Bourgeoisie

Discurso de Hernán Laborde, candidato del Bloque Obrero y Campesino a la Presidencia de la República, Monterrey, 13 de mayo de 1934. RGASPI, fondo 495, reg. 108, exp. 174.
---------
siste aún el trabajo forzado y gratuito. Subsisten los salarios de $ 0.15 y $ 0.20 y más aún: hay verdaderas bandas de peones sin trabajo que recorren las haciendas ofreciéndose para trabajar por la comida. Hay centenares de miles de obreros sin trabajo que no perciben ni un centavo para comer y para dar de comer a sus familiares.
El Gobierno ha confesado que existen en el país 300,000desocupados. Para nosotros es evidente que la realidad sobrepasa en mucho a esta cifra. Pero supongamos que sean sólo 300,000. ¿Se dan Uds. cuenta de lo que esto significa?
¿Cómo viven y qué comen esos 300,000 desocupados, sus mujeres, sus madres, sus hermanas y sus hijos?
El Primero de Mayo, Lázaro Cárdenas renovó sus promesas de ayuda a los desocupados. Pero, ¿quién puede creer en estas promesas después de la serie de criminales engaños con que se ha venido entreteniendo el hambre de los sin trabajo? Uds. recuerdan como Plutarco Junior engañó a los desocupados de Monterrey, enviándoles a trabajar por unos días a las carreteras para liquidar el movimiento de desocupados y abandonarlos después a su propia suerte. Uds. deben recordar la escandalosa campaña del medio millón y los planes de colonización agrícola con “repatriados”. El Comité de Repatriación, que encabezaba su ilustre paisano de Uds., el burgués Lachica, recolectó $ 250.000, se gastó $ 150.000 en palas y picos y todavía no rinde cuentas del resto. De los manejos del famoso Comité sólo sabemos en realidad una cosa;
que las colonias de Pinotepa y “El Celoso" eran campos de deportación, de explotación y de muerte, donde los “repatriados" que no huyeron a tiempo encontraron la solución definitiva de sus problemas: se murieron de hambre o de paludismo. El gobierno tiene razón, camaradas: el problema de los sin trabajo se resuelve dándole tierra, pero no tierra para que la cultiven, sino para que los entierren, para dormir el