Discurso de Hernán Laborde, candidato del Bloque Obrero y Campesino a la Presidencia de la República, Monterrey, 13 de mayo de 1934. RGASPI, fondo 495, reg. 108, exp. 174.
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tados Unidos a Panamá, cuando estalle la guerra, Uds., ven, camaradas, no es el turismo, no es el fomento de las relaciones comerciales, son los planes estratégicos, los preparativos de guerra del imperialismo yanqui los que exigen la inversión de decenas de millares de pesos en carreteras, el que exige la construcción de carreteras cuyo material verdadero es el sudor, la sangre, el sacrificio y ¡la vida de las masas trabajadoras!... (Gran ovación. Gritos: “Abajo el imperialismo yanqui! ¡Abajo sus lacayos! ¡Abajo la guerra imperialista!").
La guerra va a estallar muy pronto. Quizá en este año.
En Europa, o en Asia, o en América, la guerra entre dos potencias o entre dos grupos de potencias imperialistas, la guerra entre los Estados Unidos y el Japón, o la guerra del Japón y de los fachistas alemanes o contra la Unión Soviética. Donde quiera que estalle, la guerra se extenderá a todo el mundo. Es más, la guerra ha comenzado ya, está en marcha.
El Japón continúa sus operaciones vandálicas, de conquista, contra el pueblo chino. En la América del Sur, la guerra entre Paraguay y Bolivia está tomando caracteres de barbarie increíble. Se ha comenzado a bombardear ciudades indefensas, a ametrallar pobladores pacíficos, a envenenar poblados enteros con gases asfixiantes.
El Gobierno está preparando la entrada del país en la guerra. La está preparando, no sólo en el sentido material, sino también en el terreno de la propaganda ideológica. Se cultiva y se fomenta el chovinismo, el patrioterismo, el odio al trabajador y pequeño comerciante extranjero. En esta forma se desvía el descontento de las masas trabajadoras, haciéndoles perder de vista a sus verdaderos enemigos, los capitalistas, terratenientes y banqueros en general, sin distinción de razas ni de lenguas. Se divide a los trabajadores y pequeños comerciantes, poniéndolos a pelear entre ellos en vez de luchar juntos contra sus adversarios comunes. Pero, sobre todo, se crea un estado de exaltación patriótica, de borrachera