CominternCommunismCommunist Party

Sen Katayama al Comintern, Moscú, 10 de enero de 1922. rgaspi, fondo 495, reg. 18, exp. 66, ff. 211-214, traducción del inglés.
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Ellos intentaron intimidarme, pero yo me opuse y después de discutir se acordó enviar a Allen a Argentina con dólares y a Yavki (Katayama) con dos mil dólares y conservar la Oficina de los Negros sin salarios. Rose Stokes y Jenny Dean, ambas antiguas militantes del Partido Comunista, se encargarían de él. Posteriormente se adoptó la resolución de adelantar 400 dólares al UCP para destinarlos a los compañeros presos.
Yo no estaba satisfecho con los resultados de la reunión.
De inmediato me reuní con Fraina y supe que él no había dado a Harper el derecho a representarlo. Fraina escribió a Harper negando el derecho de este último para sustituirlo.
Había sido una completa falsedad por parte de Harper. Él actuó como un impostor en dicha reunión. Harper estuvo presente en una segunda reunión en la cual se opuso a mí, lanzando toda clase de insultos en contra mía, —que no era apto para el cargo, y amenazándome con expresiones como “Si yo pidiera al Comintern expulsarte, lo haría" -. También amenazó con retener los fondos, que en su mayoría se encontraban en sus manos. Y que no daría ni un centavo sin un recibo firmado por tres miembros —Scott, Fraina y Yavki (yo).
Era una demanda escandalosa de su parte, pero de todos modos no entregó ni un centavo. Tuve que pedir prestado al PC para arreglármelas de algún modo. Lo hice recordando que fue el mismo Harper quien recomendó a Ruthenberg y Furgeson22 a retirar al PC recursos por ocho mil dólares o más, que fueron aprovechados por su partido minoritario, el UCP. Scott no contuvo las demandas y acciones de Harper.
Ahora, camaradas, quizá les conté demasiado, pero lo anterior es parte de mi más desagradable experiencia en Estados Unidos, entre camaradas de confianza. Finalmente Comunistas norteamericanos.

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