6. ADELANTE some subor ción conse milita cuán es la los más enor en sost el unir sera unig ord ha Est CUE sin рар tica rer pu te ac ра se SI e a auténtico, deforme, mal iniciado y mal realizado, según advertimos ahora, aunque su derrota implique consecuencias en el tiempo para el devenir del socialismo verdadero. Sin embargo, ese cambio esencial de nuestros días afecta poco a la realidad latinoamericana y caribeña, porque sólo Cuba y a ello hemos de referirnos después, se vinculó en América intensamente con el socialismo europeo, de modo que la crisis que este padece afecta más a la esperanza que algunos ponían en el que a la realidad latinoamericaпа.
Este es, sin embargo, el análisis del problema cuando se mira solo hacia las vinculaciones entre los mercados, si se va a lo profundo del sondeo histórico, comprendemos que también América Latina, en su conjunto, resulta afectada por las consecuencias que la desaparición del socialismo en una parte de Europa y la crisis en los marcos de la Unión Soviética, entrañan en el panorama universal de cambios.
Porque todos sabemos que en el sentido político militar ha desaparecido la bipolaridad que hasta hace poco caracterizaba la política internacional, una bipolaridad matizada, como lo veremos enseguida, por los síntomas del multipolarismo insurgente.
Existian entonces dos centros universales, Washington y Moscú, dos alianzas políticas, la OTAN y el Pacto de Varsovia, dos mundos, el mundo capitalista y el mundo socialista, teníamos también un tercer mundo abigarrado y contradictorio, en que se incluían lo mismo China y la India que Haiti y Paraguay, Angola.
Los países de ese mundo sentían que la presencia internacional de la Unión Soviética, la existencia del poderío nuclear que la acompañaba y el Pacto de Varsonia en que se asentaba, eran una garantia de no estar solos, abandonados a las decisiones del imperialismo contemporáneo, que en formas distintas conocíamos todos muy bien, se llegó a hablar entonces del nuevo orden económico internacional como una reclamación de nuestros países. El socialismo era el mercado en el inicio y desarrollo que abría posibilidades futuras para escapar a el monopolio con que otros mercados nos amenazaban, en las Naciones Unidas la presencia soviética servia para recordarles a los jerarcas de Washington y de Londres, que su primacia militar debía tomar en cuenta la existencia de Moscú y no era posible invadir Bolivia y dominar Angola o someter a Cuba, y se imponía, a la vez, respetar a México y no lanzarse impune sobre Venezuela o Perú.
La realidad es otra en el mundo cambiante de estos días, los misiles intercontinentales están todavía ahí, los ejércitos aunque reducidos por decisiones unilaterales y por acuerdos internacionales siguen preparados, pero el Pacto de Varsovia ha desaparecido, mientras las contradicciones entre Washington y Moscú toman otro carácter.
El signo común Debemos decir, con claridad y franqueza, que no figuramos entre los que creen que las contradicciones de clase han desaparecido a nivel mundial. Gorbachov mismo acaba de recordarlas hace muy pocos días, tampoco creemos en la inevitabilidad de la guerra, y somos partidarios de la coexistencia pacifica entre sistemas sociales contrapuestos, cuya superioridad no es el campo de batalla el que debe comprobar, sino que ha de medirse en la vida social de los pueblos, aprobamos, por ello, los acuerdos entre Moscú y Washington de junio de 1990.
Ocurre, sin embargo, que la coexistencia pacifica no ha sido en este instante de la historia, el resultado sólo de negociaciones entre las fuerzas que se enfrentaban, sino que fue, asímismo, la consecuencia del debilitamiento del socialismo como sistema, de su desaparición en los países del este europeo y de la vulnerabilidad mayor que presenta hoy la Unión Soviética como resultado de las querellas interétnicas internacionales y el debilitamiento general de su antigua unidad interna.
De un mundo que durante décadas se caracterizó por la bipolaridad, hemos pasado a uno en que los Estados Unidos se consideran como rector supremo y único, arrogancia que se ha incrementado tras la rápida victoria militar en el golfo, a la que se añade la supremacía en el Consejo de Seguridad de Nacionese Unidas, donde a veces la sola voz que se le opone es la de Cuba y son países del tercer mundo (Yemen, Colombia, Ecuador, India y China) los que levantan, otras veces con Cuba, las principales objeciones a los dictados norteamericanos.
Es preciso admitirlo, mientras la Unión Soviética no reconstruya su debilitada unidad, mientras la alianza política Soviética. China esté todavía reordenándose, y el poderío del Japón y la comunidad económica europea quede subordinado como hasta ahora a la dirección de los Estados Unidos, en estos estará también el centro político. militar que se impone al mundo. los países subdesarrollados que, como consecuencia de la deuda externa y la caida de los precios de sus articulos, han dejado de ser países en desarrollo. Si no saben unirse y renovar sus fuerzas se verán abrumados por la supremacia brutal del unipolarismo político y militar, mal conducidos por un movimiento de países no alineados endeble y vacilante, y con un grupo de los 77 disperso y poco enérgico.
