Anti-communismCominternCommunismDemocracy

Vittorio Codovilla, intervención en los trabajos preparativos para organizar el Congreso Extraordinario del PCM, México, 14 de diciembre de 1939, enviado al Comintern. RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 122.
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los líderes contrarrevolucionarios, sino que al contrario, esa lucha hay que hacerla más intensa que nunca y sobre la base de hechos concretos demostrar que su posición anti unitaria y su política anticomunista sirve a los intereses de la reacción. Pero la política de unidad sindical podrá tener éxitos si la CTM da el ejemplo de cómo debe ser una organización sindical revolucionaria. Si la CTM -muchas de sus organizaciones, se libera de los restos de vicios de la politiquería burguesa y desde arriba hasta abajo establece una verdadera democracia sindical. La lucha por la unidad sindical, por el engrandecimiento de los sindicatos existentes, debe hacerse en función de la acción común por las reivindicaciones inmediatas. Los comunistas, interpretando el estado de malestar de las masas, a causa de la ofensiva patronal contra los salarios, y las horas de trabajo, carestía de vida, etc., deben plantear en sus respectivos sindicatos esos problemas, y obtener que se confeccionen plataformas de reivindicaciones inmediatas y organicen la acción de masas para conseguirlas. La otra cuestión importante es luchar para que los sindicatos cumplan su función de defensores de los intereses de la clase de los obreros y conseguir que termine la política sindicalista de administración de las empresas por los sindicatos, que al final va a servir solamente para desacreditar [a] las propias organizaciones obreras. Ese problema ya lo ha planteado el Partido, pero creo que hay que explicarlo en las asambleas sindicales, en que se preparen la plataforma de lucha por las reivindicaciones obreras y demostrar que ese es el papel del sindicato y no el de administrar la producción. Las empresas que sea preciso nacionalizar, el Gobierno debe ser quien las administre, con el control obrero; pero de ninguna manera debemos supeditar los intereses de los obreros a las alternativas financieras determinadas por las posibilidades de rendimiento de las empresas.