BourgeoisieHitlerStrikeSyndicalismViolenceWorkers MovementWorking Class

Discurso de Hernán Laborde, candidato del Bloque Obrero y Campesino a la Presidencia de la República, Monterrey, 13 de mayo de 1934. RGASPI, fondo 495, reg. 108, exp. 174.
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Rodríguez ha dicho y Cárdenas ha ratificado que el gobierno intervendrá directamente en la vida interior de los sindicatos. Esto significa el reforzamiento del arbitraje obligatorio y la supresión total del derecho de huelga. Pero significa algo más. Cárdenas declara que unificará al proletariado y eliminará los elementos de desorden. Unificar al proletariado desde arriba, desde el Poder Ejecutivo del régimen burgués-feudal, significa sojuzgar, controlar, dominar al proletariado. Eliminar los elementos de desorden significa echar afuera de los sindicatos a los luchadores sinceros, que se empañan en conservar la independencia de los sindicatos como organismos de lucha de clases. Extraoficialmente se comienza a propagar la idea de los sindicalismos forzosos.
Hacia allá se orienta el gobierno con las anunciadas reformas a la Ley del Trabajo y con el próximo Congreso de Derecho Industrial.
¿A qué conduce todo esto camaradas?: Conduce a la fachización abierta del movimiento obrero, conduce a los sindicatos fachistas de Mussolini o al Frente del Trabajo Alemán de Hitler. Se trata de transformar los sindicatos, de organismos independientes de lucha de clases, en dependencias burocráticas del gobierno dirigidas dictatorialmente por un funcionario cualquiera del Departamento del Trabajo, que se encarguen de someter al proletariado a la voluntad del patronaje por medio de la presión, la amenaza y la violencia.
(Gritos: “¡Abajo la Ley fachista del Trabajo!")
El gobierno pretende disfrazar sus verdaderos propósitos con frases mentirosas sobre la planificación de la economía, sobre la industrialización y la independencia económica del país, se nos quiere hacer creer que la Compañía Petrolera Mexicana logrará la nacionalización del petróleo y que las cooperativas servirán para nacionalizar la industria minera y las plantas de energía. Pero el “Plan Sexenal” declara que se respetarán los “derechos adquiridos", y tales derechos
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