Anti-communismCominternCommunismCommunist PartyTrotskyismURSS

Vittorio Codovilla, intervención en los trabajos preparativos para organizar el Congreso Extraordinario del PCM, México, 14 de diciembre de 1939, enviado al Comintern. RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 122.
---------
dejó campo libre a la calumnia baja y ruin de la prensa mexicana contra la URSS, de esa gran prensa mexicana que recibe las directivas del imperialismo americano y toma los “argumentos” de la campaña antisoviética en el [del] arsenal contrarrevolucionario del trotskismo. Los camaradas reconocieron eso de que estaban a la defensiva y publicaron el manifiesto del Partido, que en general era combativo y que produjo muy buena impresión en el pueblo. La jauría contrarrevolucionaria se agitó, se movilizó, recrudeció la campaña por la disolución del Partido Comunista. Pero creyendo que había llegado el momento de dar un golpe decisivo, no sólo a nuestro Partido, sino a todas las fuerzas progresivas del país y obtener de Cárdenas que se desolidarizara [sic] de su política revolucionaria anterior, las fuerzas contrarrevolucionarias fueron demasiado lejos en sus exigencias y consiguieron levantar contra ellas a todo el pueblo. Ése era el momento más propicio que nunca para que nuestro Partido pasara a la ofensiva y pedir que se pongan fuera de combate a las fuerzas de la contrarrevolución. Sin embargo, nuestros camaradas del Secretariado, publican una declaración posterior al manifiesto, declaración mucho menos combativa y en la cual no se insiste ya en la defensa de la solicitud de la Unión Soviética en el conflicto finlandés –razón por la cual se quería disolver a nuestro Partido, sino que se limitan a las cuestiones de carácter nacional. El Partido sigue en la defensiva.
Pero hay algo más grave, camaradas. Yo de eso no hago un cargo a nuestro camarada Carrillo,' que sé es uno de nuestros abnegados dirigentes del Partido, sino que a vuesRafael Carrillo (1903-1999), comunista mexicano, secretario general del partido hasta 1929 y de allí en adelante un disciplinado miembro hasta 1940 cuando fue expulsado. El resto de su vida fue seguidor de Vicente Lombardo Toledano. En Jeifetz, Jeifetz y Huber, La Internacional Comunista y América Latina, pp. 71-73.
Null