8 LIBERACION LIBBRACION antes llamada panamericana y ahora interamericana, bien sabemos y protección del canal en nuestra frontera norte. Esta cláusula sirvió todos que es una obra estratégica del citado Golfo de Fonseca al Capara que un gran internacionalista venezolano escribiera en La Refor.
nal de Panamá. recuerden también los costarricenses esta otra adma Social, edición de marzo de 1923: El Presidente de Costa Rica devertencia: detrás de la Carretera Interamericana están la Good Year be ser juzgado y condenado como un transgresor y como un traidor.
y la Ford Motor Company, quienes han ofrecido tomar un alto porcenNosotros no diríamos que se trata de transgresiones ni de traiciotaje de los bonos del empréstito que necesitarán los gobiernos centrones. Nos basta con pedir a nuestro Gobierno que estudie a fondo estos americanos para construir este nuevo callejón de Dantzig.
problemas y que tenga por sabido y por averiguado que amparados a!
caucho, y a la Carretera Interamericana, y a los contratos que se nos proponen, haya o no cláusulas intervencionistas, están medio a me¿Van, pues, nuestros pobres pueblos a financiar la costosísima dio, acechando a su presa, los tentáculos voraces del taimado imperiaestructura de una obra imperialista, en su propio daño, con el cebo lismo norteamericano.
de un millón de dólares que ofrece Washingtou para la construcción de puentes. Vamos, entonces, los esquilmados costarricenses a contratar un nuevo y gravoso empréstito extranjero, sin tener siquiera una indispensable red nacional de caminos para el desarrollo de nuestra economía. Vamos, en resumen, a proteger con una carretera peligrosa los movimientos militares de la potencia anglosajona. seremos tan torpes, por añadidura, que nos pongamos voluntariamente en las garras de las compañías explotadoras que con el pretexto del caucho, y con instrucciones de la Casa Blanca, vienen a tender las redes de la conquista y a convertirnos en lacayos y en esclavos de sus intereses?
Sería lamentable que los llamados a defender a su patria, desde los puestos que ocupan, no se dieran cuenta de lo que ocurre. Los hechos, debemos repetirlo, no pueden ser más elocuentes. Tras de una propuesta de tratado comercial que nos ataría económicamente a los Estados Unidos; tras del contrato del atún; tras de la entrega del PaSabedlo, soberanos y vasallos, cífico a la United Fruit Company; tras de insinuaciones constantes pa.
ra centralizar nuestras ventas de café en el mercado norteamericano; Próceres y mendigos: tras de todo eso. Canal de Nicaragua, Carretera Interamericana, Contrato del Caucho, reconocimiento del Tratado Bryan Chamorro y del Nadie tendrá derecho a lo supérfluo, Protocolo canalero Oreamuno Hughes! El peligro, por lo tanto, es grave. Piensen los costarricenses en la situación de su país, y no se pon.
Mientras alguien carezca de lo estricto.
gan a averiguar si en algunos de estos negociados hay cláusulas que autoricen la intervención. Tampoco las hubo en los Tratados de Wasitington de 1923, que don Ricardo Jiménez hizo aprobar con voces de amenaza, para venir a denunciarlos diez años más tarde, porque a la postre se dio cuenta al grande hombre de que sí lesionaban aquellos pactos là soberanía de Centro América!
No se diga de nuevo, como se dijo a la sazón al que esto escribe, que tocamos la campana grande del patriotismo. Los hechos demostraron que estábamos en lo cierto, como lo estuvimos al combatir la ignominiosa entrega de la soberanía costarricense estipulada en el Protocolo Oreamuno Hughes, por el que la República compromete sus derechos en el Río San Juan, la Bahía de Salinas y aquella porción del territorio nacional que sea conveniente y necesaria para la construcción Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Salvador Diaz Mirón