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39 LIBERACION 38 LIBERACION sa del pueblo y sus organismos de cultura, el periodismo y la escuela, sacrifican en El hombre nuevo es, pues, el avatar taumaturgo que por distintos caminos busel altar de Moloch y se consuelan de su falta de libertad con el simulacro del perro can los ambiciosos partidarios de un Alcibíades con algo de Rey Midas y los utópicos de Eiestos. El estrépito de la contienda, el fragor del combate, el tumulto de la discípulos de Diógenes. El elemento reaccionario y de extracción capitalista, pide verdadera lucha en los pueblos libres, horroriza a las almas friolentas, que sienten un Mussolini o un Hitler, un dictador investido de poderes absolutos que ponga fin a las inquietudes sociales y que de muerte y sepultura al Comunismo como orlas nostalgia del amo porque en ello les va la cotidiana presencia del puchero y la lamentable pitanza del esclave.
ganización política efectiva; un tirano honrado, dicen, que ponga orden en la AdmiEs necesario no forjar ilusiones. Toda rebeldía es inútil cuando la felicidad renistración Pública pero sin aumentar los impuestos ni cambiar el sistema tributario side en la obediencia servil. No puede haber redención a base del Mesías. Es ina todas luces imperfecto e injusto; un decidido defensor de sus intereses clasistas, aun cuando para ello se tenga que sacrificar a los débiles y pauperizados; en otras dispensable que exista el sacerdocio, que la crucifixión sea el preludio del apostolapalabras, un poderoso miembro de las asociaciones rotarias y de los clubs plutócrado. Porque la culpabilidad recae, antes que sobre la cabeza de los que se aprovechan del sistema, sobre la juventud falta de energía que ignora que la esclavitud es, tas, que no tenga ascos ni escrúpulos para irrespetar los postulados de la Constitución y las limitaciones de las leyes contrarias a su arbitrio y a sus conveniencias como alguien lo ha dicho, mucho peor que la guerra civil, que la guerra doméstica.
El credo quia absurdum de nuestro régimen político debe desaparecer, y no por de grupo.
la muerte natural de quienes lo han herido en dogma, sino por la violencia de un Para los utópicos que creen en la posibilidad de un renacimiento, de un régimen político que abra camino a la revolución social, el hombre nuevo forzosamente ha movimiento rebelde a las mentiras convencionales, por un acto de conciencia que tenga los perfiles de una rebelión de vida o muerte, por la voluntad resuelta de de ser el antípoda de Don Ricardo Jiménez. Esto es, que prefiera la acción a la vacia elocuencia; que en los asuntos públicos inyecte sinceridad antes que retórica; que quien tiene frente a si la disyuntiva única de una vida de ignominia o el aniquilafrente a lo tradicional, lo tabú y lo fetiche, tome el hacha demoledora y no se inmiento definitivo.
cline reverente; que sea rectilíneo en su acción y en sus ectitudes antes que sinuoso; apolítico preferentemente que zorro y taimado; que tenga pasiones en vez de escepticismo o cínico desgano, tal es, que reforme en lugar de conservar; que hiera en el instante en que sea menester herir y que no de la callada por respuesta cuando tenga de su lado la parcialidad del silencio.
El hombre nuevo, como Isocrates, debe dar a cada cual según sus méritos, ello equivale a decir, a cada uno según su capacidad y a cada capacidad según sus obras.
El favor cortesano, el paternalismo, el afecto a los nepotes, la cobardía razonadora, las ideologías filisteas y la grosería burguesa, quedarán desterradas del reino utópico de este nuevo Espartaco, inflexible, rudo, tenaz, desprovisto de miedo y con una visión clara y concreta de la fenomenologia social y económica del momento que vive. Un varón de Plutarco presidiendo una gran corriente de ideas y sentimientos; un hombre joven tal vez, fuerte, osado, libre, con una conciencia amplia y varonil, que rompa el molde de nuestros políticos parlanchines, falsos, oratoriales, mendaces. El Homúnculo redivivo, Fausto sin Mefistófeles, Prometeo desencadenado; en una palabra, un héroe homérico, Hércules y Marco Aurelio fundidos por la gracia de los dioses del Olimpo que se esconde en las entrañas hirvientes de nuestros volcanes.
Imaginaciones, fantasias amables, pero nada más. La realidad es avara en perspectivas. Ofrece el uno por mil. Se le pide un espiritu recio, templado en las luchas sociales; o una inteligencia libre de prejuicios, generosa hasta la inmolación y valiente hasta el heroísmo y ¿qué es lo que ofrece? La tabla rasa de una democracia absurdamente uniforme. El error consiste en esperarlo todo de la virtuosidad de un hombre. La carencia de orientaciones ideológicas, la ausencia de espiritu público, el marasmo político, no se remedian por la sola influencia del hombre providencial. Es necesario arribar a una estructuración en los partidos y en las ideas.
Pero todavía no hemos pasado de la etapa caudillesca y las impulsiones directivas no alcanzan a presentar los hechos en otra forma que la meramente esquemática del caudillismo en su aspecto más elemental. Tristísimo panorama, uniforme y yermo, desprovisto de la pujanza que era de esperarse en un pueblo joven, de riquezas virgenes, que tiene necesariamente que colocarse a mayor altura de la línea que la cobardía colectiva inexorablemente le señala. frente a un pasado muerto, frente a los hombres de la política considerada como la ciencia de la mentira y del engaño, frente a la resignación de un pueblo al que embaucan y corrompen los mantenedores de la Oligarquía, no existe otra cosa que la apenas audible protesta de unos cuantos intelectuales inconformes. La maEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.