DemocracySyndicalismWorking Class

2 ADELANTE EDITORIAL An LA LUCHA POR LA JUSTICIA SALARIAL ES UNA LUCHA DEMOCRATICA. uevamente se discuten los salarios mínimos. Los patronos han hecho un proposición absolutamente ridícula; proponer a estas alturas un aumento inferior al diez por ciento es un insulto a la clase trabajadora. Los representantes de los trabajadores han planteado un aumento del 25 por ciento, que sería lo mínimo aceptable. Aunque esta propuesta puede ser correcta, lo cierto es que los representantes de los trabajadores en ese Consejo no muestran ninguna decisión de luchar por sus propias proposiciones.
Ahora llegará la propuesta de los delegados del Gobierno que será la que en última instancia se imponga, puesto que hacen, junto con los patronales, mayoría en el Consejo y es, además, el propio Poder Ejecutivo el que dicta el decreto de salarios. fin de cuentas, en este momento el Consejo Nacional de Salarios es una trampa contra los trabajadores. Se les da la posibilidad de intervenir pero sin ningún poder de decisión, con lo que, a fin de cuentas, terminan derrotados por los representantes patronales y gubernamentales. Se pone asi en evidencia el. carácter puramente formal de la democracia costarricense.
Al hablar de la fijación de salarios es necesario comprender que el problema principal es la debilidad del movimiento sindical y la falta de combatividad de la mayoria de sus dirigentes.
Es cierto que los derechos establecidos en los artículos 60 y 62 de la Constitución Política que establecen la libertad de organización sindical y la concertación de convenciones colectiva de trabajo son permanentemente violados por el Gobierno y los patronos. En la mayoría de los casos los sindicatos han sido destruídos a sangre y fuego; miles de trabajadores han sido despedidos por el solo intento de organizar un sindicato. Las asociaciones solidaristas han sido impuestas por la presión patronal. Las convenciones de la OIT siguen siendo letra muerta. En este momento, en la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Asamblea Legislativa, se discute un proyecto que si llega a convertirse en ley dejaría a los sindicatos del sector público sin poder de negociación Ahora don Miguel Angel Rodríguez, Presidente de la Asamblea Legislativa, propone elevar a rango constitucional las asociaciones solidaristas. Hasta ahora estas organizaciones que tienen su propio estatuto legal, están amparadas por la libertad de asociación. Ahora se quiere elevar su rango y con ello dar un nuevo golpe a las organizac sindicales.
Esta situación, pensamos, obliga a las organizaciones de los trabajadores, cualquiera sea su orientación política o ideológica, a tomar medidas extraordinarias. Muy a la tica, como se suele decir, están destruyendo las organizaciones sindicales, con lo cual la democracia recibe un golpe demoledor y con ella el nivel de vida de los trabajadores.
Mucho se habla de un nuevo sindicalismo. Efectivamente hace falta un sindicalismo que se debe caracterizar por su combatividad, por su independencia y por su solidaridad. Una nueva política sindical que se fundamente en la comprensión de que los trabajadores tienen intereses propios y que estos no pueden comprometerse en favor del Gobierno, ni de los partidos y mucho menos en favor de los patronos.
Estos comentarios nos parecen pertinentes cuando se discuten los salarios mínimos. Porque este es precisamente el momento de la lucha por el nivel de vida, por la justicia para los trabajadores. Sin lucha se impondrán la voluntad del Gobierno y de los patronos que es, en última instancia, una misma voluntad en contra de los trabajadores.
zarse Pe sas, tos e peore la reg ram topro cótic para mad clish voca nido deli drog colc ses esp cot gal to, mie lac SE REQUIEREN PROFUNDAS TRANSFORMACIONES EN EL SISTEMA ELECTORAL.
gel mu fia qu de VO ра sa de po dc Ante la posibilidad de que la Sala IV resuel de organizaciones políticas internacionales y ficultades.
va favorablemente la acción de inconstituciona de empresarios de otros países, incluyendo a No es cierto tampoco que haya debilitado el lidad contra el pago adelantado de la llamada narcotraficantes, nadie les puede creer que es poder de los oligarcas en los grandes partidos. deuda política. los partidos Liberación Nacio tén tan pobres como dicen. Creemos que se Ese poder ha crecido al límite de lo absurdo: el nal y la Unidad Social Cristiana han comenzado trata de un subterfugio para utilizar el pobreci poder de decisión política ha sido, en gran mea exhibir sus pobrezas. Es el preludio de una to como argumento para hacer pasar una nue dida, transferido a las cámaras patronales. Anueva legislación para sacar ventaja, para el va legislación que legitime el bipartidismo y les hora no arriesgan su dinero en contribuciones caso de que se resuelva favorablemente la pe permita seguir bailando la danza de los millo aleatorias; compran bonos que siempre termina tición de inconstitucionalidad contra los artícu nes extraídos del bolsillo del pueblo.
cancelándoselos el Estado.
los del Código Electoral que regulan la contri No es cierto que la contribución del Estado, El sistema electoral requiere de profundas bución del Estado a las campañas electorales. tal como se ha manejado hasta ahora haya reformas constitucionales y legales. El pueblo Nadie cree en esas lágrimas de cocodrilo. contribuído a la democratización de la vida poli debe luchar por ellas. Si tales reformas no lleLos partidos que gastaron cerca de dos mil mi tica. Al contrario, la ha hecho menos democráti gan, para las organizaciones populares perderá llones de colones en la reciente campaña elec ca. Los dineros del Estado se los reparten y los sentido participar en las elecciones y, en contoral, que reunen en sus filas a los grandes mi dilapidan los grandes partidos de la oligarquía, secuencia, deberán buscar otras formas de exllonarios del pais, que reciben contribuciones con lo cual reproducen su poder sin grandes di presión política 1 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.