Discurso de Hernán Laborde en la Convención del Partido Comunista de Estados Unidos, Nueva York, 31 de mayo de 1938. RGASPI, fondo 495, reg. 108, exp. 203.
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la unión del pueblo, calumniando a los líderes de la Confederación de Trabajadores de México, especialmente de [a] su líder principal, camarada Vicente Lombardo Toledano, con el propósito de dividir y debilitar el proletariado que es la columna más vigorosa del Frente Popular.
Los trotsquistas han comenzado a jugar abiertamente un papel de provocadores, lanzando consignas "ultra izquierdistas"
para confundir y engañar a la masa, y para agravar las dificultades del gobierno. Pretenden que el gobierno rehúse indemnizar a las empresas petroleras, e intentan empujar al proletariado y al gobierno a una lucha prematura e insensata por la nacionalización de otras industrias.
El Partido Comunista no descansará en su lucha contra Trotsky hasta no desenmascararlo ante el gobierno y el pueblo, en su verdadero papel de traidor, hasta no demostrar que Trotsky está jugando en México, como en la Unión Soviética y en el resto del mundo, el papel de un agente del fascismo. El Partido Comunista no descansará hasta no lograr que Trotsky sea expulsado de México.
Al mismo tiempo, el Partido Comunista de México lucha у no descansará hasta no lograr que desaparezca la más inexplicable contradicción en la política internacional de Cárdenas, hasta que no hayan sido restablecidas las relaciones de México con la Unión Soviética.
Pero yo quiero insistir, camaradas sobre el hecho de que el pueblo mexicano está y seguirá unido y preparado para la lucha, no sólo mediante acciones pacíficas de masas, sino también con las armas en la mano. Decenas de millares de campesinos armados son la reserva auxiliar del ejército. El 1º de mayo, en la demostración de la CTM, sólo en la ciudad de México, marcharon militarmente formados 30.000 obreros que han recibido instrucción militar y están prontos a tomar el fusil.