CominternCommunismCommunist PartyStalinURSSViolence

ADELANTE. A CONTINUAR LUCHANDO oz la Casa de la entro n, alto, si no como si menda.
vamos.
sreos a e subir alta y de los si fuera uso y le cabeza to pero on gran tenga mente y de la ni zona cuando pique ción. camión con fulamado ina con de las ambién e el tal emanas sionado como a pasar lotón de ido una entrega Dijeron capitán misión nces fue vez por malmenlijeron a ranquililos acontecimientos de 1932 y la matanza organi gracias al heroísmo y patriotismo del FMLN.
zada por el dictador Hernández Martínez. Se abrió entonces una historia de violencia y represión Del libro de Roque Dalton reproducimos el relaininterrumpida, que parece que llegar a su fin to sobre el fusilamiento de Miguel Mármol.
en el grupo al saberse de plano que no tenía del frío de verano. Todo el cuerpo me picaba y gracia a cualquier cuerpo que diera señales de mos salvación, los policías comenzaron a re yo no me podía rascar por el amarre de los vida. Bonilla y a Bondanza los encontraron partir culatazos e insultos. Para qué toda a brazos. Comencé a atravesar el camino, cuan todavía vivos. Oſ la voz de Bondanza que quella crueldad si todos estábamos amarra do oí una voz serena. la par del camarada decía. Mátennos de una vez hijos de puta, dos como si fuéramos tamales de azúcar. Mármol moriré yo. Era el ruso. Como pudi con un horror de tiros. Bonilla grito. Viva la Serafín y Martínez le rompieron la boca y mos nos estrechamos la mano dándonos las Internacional Comunista, Viva el Partido Colos dientes con el cañón de un fusil. Al fin espaldas y juntándonos, y nos pusimos frente munista Salvadoreño, Viva la Unión Soviética, paramos en un lugar bien oscuro que corres al paredón con actitud altiva. El jefe dio la voz Viva el camarada Stalin, Muera el General ponde al cantón El Matazano, jurisdicción de de mando y nos vino encima la primera des Martínez. Bondanza contestaba. mí me Soyapango. Había entonces un camino veci carga. No nos tocaron y yo pensé que eso era dieron ganas de contestar también, pero me nal de tierra, muy polvoriento.
por puro joder, por prolongarle a uno el marti contuve. Los policías los insultaron y les dispaLa luna brillaba en el cielo, pero los árboles rio. Ni a tirar bien han aprendido, cabrones. raron repetidas veces. Luego llegaron hasta hacían que el lugar permaneciera oculto en la les dije, con calma. Los policías todavía nos donde yo estaba tendido. Levantaron el cueroscurana. Nos bajaron a todos del camión a tiraron dos descargas más, que sólo nos roza po del ruso, que no dio señales de vida. Un punta de culata. Yo me tiré como pude y que ron, y el Capitán Alvarenga comenzó a putear policia me iba a tirar a mí, o cómo el cerrojo dé como sembrado en el suelo y llegó un los. la cuarta descarga sí me hirieron, a la del fusil corto el cartucho, pero el otro dijo: policía a ayudarme y me quito el sombrero de altura del pecho, pero felizmente no de ade «Eso es gastar pólvora en zopes zno ves que un manotazo. Pero yo le putié en firme y él se lante para atrás sino de lado, por la postura tiene los sesos de fuera? Lo que podemos ver retiró y no me siguió jodiendo. Cuando me que adopté al sonar la voz de «Fuego. Los es si tiene dinero. Al ruso, después me di incorporé al grupo, sacaron de él a empellones tiros me atravesaron la tetilla y el brazo iz cuenta, un balazo en la frente le había abierto a Bonilla y a Bondanza y los pusieron contra el quierdos. Para mí la herida fue sabrosa, pues la cabeza y le había saltado los sesos y parte paredón. Serafín Martínez, con la boca todo al salirme la sangre a borbotones se me alivio de la masa de sus sesos me cayó a