BourgeoisieCapitalismProfintern

Informe de Manuel Díaz Ramírez al Comité Ejecutivo de la cgt sobre el Primer Congreso de la Internacional Sindical Roja en Moscú, julio de 1921, escrito en México, noviembre de 1921 y con posdata de enero de 1923. rgaspi, fondo 495, reg. 108, exp. 12,ff. 1-10.
---------
no existe a menos que tenga una posición definida, que sepa lo que quiere y en los momentos de prueba se coloque decididamente frente al enemigo natural: la burguesía.
Nada de esto ha hecho ni hará la Internacional de Ámsterdam; por el contrario, el Primero de Mayo de 1920 lanza un manifiesto declarando dos cosas, que son la antítesis una de la otra, pues mientras declara por un lado estar en favor de la socialización de las industrias, por el otro dice que está de acuerdo con las resoluciones del Congreso de Washington, las cuales son un lloriqueo indigno, apelando a la buena voluntad de la burguesía para mejorar las condiciones de los trabajadores. Bajo tales circunstancias, ¿puede considerarse Ámsterdam como una organización militante de acción revolucionaria? Por ningún concepto.
Pero sí debe considerársele como el foco de reacción más peligroso para los obreros porque contribuye a crear una lamentable confusión entre sus filas, haciéndoles creer en la estabilidad del sistema capitalista y creando la errónea premisa de que es posible la armonía entre explotados y explotadores. No, proletarios de México, la Internacional amarilla de Ámsterdam lo mismo que las organizaciones nacionales que aún se hallan bajo su influencia, no pueden ser otra cosa que puntales del capitalismo, baluartes de la reacción burguesa y sostenidos por ésta para su propia conservación; pero nosotros, unidos los trabajadores de todo el mundo, cumpliendo con nuestra histórica misión tenemos el deber de destruir, sustituyéndola por la verdadera organización Internacional de los trabajadores, una organización que esté por la guerra de clases no sólo en palabras sino en acciones.
Todas las maniobras de la burguesía han fracasado para uncir de una manera definitiva las masas laborantes al carro de sus innobles ambiciones, Leeds, Berna, Ámsterdam, Washington, Laredo y ahora nuevamente Washington con su Hull