Vicente Sáenz

LIBERACION El Tratado de Comercio con Estados Unidos Es lucha fuerte, lucha incesante, lo que salva a los pueblos Por JUAN DEL CAMINO Nadie con sentido común será capaz de imaginarse que los Estados Unidos, por simpatía a los consumidores costarricenses, quieran obtener una rebaja de aforos para determinados artículos que allá se producen. Lo que Washington desea es la expansión de su comercio, el aseguramiento de los mercados latinoamericanos, el inundar a estos pueblos con sus manufacturas, forzando su negocio al amparo de las tarifas diferenciales que pretende obtener con el Tratado que ya el Ejecutivo tiene en estudio.
Mr. Leo Sack, Ministro de la potencia anglosajona, declaró recientemente que su país tiene la esperanza, fundada en lo que han hecho otras naciones de América, de que también Costa Rica aceptará el proyectado convenio comercial, porque el empeño básico de su Gobierno es el de que ambos contratantes se brinden mutuos beneficios.
Estamos de lleno con el señor Sack en lo que se refiere a la necesidad de brindarse mutuos beneficios, puesto que no sería lógico para ningún Estado el suscribir protocolos comerciales o de cualquiera otra índole que estén en pugna con sus intereses. LY siendo como es la tesis del señor Ministro norteamericano la única justa, estamos seguros de que aprobará que los costarricenses estudiemos con el mayor cuidado la proposición peligrosísima que se nos hace, pues así podrá evitarse que nuestro país se convierta en tributario forzoso de un vendedor privilegiado.
Viene usted de México, Vicente Sáenz, con nobles afanes editoriales. Quiere darle sentido a su permanencia en este país. Se propone publicar un mensuario y pide a quienes aquí escribimos la página que exprese la visión actual del mundo.
No es dificil hoy tener al día esa visión. No hay suceso que el hombre no se apresure a lanzar a través de la onda maravillosa de la radiodifusión. El espacio está lleno del aliento vivo del mundo. penetra a nuestras propias habitaciones y nos vuelve meditativos.
También aquí hay sucesos, pero no sabemos si tienen aliento vital o son simples miasmas de muerte. El que está agobiado por el pesimismo afirma el poder mortal de nuestras emanaciones sociales, políticas, económicas.
Por esto es corriente en el escritor nuestro buscar el tema exótico para hacer filigranas literarias cuando le piden cuartillas destinadas a la publicación. Haciéndose el desentendido no se compromete ni compromete al editor.
La incredulidad no me ha vuelto comodidoso y sin tenerme por escritor, sí soy de los que siguen las cosas de este país con aspiración de lucha. Me interesa su empeño por darle a Costa Rica un órgano más de expresión. No es un mensuario por voluminoso y bien nutrido que aparezca el ariete que golpeará sobre esta indiferencia y complicidad nacional. Pero usted llega de nuevo a su patria, tal vez de paso, y sólo quiere no vegetar. El mensuario que proyecta es bueno para poblaciones rurales o urbanas que hayan aprendido a leer. Pero aquí ni lo rural ni lo urbano sabe leer. No sabemos qué lugar ocupará en las estadísticas de importación de impresos este país. Pero si es lugar preferente estamos seguros de que libros o folletos vendidos por nuestras librerias tienen destino al estante que los alinea inéditos. En Costa Rica no se lee. Existe la vanidad en ciertas gentes por la biblioteca voluminosa. La ostentan y se desviven persiguiendo colecciones de autores.
Pero nada más. Nuestras clases ilustradas son tan analfabetas como las propiamente tales.
El diario es lo que trabajaría verdaderamente en la formación de conciencia.
El aplanamiento que nota al instante el hombre o la mujer que nos visita queriendo darse cuenta de lo que somos, es fruto desgraciado de nuestra prensa diaria. Los periódicos de todas las épocas han vivido haciendo equilibrio. se ladean a lo oficial y se atascan de cortesanismos, o simulan independencia para crecer más rápidamente. Entienden que las ocho columnas de cada página deben enchirse de noticias y gacetillas. Fuera de ese pasto picado no sirven otra cosa a las desventuradas poblaciones rurales y urbanas. aquí los sucesos son muchos y de importancia grande para darles el trato miserable que la prensa diaria les da. Es urgente la aparición del diario dispuesto Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica: