BourgeoisieCominternCommunismCommunist Party

Vittorio Codovilla sobre el Congreso Extraordinario del PCM al Comintern, México, 13 de mayo de 1940. RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 235.
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jada, entre otros, por ese canalla de 54, que ahora es uno de los Consejeros de Cárdenas). En cambio el Gobierno trató de restarle importancia a las denuncias de nuestro Partido.
Pero además, la reaparición de nuestro Partido en la arena política, como Partido independiente, el planteamiento a través del informe de 1 de los problemas de la revolución y las formas de organizar la lucha por defender las demandas inmediatas de los obreros y del pueblo, ha irritado a los enemigos, pero también a muchos "amigos” burócratas sindicales y altos funcionarios del Gobierno, los cuales acusan a nuestro Partido de querer soliviantar a las masas populares con vistas a aclarar la revolución "comunista".
Ante los primeros pasos que da nuestro Partido para popularizar y aplicar su línea política de Partido independiente, una gran parte de la burguesía progresista sigue a Cárdenas, empieza a demostrar su descontento por considerar que la actividad del Partido Comunista, trae como consecuencia una agudización de la lucha de las fuerzas contrarrevolucionarias contra el actual régimen. Las consignas lanzadas por el Partido de que es preciso luchar por las reivindicaciones inmediatas de las masas, van teniendo seria repercusión entre las clases trabajadoras. Una parte de los obreros petroleros, mineros, ferrocarrileros, textiles y empleados públicos, empiezan a agitarse y a pedir mejoras en sus condiciones de vida y de trabajo, lo que provoca la resistencia de los líderes sindicales que siguen la política cardenista. En las organizaciones dependientes del estado, Instrucción Pública y Trabajos Públicos, etc., hay una tendencia de parte de los Ministros y altos funcionarios a apoyarse en los elementos de derecha, para desplazar de los puestos de dirección de los Sindicatos a los comunistas, o a impedir que estos consigan puestos de dirección en los mismos. Es decir, que la tendencia actual del gobierno y de los líderes sindicales en su conjunto es impedir la lucha por las reivin-