22 LIBERACION LIBERACION 23 hiciera el capitalismo, sólo seria un remedio aparente, porque el mal está en que el trabajador sólo es dueño de su fuerza y no tiene medios propios ni libertad pa.
ra aplicarla. El mal está en todo el sistema de capitalismo y no en un solo aspec.
to o parte de él; corregir uno o varios de sus defectos, atenuaria el mal general y disminuiria o aplazaria la lucha entre capitalistas y proletarios.
No se remediaria tampoco el mal con que de la noche a la mañana y como por milagro, los dueños de la tierra, de los instrumentos y materiales de pro.
ducción se volvieron buenos, desprendidos, compasivos, pues aun asi quedaria la división entre hombres que tienen y hombres que no tienen más que su fuerza para trabajar. De manera que las doctrinas y los sermones con que los sacerdotes pretenden lograr que los hombres que tienen el dinero sean buenos con los pobrese y que éstos se resignen con su miseria para alcanzar la gloria eterna en la otra vida, no resuelven la dificultad; al contrario, la complican, porque contribuyen a que la explotación de los pobres por parte de los ricos sea considerada como na tural e inevitable.
La raíz del mal está en que unos sean capitalistas y otros proletarios, condi.
ción que, como lo hemos explicado, se deriva de la forma y repartición que se da a la producción. Este mal sólo puede remediarse, pues, corrigiendo o transfor.
mando la forma de la producción y su repartición. Depende de las relaciones economicas entre los hombres, y no de causas morales o de otro género.
tratujo, unas veces los han heredado los hacendados de sus mayores y en todos los casos han sido acumulados por algún terrateniente, gracias a las rentas que otros campesinos le pagaron porque les permitiera usar de una parte de sus tierras, de sus pastos o de sus montes; o gracias a que el jornal que pagan a los trabajadores, generalmente en semillas y mercancías subidas de precio, vale menos de lo que vale el producto del trabajo, pues si el jornal que pagaran valiera exactamente lo que el trabajo produce, no tendria interés alguno el amo o patron en hacer que los peones trabajaran a jornal.
El campesino palpa a toda hora que el patrón come, se viste y disfruta de una vida mejor mil veces que la del trabajador; que tiene muchas cosas de lujo en exceso; que es ocioso; que tiene vicios y dilapida el dinero en ellos; que en muchos casos es cruel y perverso y que generalmente sus comodidades y riquezas aumentan de una manera constante. En cambio, el trabjaado: come, se viste y vive cada dia peor, todo le hace falta; no tiene momento de descanso; no puede gozar de un solo placer, por honesto y humilde que sea; y su pobreza, sus enfermedades y sus pe.
nas van creciendo siempre y parecen no tener fin ni alivio posible.
Esta comparación entre la vida y el porvenir de capitalistas y proletarios ha creado naturalmente un sentimiento justificado de inconformidad, de inquie.
tud de agitación crecientes en el trabajador. en su mente se ha fijado el pensamiento de como mejorar su vida y cómo corregir esa diferen de condiciones entre el proletario y el capitalista; pensamiento que unas veces es prudente, reposado y justo, y otras ha sido violento, exaltado y lleno de desesperación. Unas veces ha tomado forma en actos con alcance más o menos bueno y duradero; y otras la quedado solamente en estado de proyectos, planes y aspiraciones.
Ese pensamiento no ha sido de un trabajador o de un grupo de ellos solamente, sino general y uniforme en todos los trabajadores de cada país y del mun.
do entero, y no solamente de nuestros tiempos nada más, sino de todos los tiem pos, desde que se dividieron los hombres en proletarios y capitalistas. todas esas ideas, pensamientos y actividades de los trabajadores y de los amigos de los trabajadores, por medio de los cuales han creído unos y otros que se puede establecer un sistema diferente de organización del trabajo, una repar.
tición justa de los medios de producción, como son la tierra, las herramientas, las máquinas, los materiales, etc. y una distribución también equitativa del producto del trabajo para corregir los terribles efectos del sistema capitalista, a esto es a lo que se llama socialismo. a todos los actos o planes concretos que el proletariado y sus amigos realizan, de acuerdo con dichas ideas, tales como los sindicatos, las leyes que fa.
vorecen al obrero, las huelgas, etc. se le llama movimieno o lucha social.
Es claro que no todas las ideas que se proponen contra el capitalismo son socialistas, y hasta hay algunas que son contrarias al socialismo; pero no trataremos de explicar aqui cuáles son éstas. Por lo pronto sólo hemos querido dar una idea lɔ más sencilla posible del socialismo.
Conviene entender bien que ese estado de lucha entre el proletario y el capitalista, no se debe a que éste sea rico, ni a que disfrute de mejores casas, mejor comida, más comodidades, etc. es decir que no se debe a envidia de los trabajares, pues si así fuera bastaria con que se mejorasen las condiciones del trabaja.
dor para que la lucha cesara o disminuyera. Muchos patrones, haciéndose aparecer como desinteresados amigos de los trabajadores, lo han hecho así y no por esto ha terminado la lucha. Esta se debe a que el modo, el sistema dentro del cual vi.
ven los proletarios, necesariamente crea esa diferencia con los capitalistas, todas las malas consecuencias que ya hemos señalado. Cualquiera concesión que con Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.