CommunismDemocracyWorkers FederationWorking Class

El Comité Central del PCM a los comités del partido, México, 11 de mayo de 1937. RGASPI, fondo 495, reg. 108, exp. 195.
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Esto supone a la vez una tendencia a la colaboración con los patrones y al frenamiento de la lucha huelguística del proletariado, cosa evidente por ejemplo en la actuación del grupo divisionista de Colunga y de la Ola en Monterrey.
La corriente de derecha de estos líderes ha conducido a hechos tan repugnantes como la manifestación de los divisionistas de Nuevo León el 1º de Mayo, en Monterrey, donde se reunió a los grupos blancos y aún a representantes de la patronal y de la Acción Nacionalista (dorados).
Ha conducido también a la campaña de los divisionistas del Distrito Norte de la Baja California, en alianza con el Senador de derecha José María Dávila (cedillista) y con los líderes de la CROM, que reciben órdenes de Calles y apoyados por el grupo de dirigentes de Lombardo y Velázquez, en contra de la dotación de tierras a los campesinos, iniciada por el Presidente Cárdenas y por el Gobernador izquierdista, Taboada.
Para aplicar sin dificultades esta línea, los dirigentes a que nos referimos se empeñan en controlar totalmente las organizaciones desde la dirección nacional de la CTM, hasta los sindicatos; y en excluir a los militantes comunistas у obreros revolucionarios en general que se empeñan en imprimirle a la CTM una orientación verdaderamente revolucionaria.
Para asegurarse el control absoluto los dirigentes de que se trata han venido cometiendo numerosos errores y arbitrariedades que pueden ser clasificados así:
a) Una política de división que impide el crecimiento de la CTM y cuyo ejemplo más característico es el rechazo de la Federación Mexicana de Trabajadores de la Enseñanza con sus 68.000 miembros.
b) La anulación de la democracia sindical y de la autonomía de las Federaciones imponiendo la dictadura llull