y protestas uno de los especialistas en asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado. Es decir, que los prohombres indolatinos que tienen el complejo de igualdad son aquellos que sonríen al dólar, y se encuentran muy a gusto y a sus anchas con los avances de la conquista, y no tienen empacho en sentarse a tomar su parte en el banquete de migajas que ofrecen a sus bastoneros y celestinas las empresas colonizadoras.
En contraste con algunos declamadores inconscientes, Vicente Sáenz rinde el merecido tributo de admiración al héroe Sandino, bandido de las agencias cablegraficas, vencedor sin duda, cuando en la primavera de 1931 los interventores en Nicaragua se vieron obligados a confesar su non possumus. radiografiando a todos los residentes yanquis en ese país que se retiraran a los buques de guerra, porque las fuerzas americanas no podían darles protección en el interior.
Aquella orden levantó una tempestad de protestas que publicó toda la prensa, en Estados Unidos; los explotadores y usureros comprometidos en deshonestas especulaciones en estas repúblicas nuestras, no querían a ningún precio aceptar esta nueva política. Stimson se vió en el caso de dar larguísimas explicaciones sobre el significado de ese retiro de protección ilimitada, originado en la imposibilidad de destruir al bandido de las Segovias. Qué nos dijeron de esa política, ni de esa polémica, ni de esa retirada del fuerte, ni de esa trascendente victoria del débil, las empresas informadoras? En verdad, la América Latina ganó su gran victoria del siglo XX sin saberlo, sin darse cuenta de ella. Ha sido preciso el tiempo y han sido necesarios otros acontecimientos, para que la palinodia del imperialismo, ganada a brazo partido por Sandino y sus héroes, se convierta en promesa de paz y amistad que festejamos actualmente, en Jabios de la administración demócrata. Es por esto ahora, por las frases cordiales de Roosevelt, inoportuno el libro de Vicente Sáenz? De ninguna manera. Porque lo que nos interesa cambiar no es precisamente la política yanqui, sino la política indolatina. No importa que haya Coolidges, mientras haya Sandinos. Lo grave es que abunden sin control, ni sanción popular, en las curules, Díaz y Chamorros, Gómez y Machados, Bornos y congéneres, más papistas que el papa, más yonquistas y amigos del dólar que las empresas canaleras, petroleras, fruteras y mineras que los usan para oprimir y exprimir a sus compatriotas, como capataces.
Contra esta tremenda plaga tropical escribe Vicente Sáenz, exhibiendo tratados, concesiones y contratos que no tienen empacho en firnar los vende patria caribes.
Faena herculana, la de sacar al sol, desviando el rio de la historia para que la lave, toda la podre estercolar acumulada por esos monstruos, pequeños y terribles como microbios, nuestros providenciales. salvadores. generalísimos y demás próceres bifásicos, que son a la vez estrago para sus pueblos y minas preciosas para el imperialismo. Rompiendo Cadenas. no lo dudemos, es de los libros que marcan épocas.
Centro América, o mejor, América Latina, comienza a conocerse a si misma. Ya no es preciso que los misericordiosos cuanto impotentes escritores americanos vengan, acongojados, a compartir nuestra pena, relatándonos la forma y modos cómo hemos sido mediatizados y estamos siendo utilizados, en nuestros brazos y materias primas, único que nos queda, pues ya no tenemos siquiera metales preciosos que entregar.
Este libro en que late una conciencia de raza torturada; en que hierve una incontenible cólera social; en que una mano fuerte y justiciera descorre cortinajes y vapula, en pleno crimen y en plena afrenta, a los que aun gozan de los gajes de vender pueblos; este libro magnifico como un Izalco, un Poás un Momotombo en erupto de verdades de fuego; este libro de Vicente Sáenz, romperá, taladrará, perforará indiferencias e inconformidades, y creará una conciencia nueva en esos once países del Caribe, antillanos, centro y sudamericanos, los países del café. que al verse abandonados e incomprendidos en Montevideo, dijeron los cables, han pensado en lo que podría ser una entente o unión entre ellos. Una unión al rededor del café, del cesarismo democrático o de los canales?
Seria remachar las cadenas imperialistas. Esta unión de los países del Caribe, para ser satisfactoria y fructifera, tendrá que ser al rededor del espíritu que despiertan los nombres de Sandino, de Mariátegui, de Haya de la Torre, de Vicente Sáenz, de Masferrer, de Garcia Monge; el espíritu de los que han sembrado o están sembrando un indolatinismo libre de tutelas nórdicas y libre también de autocracias domésticas, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.