Informe sobre México para el Comintern, 1935. RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 251.
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sólo del proletariado, sino también de otros sectores de la población oprimida. Numerosas organizaciones estudiantiles, campesinas, de mujeres, etc., intentaron adherirse al Comité para rechazar juntos con el proletariado los ataques de la reacción.
Tal es la situación excepcionalmente favorable que el Partido Comunista de México no había sabido comprender y aprovechar. Aferrado a su vieja posición sectaria, englobando arbitrariamente a toda la burguesía en un sólo bloque con los latifundistas reaccionarios, tildando al gobierno y a su partido de instrumentos de la dominación imperialista y considerando su programa, el “Plan Sexenal”, como un programa de fachización, el Partido Comunista frenaba de hecho el movimiento popular contra el imperialismo. Lo funesto de tal posición resulta ahora ante las intrigas del callismo, que ha llegado hasta intentar el asesinato de Cárdenas y que ha provocado una balacera en el Parlamento, con un saldo de varios diputados muertos y heridos. Con las intrigas del callismo coinciden la campaña de los clericales en los Estados Unidos contra el Gobierno de Cárdenas comienzo de hostilidad de algunas compañías mineras, que amenazan con cerrar sus minas y sus plantas de refinación de metales, “si el gobierno continúa fomentando las huelgas”. Se están creando así las condiciones para una alianza de todos los elementos reaccionarios, con los callistas a la cabeza, y con el apoyo del imperialismo, para echar abajo a Cárdenas en cualquier forma, inclusive mediante la sublevación armada, y establecer una dictadura en México.
Después del VII Congreso de la Internacional Comunista, el Partido Comunista de México ha rectificado rápidamente su posición errónea. Ha declarado que apoya al Gobierno de Cárdenas y ha comenzado a concentrar consecuentemente el fuego contra el callismo, con demandas como las de “expulsión de todos los callistas del Gobierno, del Ejército y del y un