Tal es el panorama que se nos presenta al comenzar este XVIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociologia. Por eso los sociólogos tienen ante si numerosos problemas a dilucidar.
Tal vez el más importante de ellos consiste en que la dinámica de la historia presenta de nuevo, pero ahora con datos y cifras que nos permiten el pronóstico, el hecho innegable de que la potencia más poderosa en lo político y militar de nuestros días ha dejado de ser la mas importante en el orden económico internacional.
Paul Kennedy, en su apasionante libro sobre el auge y caída de las grandes potencias nos ha presentado un análisis de este problema en el decursar de la historia. Desde los Habsburgo hasta nuestros dias nos muestra Kennedy la incapacidad de las que fueron potencias dominantes por respaldar su poderio militar con una economía que lo hiciera posible, dio origen a la decadencia y la sucesiva sustitución de aquellos países dominantes. Ranke, en un estudio sobre las grandes potencias, comenzó a analizar, hace siglo y medio, el origen de sus caidas. Nosetrata, aclara Kennedy, de la reducción del poderio en términos absolutos sino, como lo vio Von Hornigk, de la comparación relativa entre unas potencias y otras. La Francia de 1914 era más poderosa que la de 1850 y hoy Gran Bretaña tiene mucha mayor riqueza que en su momento de esplendor a mediados de la época victoriana. Pero otros países lo sobrepasaron porque han crecido más de prisa y se están fortaleciendo.
Por primera vez desde la guerra mundial de 1914, los Estados Unidos se han visto obligados en la guerra del golfo en la cual mostraron su enorme poderio técnico y su capacidad militar a solicitar de sus aliados, como Japón, Arabia Saudita y Alemania, apoyo económico para su aventura militar. Así, una parte de los 100 mil millones que como mínimo les ha costado esa guerra, fue aportado por potencias amigas o subordinadas. Es notorio que los Estados Unidos se han convertido de acreedores internacionales que fueron en 1914 y en 1941, en los grandes deudores, con una deuda internacional que se acerca a los 700 mil millones de dólares y una deuda interna que llegara a 10 trillones, en términos norteamericanos, o 10 billones, en nuestra forma de exponer los numeros.
Pese a que la ley les impone reducir su déficit comercial, los Estados Unidos lo han mantenido constante en unos 120 mil millones de dólares anuales.
Sólo la recesión que ahora padecen a pesar de su carácter de potencia mayor los ha obligado a reducir ese déficit en marzo de este año a menos de cinco mil, millones mensuales, es decir, al 50 por ciento, lo que no es un indice de su eficiencia sino de su debilidad.
David Halberstam, apasionado cronista del periodo de John Kennedy, que describió de modo insuperable en los mejores y los más brillantes. al analizar el próximo siglo llega a la conclusión de que lo citó nuestro secreto o no muy secreto es que el siglo americano ha pasado también. a lo que Chalmers Johnson concluye: la guerra fría termino. los japoneses vencieron. El cronista de Kennedy añade que hay algunos que describen los sucesos recientes de la Europa Oriental como si fueran victorias del modo de vida americano o del capitalismo, pero dice Halberstan victorias para nuestra parte, no son.
Sin embargo, en los Estados Unidos de América se siguen proclamando esas y otras victorias. No hay dudas ya en que la investigación y el desarrollo en el cual los Estados Unidos tuvieron hace apenas unos años el papel predominante, lo han perdido. La educación en los Estados Unidos atraviesa una crisis profunda. De quién será la victoria y cuál ha de ser, pues, el papel de los países del tercer mundo, en particular el de América Latina en estos próximos años?
No hay dudas de que Japón tiene a ojos vista el primer lugar en esa disputa por el inmediato porvenir.
Japón ha pasado a ser el primer acreedor internacional. Tiene, asimismo, los más altos excedentes financieros, reducidos por voluntad propia y por presiones norteamericanas en los últimos años. La banca japonesa, mientras tanto, domina ya los secretos de las finanzas mundiales y aparece en los primeros lugares de la ubicación internacional. Su pueblo figura entre los más ahorrativos de la historia, y aunque no deja de haber síntomas de fricción, los vínculos de los empresarios más poderosos y el gobierno japonés son mas fuertes que los de ningún otro país capitalista. El sistema educacional japonés sirve excepcionalmente bien a los fines que la sociedad japonesa se ha propuesto. Hasta hace poco, Japón aparecía tan solo como un copiador audaz y eficiente de los mejores logros internacionales que aplicaba con inigualada maestria. Sin embargo, en los años más recientes la creatividad japonesa le demostró al resto de sus pariguales que por esfuerzo propio puede avanzar más que ellos tecnológicamente.
Sin embargo, Japón no ocupa hasta ahora el lugar que parecería corresponderle en la política internacional contemporánea.
Viviendo bajo el escudo protector de Estados Unidos, Japón paga con una subordinación a estos el impulso y la protección que le concedieron después de la segunda guerra mundial.
Podría arguirse que una dependencia similar tienen los países de la comunidad europea, el más Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.