Vittorio Codovilla, intervención en los trabajos preparativos para organizar el Congreso Extraordinario del PCM, México, 14 de diciembre de 1939, enviado al Comintern. RGASPI, fondo 495, reg. 17, exp. 122.
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do del proletariado, en las condiciones de una revolución democrática, no se haya [sic] consolidado y desarrollado hasta transformarse en un partido de masas. Solamente teniendo una línea política falsa, sectaria-oportunista, que impide al Partido ligarse con las masas obreras y campesinas para impulsarlas en la lucha por desarrollar la revolución, se explica el hecho de que el Partido no progrese y se aísle de las fuerzas motrices de la revolución democrático burguesa en las condiciones del imperialismo sin la hegemonía del proletariado y el papel dirigente del Partido Comunista, no solamente no se desarrolla, en forma continua y progresiva, sino que después de haber destruido parte de las fuerzas del feudalismo у de haber abierto los cauces al desarrollo de una burguesía nacional, ésta se alía con las fuerzas del feudalismo y con las del imperialismo y frena el desarrollo de la revolución. Tenemos ejemplos vivientes en los últimos periodos. Cito un ejemplo, por vosotros bien conocido, el de España. El 14 de abril de 1931, triunfo de la República, gracias a una amplia y variada acción de masas; huelgas, movimientos de campesinos, manifestaciones callejeras, insurrecciones en el Ejército, que culminaron en las elecciones que dieron el triunfo a la coalición republicano-socialista. Cayó la monarquía, los terratenientes y la gran burguesía estaban aterrados, los aristócratas huían de España presos de pánico. Sentían que el pueblo iba a realizar la revolución. Pero ¿qué pasó? El pueblo que con sus luchas abrió los cauces de la revolución entregó el poder a las fuerzas de la burguesía y de la pequeña burguesía –incluyendo en esta última a los socialistas, y éstas en el poder, a pesar de sus frases altisonantes, después de haber realizado algunas reformas de carácter popular -pero sin atacar a fondo la base material de la contrarrevolución, sin haber destruido a las fuerzas semifeudales del campo, confiscando sus tierras y entregándolas a los campesinos y obreros agrícolas, sin haber atacado a fondo el gran capital financiero, sin
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