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LIBERACION 33 ¡Cine Truculento. Literatura Roja!
Causas económicas del antimarxismo Por RICARDO GARCIA TREVIÑO he al Contra eso abren campaña las autoridades en forma de censores, porque el cine y los libros extremistas son responsables de la morbosidad en que el país se encuentra. No se les ocurre que el atentado personal, que la violencia, que la inconformidad tienen su origen en la miseria, en el dolor, en la angustia económica a que el actual régimen de explotación ha llevado a las clases trabajadores.
No se exaltarán las masas con folletos ni con películas cinematográficas, como no se convencerán los esquimales de que deben tomar refrescos helados, ni los pobladores de un puerto tropical de las ventajas de instalar en sus alcobas aparatos de calefacción, por muy buena propaganda que se les haga. Tampoco va nadie a laxarse, si está bien del aparato digestivo, porque ve anunciadas en carteles murales, en teatros, periódicos, revistas y tranvías las píldoras que no dan tiempo del doctor Ross.
Toma la medicina quien siente su organismo en descomposición. Igual cosa sucede con el cuerpo social: si está equilibrado, si todos los órganos funcionan normalmente, si no hay hambre, ni escasez de leche para los niños, ni baja de salarios, ni alza de los cambios, ni constante explotación de los muchos por los menos, pierdan cuidado las autoridades: ningún efecto morboso llegarán a producir el cine truculento ni la literatura roja.
Alguna vez demostrado como al tratar de oponer el marxismo socialismo los intelectuales marxófobos hacen el juego al fascismo, so pretexto de investigación científica pura. Ahora, y para la completa consprensión de este ienomeno haremos un somero análisis de las causas que determinan la actitud de estos señores.
La afirmación de que el socialismo marxista no es científico, descansa aparenteinente en una supuesta falsedad del materialismo dialéctico, que como se sabe, forma el basamento filosófico de aguél. Sin embargo, tal afirmación se basa de hecho en la diferente concepción que de la ciencia y de su papel histórico y sosial tienen al marxismo y el idealismo. Esta divergencia de puntos de mira obedece, a su turno, a causas mucho más profundas que simples diferencias académicas de criterio; tiene su razón de ser en las valorizaciones opuestas que uno y otro hacen de la vida y del mundo social en su conjunto.
Fara los intelectuales marxófobos (a quienes por sus buenos servicios al fascismo hay que clasificar entre los ideólogos de la burguesía) las ciencias por excelencia son las llamadas ciencias puras y, entre ellas, de una manera especialisima ca filosofia. Esto no tendría en si mayor importancia si no fuera porque por el camino de esa clasificación jerárquica de la ciencia se llega, de palabra o de hecho, a Ja afirmación de que la ciencia para serlo debe permanecer ajena a las cuestiones sociales, a las clases y a la lucha de clases. La serenidad y la majestad de la ciencia, se dice, no le permite descender a planos en que impera la pasión.
In tal forma con pretextos pseudocientíficos que impresionan a los tontos se crea la leyenda de que la verdadera ciencia debe ser abstracta y pura por dos razones: primero, porque toma sus principalez elementos en las facultades espirituales, inmateriales, extraespacio y extratiempo del hombre; y segundo, porque no tiene ni debe tener relación alguna con la vida social.
La primera afirmación es larga de aclarar, en prin término, porque las ciencias experimentales no han llegado a descubrir aún la esencia de la vida, única forma de aniquilar de una manera rotunda los sofismas ontológicos de la metafísica idealista que, aunque carentes por completo de valor intrínseco, ya que se basan en premisag incomprobadas y en apreciacioncg fideistas, gozan todavía de gran predicamento por tener una profunda raigambre en prejuicios y mitos seculares.
No obstante, la etnologia, la filosofía y algunas disciplinas fenomenológicas modernas prueban ya sin lugar a dudas que hasta las ideas abstractas como divinidad, derecho, justicia, bien, número, etc. tienen sus fuentes en ideas concretas de humanidad primitiva, nacidas en las cosas asimismo concretas que rodeaban hombre en aquel medio prehistórico. si esto no fuera suficiente, quedan todavía la al Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.