Violence

3. ADELANTE América Latina Una región atenazada por el narcotráfico an grave como las epidemias y con no menos dramáticas secuelas sociales las drogas y el narcotráfico se expanden hoy por América Latina, paradójicamente cuando más parecen organizarse los combates en su contra.
Personas de muy respetables posiciones, empresas otrora prestigiosas, gobiernos más o menos democráticos y hasta países se ven envueltos en conflictos vinculados al flagelo de los estupefacientes, uno de los peores azotes que padece el subcontienente.
En los últimos tiempos sólo lo supera en perjuicio la deuda externa de la región de la cual es en parte consecuencia y por lo general se considera más dramática cuanto más incide en su combate Estados Unidos, autoproclamado por obra y gracia de su poder el Mayor Gendarme Antinarcóticos.
En un reciente encuentro interamericano celebrado en Washington para estudiar los principales asuntos del continente, se otorgó al problema de la producción, tráfico y consumo de drogas un carácter de cataclismo de alcance hemisférico, con efectos políticos y sociales que provocan crímenes y violencia a escalas tan alarmantes como la que ha venido padeciendo Colombia.
Las dimensiones del asunto trascendieron en toda su magnitud en las deliberaciones de la IX Conferencia Internacional para el control de la droga, celebrada en Cartagena de Indias, la exótica ciudad del Caribe colombiano, donde se dieron cita delegados y observadores de 33 paises de todos los continentes.
En ese foro, de cuatro días de duración, se propuso crear unidades especiales para detectar los movimientos financieros de la mafia del narcotráfico y evitar el lavado de dinero, así como combartir el comercio ilegal de drogas.
El Presidente de Colombia Cesar Gaviria Trujillo, al inaugurar el evento, instó a los países industrializados a redoblar esfuerzos en el enfrentamiento de esos delitos, los cuales apuntó: han permitido a los carteles de la droga fortalecer su poder e incrementar los embarques de cocaína. todas luces, el decenio de los 80 fue de incontenible avance del flagelo de las drogas, el cual creció no proporcionalmente, sino por encima muchas veces de las medidas adoptadas en su contra, y ello llevó a afianzar la teoría de que ese fenómeno deriva de la desbordante miseria que azota a la región, la inseguridad y falta de perspectivas para millones de personas.
Frente a ese cuadro, el comercio ilícito de estupefacientes y su cultivo, es hoy como un poderoso imperio cuyo centro se diluye en no pocos países, aunque su cabeza está en América.
De acuerdo con entendidos en la materia, a América del Sur le ingresan anualmente más de dos mil millones de dólares sólo por concepto del lavado de narcodólares, se afirma también que el 20 por ciento de la población económicamente activa de Bolivia depende del cultivo y tráfico ilícito de la hoja de coca, y que casi un 10 por ciento lo hace en Perú, los dos gigantes productores de la hoja empleada como materia prima para la cocaína.
El Valle del Alto Huallaga, en Perú, es la mayor región productora de coca del globo. Este pais y Bolivia, según datos de la Interpol, aportan 100 mil y 70 mil toneladas de la hoja, cultivo al cual dedican entre 200 mil y 150 mil hectáreas. 90 por ciento de la producción mundial. El restante 10 por ciento, a juicio de la policia internacional, se ubica en Colombia, esta nación, sin embargo, se caracteriza más por el procesamiento de la pasta básica de la cual se obtiene el clorhidrato de cocaina.
Se dice que los ingresos externos de Bolivia por comercio de hoja de coca equivalen al 20 por ciento, solo el legal, en ese mismo pais, en Pe.
rú, y sobre todo en Colombia, las cifras de ingresos por tráfico ilícito de drogas son cada vez más cuantiosas. En esta última nación se han llegado a calcular los beneficios quizás muy exagerados hasta en casi el 40 por ciento.
También existen indicios de cultivo de la planta en otros países del area, como en Brasil, donde se registran denuncias de que a ese propósito están dedicándose importantes zonas de su Franja Amazónica cerca a Perú y Colombia.
Son escasas y dispersas las cifras de cuanta droga se produce y consume en el subcontinente, pero organismos especializados consideran que son cientos las toneladas de cocaina introducidas anualmente en Estados Unidos y Europa.
Una idea de la magnitud en que crece la actividad del narcotráfico la ofrece la ocupación de tales productos, sólo en Colombia, unicamente de enero a abril del presente año, fueron decomisadas 34 toneladas de cocaina lista para ser exportada, contra 132 toneladas requisadas entre 1981 y 1990.
Pudiera parecer que de lo que se trata es una mayor efectividad del combate al narcotráfico, lo cual es solo parcialmente veridico. En Estados Unidos se afirma que se viene operando una disminución del consumo, paralelamente con informes de un incremento desmedido en Europa, Japón y otras áreas.
Se verifica un auge en el combate contra el negocio ilícito en Colombia, aunque también autoridades dedicadas a enfrentar la droga aseguran que han sido abiertos nuevas rutas y mercados, por lo que se decomisa más, pero al mismo tiempo sale más.
En la IX Conferencia Antinarcoticos de Cartagena se informó que algunos cálculos indicaban que el consumo de cocaína en Europa puede haberse multiplicado por 10 en los últimos 10 años, y el superintendente de la policía de Japón, Yoshiharu Ota, expresó que su país ve con mucha preocupación el incremento del narcotráfico en el continente asiátiCO.
Un estudio del grupo andino (Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia y Ecuador. expuso alli que el narcotráfico mundial moviliza al año unos 500 mil millones de dólares, de los que la mitad son lavados en territorio estadounidense, alrededor de 230 mil millones en bancos de Europa y Japón y 20 mil millones (el cuatro por ciento) en los países productores.
En el plano continental, el negocio de la cocaína, durante muchos a.
ños limitado a Bolivia, Perú y Colombia, se ha ido expandiendo abruptamente a otro amplio conjunto de países del continente, aunque todos, sin excepción, han sido o son víctimas en alguna medida de ese flagelo.
La violencia, los escándalos y daños humanos derivados del narcotráfico trascienden los países andinos y abarcan a todo el sur del continente, con mayor énfasis en Argentina, implican a toda Centroamerica, fomentan la inestabilidad de México, más afectado por su inmediatez a Estados Unidos.
Lo más dramático de todo es que tales delitos se acrecientan cuando la presencia militar de Washington supuestamente para la lucha antinarcoticos es mayor en muchos países del área, cuando más dinero ofrece en ayuda para combatir ese negocio ilícito.
Ello incrementa, por tanto, los criterios de que el poder de las mafias de la droga está por encima del que ostenta la Casa Blanca, y que paralelamente hay en Estados Unidos más interés en sostener ese lucrativo negocio, pues al fin y al cabo recibe más que lo que otorga.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.