Vittorio Codovilla al Comintern, sobre la situación en el Partido Comunista de México y algunos partidos latinoamericanos, México, 1 de febrero de 1940. RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 235.
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que declacontra del stalinismo. Habréis visto que a través de mi intervención he insistido mucho sobre la necesidad de explicar al P. y a las masas en general, que el marxismo-leninismo de nuestra época es el Stalinismo. En México existen muchos “revolucionarios”, hasta que se dicen comunistas ran su acuerdo con el marxismo-leninismo en general, pero no con el stalinismo. Esa posición, reflejo de la influencia contrarrevolucionaria del trotskismo se refleja también en nuestro P. En casi todos los documentos del P. y en las intervenciones de nuestros camaradas en mítines y reuniones, hablan (se habla] siempre del partido marxista-leninista, de la Internacional de Lenin, pero no de Stalin y del stalinismo.
Hemos preguntado a uno porqué existía esa “omisión” en la explicación de la teoría y de la práctica del P. [y] su contestación fue la siguiente: No es que desconozcamos la obra grandiosa de Stalin, pero su obra no se puede presentar de la misma manera que la obra de Lenin, porque Stalin está actuando en un momento en que muchos actos de la URSS, aunque justos y necesarios, chocan con el sentimentalismo revolucionario de ciertos elementos, los alejamos [sic]. Otra demostración que refleja la influencia sutil de los trotskistas en la ideología de nuestro P., es la siguiente: después de mi intervención criticando a la dirección del P. y a 3, de defensa consecuente de la URSS y del stalinismo; con motivo del aniversario de la muerte de Lenin, con el propósito de hacer un acto conmemorativo a base de Frente Único, la dirección del Partido accedió a la demanda del Sindicato de Electricistas -donde existe la influencia trotskista ya indicada- de que no figurara en los carteles del mitin y en el mitin mismo, el retrato de Stalin junto con el de Lenin. Tuvimos que intervenir enérgicamente, para impedir que esa capitulación vergonzosa ante una exigencia de carácter trotskista.
Esa actitud del P. ante el trotskismo -reflejo del liberalismo podrido que existe en las esferas dirigentes de la política por su falta
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