mí en la llena de saguanza y de pedazos de dientes le la presión que las ataduras de los brazos me cabeza y parecía que eran mis sesos salidos decía al Capitán Alvarenga que no mataran a hacían. Yo no me acordé ni de bajar santos del por las heridas sesgadas que tenía en ambas Navas, porque tenía cinco hijos. Era una gran cielo ni de nada. De mi madre sí me acordé. sienes. Me rompieron el pantalón buscando alma Serafín. Pero yo que siempre he sido Pero más que todo, no sé por qué, aún allí y en pisto. Yo sólo tenía ochenta centavos que era bruto y endiablado, le dije en voz alta. No les aquella situación, yo sentía que iba a salir de lo que me había quedado después de que pida nada a estos hijos de puta, que a matar aquel lío, que no me iba a morir allí. De todas mandé al traidor Escobar a comprar guaro. El nos han venido. Los faros del camión ilumi maneras caſ, pataleando por la fuerza de los capitán Alvarenga ordenó que le cortaran las naban la escena. Quince policías se formaron impactos. El ruso no cayó, aunque fue herido pitas de amarre a todos los cadáveres, para en pelotón de fusilamiento, mientras los otros también, en el pecho o en un hombro. Cuando que los enterradores los pudieran arrastrar dos y el chofer y el jefe nos apuntaban a unos policías del pelotón llegaron a ayudarme mejor a la fosa al día siguiente. Entonces fue nosotros. El jefe dio la voz de. Preparen, a incorporar, ya yo estaba otra vez de pie. que machetearon todo el cadáver del Granillo.
Apunten y Fuego» casi de una sola vez. Digo «Puta les dije así no vamos a terminar nun Luego siguieron cortando los amarres a puros yo que por los nervios. Pero la tropa estaba ca. No sé de dónde me salía aquella sereni machetazos. Me hirieron seriamente en los muy nerviosa también y de la primera descar dad, aquel sentimiento de invulnerabilidad. Vi dedos y en el brazo que de todas maneras ya ga sólo hirieron levemente a nuestros dos no otra descarga. Aquí si me dieron bien. Sen tenía muerto por las heridas de la fusilada.
compañeros. Con al segunda descarga los tí varios golpes en el cuerpo y un como timbra Entonces se fueron por fin. Para mí había hirieron bien, pero los compañeros no caye zo, un como golpe eléctrico en toda la cabeza. pasado los siglos y había vuelto a nacer.
ron, aguantaron a pie firme los bergazos, aun Después vi una luz intensa y perdí el sentido. Cuando oí el camión bastante lejos, me incorque en la cara se les vio la muerte. En veces Al despertar estaba de bruces, manando san poré dificultosamente y fui a ver si no había sueño todavía con sus gestos. Bondanza grito: gre de la cabeza. Mi pensamiento estaba cla algún otro camarada vivo como yo. Todos es«¡Viva el Partido Comunista. La tercera des ro. El cuerpo del ruso estaba sobre el mío y taban bien muertos. Mellevé el sombrero café, carga fue certera y los dos se desplomaron. El todavía goteaba sangre caliente. Cerré los o nuevecito, de Serafín Martínez, porque Capitán Alvarenga preguntó. ver. quién jos e hice lo posible por respirar sin ruido, nunca me he acostumbrado a andar sin somes el que quiere morir ahora. Yo» grité, y di aunque me salía sangre por la nariz. Oi que el brero.
un paso al frente. El pelotón de fusilamiento camión calentaba el motor, pero lo peor vino duras penas y con la sensación de estar estaba a un lado del camino y el paredón cuando pude oir que el bandido del Capitán naciendo de nuevo, comencé a alejarme del estaba del otro. Los policia este defumento es propiedad de ta biblioteca Nacional Miguen Obregór tkero gelistomp Nasiolahdestibutoregano de latinitierio deditura y Juventud Costa Rica.
ada por ares en edio de a tocar de está quietud