CommunismCommunist PartyDemocracyNeoliberalismTerrorism

ADELANTE. VERGUENZA CONTRA DINERO nistas y patrióticas. Sin etiquetas de ningún tipo.
Un proyecto político popular tiene que ser por esencia pluralista. Esto significa que cualquier intento hegemonista tiene que ser rechazado.
Una tercera opción no puede ser una variación de la política de los partidos tradicionales. Esto no seria más que un juego politiquero, que es precisamente lo que tiene cansado al pueblo. No se puede permitir que la lucha electoral continue siendo un quitate vos para ponerme yo. intrascendente e insulso.
Desgraciadamente las reglas del juego electoral hacen casi imposible que se fortalezca una nueva opción. El monopolio de la deuda política por dos partidos ha terminado por convertirse en un fraude electoral y en fuente de corrupción.
Para enfrentar el poder del dinero la nueva fuerza política no podrá surgir de conciliábuloso de oscuras negociaciones de políticos sin base. Los acuerdos deben solidificarse en la lucha común y no en el entendimiento burocrático.
Las decisiones deben venir de abajo hacia arriba. Los entendimientos deben surgir de las bases y las direcciones deben ser sus ejecutores.
Hace ya muchos años el político cubano Eduardo Chibás, valiente luchador contra la dictadura y la corrupción lanzó su famosa consigna: VERGUENZA CONTRA DINERO.
Parece que ha llegado la hora de levantar esa misma consigna. Alrededor de ella podrán agruparse sectores diversos del pueblo, unidos en la lucha por la justicia social, el patriotismo y la decencia Esta es la base de una tercera opción política popular EL ANTITERRORISMO DEBE SER CONSECUENTE na nueva opción política tiene que ser popular y patriótica, es decir, de izquierda.
Nos parece que no hay otro camino. Estamos hablando de una opción política y nada más que de eso. No de una filosofía, ni de una religión, ni una ideologia específica.
Cuando los costarricenses expresan la necesidad de una nueva opción política que enfrente el bipartidismo, no están simplemente expresando su repudio a dos partidos que en lo esencial sirven los mismos intereses y que lo hacen del mismo modo, es decir, con un mismo estilo político. Expresan también la necesidad de una nueva política, de un nuevo liderazgo y por encima de todo de un nuevo programa.
El auge neoliberal está llegando a su fin. La derrota de Bush en los Estados Unidos seguramente que se convertirá en una derrota del neoliberalismo a escala universal.
Los socialcristianos fueron siempre liberales, en el peor sentido de la palabra. Ideológicamente fueron siempre fieles a las prédicas de la ANFE. Aunque esto significa precisamente apartarse de las doctrinas de la iglesia católica.
Los liberacionistas claudicaron escandalosamente de todas sus posiciones. Ahora los claudicantes se cubren con la hoja de parra de la lucha contra el dogmatismo. la política neoliberal le llaman modernización. Los opositores son anticuados, enemigos de la nuevo y hasta reaccionarios y dogmáticos. los que se niegan a entregar el negocio financiero a los parásitos corta cupones se les estigmatiza con los peores epítetos. Los liberacionistas, muchos de los cuales se dicen socialdemocratas, se ponen al hilo de la modernización.
Es el mandato del Fondo Monetario, del Gobierno de los Estados Unidos y de sus epígonos.
Se enfrentan dos políticas: la neoliberal, punto de confluencia de los intereses de los partidos Liberación y Unidad Social cristiana, del Gobierno de Calderón y de las transnacionales norteamericanas. La otra política es la del pueblo, es decir, la de los empresarios vinculados al mercado nacional, la mayor a de ellos pequeños y medios, los obreros, los campesinos y los intelectuales. Es la política que comprende que el crecimiento económico no tiene sentido sin desarrollo social y sin la preservación del ambiente.
Para seguir la terminología habitual, la primera es la política de la derecha, la otra una política popular. Pareciera que no hay una tercera posición. El camino de la acción popular es ancho y abierto. Ahí caben todas las posiciones numa Abimael Guzmán fue condenado a cadena perpetua. Su táctica fue equivocada y sus métodos de terrorismo indiscriminado absolutamente inaceptables. Los dirigentes del movimiento popular y en primer lugar los miembros del Partido Comunista fueron los blancos preferidos del senderismo. El terrorismo que conduce a matar indiscriminadamente no ha sido ni será nunca una vía para la transformación revolucionaria de la sociedad.
Pero el senderismo no surge ni se desarrolla al margen de la sociedad peruana. Es el resultado de miseria en la que sobreviven millones de peruanos y de la terrible discriminación étnica a que está sometida la mayoría de la población. Desde este punto de vista y por esas extrañas paradojas que nos depara la dialéctica de la vida, Sendero Luminoso es en primer término el resultado de una sociedad dominada por una pequeña y voraz oligarquica y de su apoyo principal, los dominadores norteamericanos. Es el fruto de la desesperación.
Las concepciones polpotianas de Guzmán son el callejón sin salida de cualquier proceso revolucionario. Al final de cuentas han sido el telón de fondo de la demagogia reaccionaria y antidemocrática de Fujimori, quien al fin de cuentas se salió con la suya con la complicidad, por supuesto, de la OEA y del Gobierno de los Estados Unidos. Cada vez que esto sirve a los intereses de los poderosos, los gobiernos latinoamericanos se muerden la lengua y se callan. La democracia. juguete que sirve para jugar a las mentirillas con la oligarquía norteamericana, entretiene las demandas populares pero no las apaga. Asi Fujimori pisotea la constitución, pero ahora, hecha su voluntad restablece la democracia al gusto de los yanquis y de la OEA.
Si el senderismo no es el camino de la sociedad peruana, tampoco lo es Fujimori con su ajuste estructural. Tampoco lo es la democracia de la corrupción y el relajo.
Tal vez el mejor ejemplo de la degradación de los conceptos, podrá construirse comparando la situación de Abimael Guzmán y Pinochet. Guzmán ha sido condenado a cadena perpetua.
Pinochet sigue siendo el Jefe Supremo del Ejército Chileno y, en gran medida árbitro de los acontecimientos políticos y sociales en Chile, donde se dice que fue restablecida la democracia: Cualquier inculpación que se pueda hacer contra Guzmán se quedará siempre corta si se là compara con los crímenes del Jefe Supremo del Ejército Chileno. Pero para este servidor de los yanquis y de la oligarquía chilena existe absoluta impunidad, así como son impunes los sáttages militares de Uruguay, de Paraguay, de Brasil, de Guatemala. y así de casi todos los países de nuestro sufrido continente.
Guzmán siguió un camino equivocado para llevar justicia al pueblo; los sátrapas nacieron para.
aplastar la justicia, pisotear la democracia y para robarle a los trabajadores los tutos de sua trabajo.
COM Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica