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2. ADELANTE EDITORIAL COSTA RICA AL BORDE DEL PRECIPICIO nacio gara suge corru US H al acue muc nieg jerg cong y las tes es la El centro de los debates en televisión de los precandidatos del PLN ha sido José María Figueres. No era para menos, puesto que se le imputa un homicidio y la participación en negocios con conocidos mafiosos.
Delincuentes, minas fantasmas y bonos incobrables, son los elementos que se han discutido en relación con el precandidato. Pero se ha negado a dar explicaciones, sus armas son las más absurdas evasivas. Los tácticos de su campaña han aprendido que la mejor defensa es el ataque y es así que don José María arremete contra lo que llama «campaña sucia y contra los periodistas que han osado rozar su epidermis. Estas jugarretas son las que realmente ensucian la política. juzgar por las encuestas aunque esto puede cambiar el propio de junio José María Figueres será el candidato del PLN. Esto permite sacar una terrible conclusión: un sector mayoritario del pueblo no repudia la corrupción ni la teme.
La corrupción política es uno de los principales factores de la llamada pérdida de valores, es decir, de la descomposición social generalizada. La sensación de inseguridad que sienten los costarricenses, generalmente se refiere a la ratería callejera. Estas manifestaciones delictivas son muy graves, es necesario terminar con ellas. Pero son resultado y no causa. Las verdaderas causas son la corrupción en las altas esferas, el narcotráfico que financia campañas electorales, y un Estado que ha perdido la independencia y el sentido de la dignidad nacional.
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sensiblería más vulgar y a la complicidad de algunos médicos, logró lo que no pudieron alcanzar sus abogados. Los jueces han sido presentados como una especie de «bandidos porque exigen al expresidente someterse a las disposiciones del Código de Procedimientos Penales. El montaje de este escenario es también una manifestación de descomposición moral.
Monge nunca dijo una palabra de solidaridad para sus compañeros en el Gobierno. Trató de escabullirse, dejando a los demás en el banquillo de los acusados, precisamente a quienes eran sus subalternos y obedecian sus ordenes.
De la denuncia por el delito de enriquecimiento ilícito se escapó por la puerta de la prescripción. Así no se demuestra inocencia. Así no se comporta quien debe estar dispuesto a defender su gestión como Presidente de la República Monge no está siendo agredido por nadie. El agredió al pueblo. Recuerden que ordenó la más brutal represión contra la huelga bananera de 1984. Por su responsabilidad política cayeron los compañeros Luis Rosales en Palmar Sur y Franklin Guzmán, en Coto.
Monge mintió en la operación verdad que lo llevó por diversos países europeos y su Gobierno no fue ajeno al crimen de la Penca.
Largo sería este recuento. Ahora se trata simplemente de que enfrente los tribunales como un ciudadano común, por la comisión de delitos comunes.
Está comprobado que importantes figuras políticas recibieron dineros de narcotraficantes, para financiar sus actividades. Algunas de estas personas montaron la más asquerosa patraña política de la historia de Costa Rica contra don Rolando Araya. El renunció a su propia defensa, que es su mayor falta política, la que ahora está pagando.
Importantes personajes de la política recibieron dineros de FODEA, del Fondo de Contingencias Agrícolas; ilegalmente han utilizado documentos de la deuda externa para pagar las suyas con los bancos. Todo esto se parece mucho a las figuras de estafa.
Pareciera que José María Figueres los supera a todos en faltas y en cinismo.
Nuestra patria está al borde de un precipicio. Es la corrupción la que la empuja al abismo.
Nuestro deber es defenderla con todas nuestras fuerzas.
tod san nec tele ya gua sat a Lo peor es la pérdida del espíritu crítico, que no depende de los conocimientos sino de la formación moral. La escuela y los colegios educan para una democracia formal y mediatizada, pero no para el ejercicio y la defensa de los derechos. Este es el fruto espiritual más repugnante del sistema neoliberal de dominación que nos impone el individualismo y quiere borrar para siempre la obligación del amor al prójimo, es decir, la solidaridad humana.
Si existiera capacidad de análisis independiente, sin sometimientos, el trágico argumento del «pobrecito» no funcionaría con tanta eficacia como ahora. Los politiqueros y cagatintas quieren hacernos aparecer a José María como un «pobrecito. víctima de una campaña sucia.
Desgraciadamente no pocos se tragan el anzuelo. Pero no piensan en el dolor que le ha caído a los pueblos gobernados por la corrupción, que es bien sabido, constituye el mayor peligro para la democracia.
Otro «pobrecito. Luis Alberto Monge. Apelando a la pas de Со lod as Este documento es propiedad de la Dipnoteca Nacion altura Juventud Costa Rica