CominternCommunismConfederación General de TrabajadoresProfintern

Sen Katayama al Congreso de la Confederación General de los Trabajadores, Nueva York, agosto de 1921. rgaspi, fondo 495, reg. 18, exp. 66, ff. 340-342, traducción del inglés.
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Asistieron más de 300 delegados en representación de aproximadamente 17 000 000 de obreros sindicalizados, provenientes de casi todos los países del mundo, incluidos Canadá, Estados Unidos, México y Argentina.
El problema fundamental que dominó el Congreso fue la creación de una internacional sindical poderosa, así como convertir a los sindicatos reaccionarios a la lucha revolucionaria. Se discutió acerca de si los revolucionarios debiesen permanecer y trabajar en los sindicatos reaccionarios. Casi por mayoría, el Congreso votó en contra de que los revolucionarios y comunistas se retiren de los sindicatos reaccionarios; al contrario, deben permanecer dentro, trabajar y conquistar a estos sindicatos. Uno de los principales problemas en México (y en todos los países) es la unidad del movimiento laboral — “dos organizaciones equivalen a debilidad”—
Pero por ahora es obviamente imposible unir a la CGT con la CROM. Más aún, la experiencia nos demuestra (como en el caso de la iww, en Estados Unidos), que no se puede conquistar a los sindicatos reaccionarios desde afuera. Por tanto, es necesario que los comunistas y revolucionarios mexicanos permanezcan dentro de la CROM, lleven a cabo un trabajo de agitación constante e implacable a favor de la Internacional Sindical Roja y en contra de los sindicalistas traidores como Morones, combatir a los reaccionarios en cada aspecto de la lucha inmediata y poder así tomar el control de la CROM para la lucha revolucionaria y unirla luego a la CGT. Tomando en consideración el temple revolucionario de los trabajadores mexicanos, esto no ha de ser una tarea difícil.
Otro tema ampliamente debatido durante el Primer Congreso de la Internacional Sindical Roja, fueron sus relaciones con la Internacional Comunista. El temor de algunos delegados era que una Internacional política, pudiera llegar a controlar a una Internacional que es industrial. Pero prevaleció el sentido común revolucionario y se acordó que los Comités "" 351 Hull