URSS

Der TZ ar ro de enero de receanie La sopa en la historia ΕΙ Carbón y la la salud esde tiempos inmemoriables los médicos utilizaban con fines curativos diferentes sustancias purificadoras. Ya Hipócrates, que vivió mucho antes de nuestra era, las empleó para curar la uremia. En la Edad media, en el Oriente Arabe y en la India, el tabashir. estratificación porosa en los tallos huecos de bambú. se consideraba una panacea universal. En otros tiempos los habitantes de Kamchatka utilizaban la llamada crema de tierra preparada de arcilla blanca y creolita porosa para purgar el estómago obstruido con grasa de foca. sopas suelen Es posible que los europeos se hayan enterado por los sacerdotes egipcios de la propiedad del carbón vegetal de absorber diferentes sustancias y decolorar las so luciones teñidas. Los antiguos egipcios lo agregaban a las comidas para purificar el cuerpo y el alma de la inmundicia.
Sin embargo, sólo en el siglo XVIII este sencillo y eficaz medicamento comenzó a utilizarse en Europa.
Los médicos, con cada vez mayor audacia, recetaban a los enfermos polvo de carbón y a veces conseguían un buen efecto en intoxicaciones alimenticias y con sales de metales pesados, en gastritis crónicas y colitis prolongadas. Los preparados bactericidas y antibióticos fuertes que aparecieron después estuvieron a punto de excluir el carbón de la lista de medicamentos, pese a sus grandes méritos ante la humanidad: salvó vidas humanas durante las epidemias de disentería, de cólera iática o común y de tifus abdominal. Cierto es que en algunos países se sigue produciendo algunas variedades como, por ejemplo, el carbolén prensado en pastillas.
alta eficacia. La purificación de la sangre por Enterosorbentes medio de ellos facilita la cura de enfermedades ante las cuales la medicina se Estos pequeños gránulos de 0, 0, mm mostraba, a menudo, impotente, como la de diámetro sintetizados por los químicos pancreatitis, la peritonitis, la psoriasis y soviéticos poseen propiedades asombrosas: afecciones crónicas al hígado y los riñones. absorben activamente cualquier clase de Sin embargo, la filtración de la sangre veneno y funcionan a todo lo largo del tracto no es una operación quirúrgica simple: al gastrointestinal. diferencia de ellos, el sistema vascular del paciente se conectan carbolén se satura muy rápido y, en aparatos que regulan la velocidad y el consecuencia, casi no actúa en los sectores volumen del flujo sanguíneo. Los filtros de inferiores de los intestinos.
carbón se preparan conforme a un sistema Además, los enterosorbentes sintéticos especial para que no se desmenucen y no pueden canjear los iones necesarios para ensucien la sangre con partículas de polvo y el organismo, podremos corregir el lo principal es que cada vez deben ser contenido de sales en la sangre, en la linfa y compatibles con la sangre del enfermo, ya en el líquido intercelular.
que de otra manera esta se coagulará.
Hoy se pueden mencionar alrededor de La hemosorción debía simplificarse. 30 enfermedades y estados patológicos, Los médicos soñaban con absorbentes contra los cuales actúan eficazmente los universales de tóxicos en forma de píldoras. enterosorbentes. cada pueblo existe una sopa que goE za de una preferencia muy especial, co mo el shi de los rusos, el borsch de los ucra.
nios, el jarchó de los georgianos, la sopa de cebolla francesa, la de garbanzos de Baviera, el kapusniak (sopa de col) polaco, la so pa china de aletas de tiburón.
Ya en uno de los primeros libros de cocina que se conocen, escrito en China 700 años atrás, aparecen varias recetas de sopas, por ejemplo Lunas de oro en un mar de plata. o sea, sopa de huevos de paloma.
La primera sopa egipcia se debe al esclavo y cochero Menes, que vivió en el III milenio a. de e. Ese desgraciado robó una gallina de la propiedad del faraón, pero no le dio tiempo para comérsela: ya cocida, al ladrón lo cogieron, lo encadenaron y lo llevaron ante los ojos preclaros del soberano junto con la prueba material: la olla con la gallina y su caldo. fue de la olla de donde le llegó la inesperada salvación: al sentir el rico aroma a caldo, el faraón ordenó. ver, venga esa olla. Como resultado, Menes no se tuvo que despedir de la vida y se convirtió en el cocinero jefe de la corte egipcia. Por lo menos, eso dice la leyenda.
Es cierto que las prepararse a base de caldos de carne, de huesos, de pescado, de hongos, etc. aunque tampoco les ceden en sabor las hechas con granos y vegetales. Muchos pueblos desde siempre han considerado las sopas como la fuente más barata de salud y fuerzas. En la Antigua Grecia, los participantes en los Juegos Olímpicos solían sacrificar a Zeus cabras y temeros, cuya carne luego hervían en una gran caldera y los atletas, antes de ponerse a competir, se tomaban el caldo para sentirse más fuertes. En el Japón, hasta hoy en día a las parturientas les sirven sopa de algas. En Corea opinan que el caldo de carne de serpiente cura las neuralgias e incluso prolonga la vida. Los pueblos del Mediterráneo y del norte de Africa consideran la sopa de ajo el mejor remedio contra numerosísimas enfermedades. El gran compositor italiano Giuseppe Verdi en cierta ocasión confesó (en broma, desde luego)
que buscaba su inspiración en una taza de caldo de pollo bien caliente.
Actualmente también la medicina apoya la tradicional creencia en el poder curativo de las sopas. Hablando científicamente, una sopa preparada con productos de procedencia vegetal y animal posee un gran valor nutritivo por contener proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y sustancias minerales. Muchos médicos sostienen que el caldo de pollo caliente con ajo y pimienta es un buen remedio para combatir la coriza, y que las sopas son ideales en casos cuando hay que restituir cantidad de linfa en el organismo.
La medicina popular también recomienda las sopas para prevenir el cáncer al estómago, y la ciencia lo confirma: en el Japón, por espacio de 17 años se sometió a examen a 265. 000 personas llegando a la conclusión de que la probabilidad del surgimiento de dicho mal disminuía bruscamente en personas que solían tomar sopa de pasta de soja fermentada y hojas de la misma. En EE. UU. después de examinar a 60. 000 personas, se estableció que los que menos se quejaban de la salud eran los que más sopa tomaban. Cierto es que aparte de eso, en la dieta de esa gente figuraban muy pocos dulces, bebidas alcohólicas y refrescos. Personas con peso excesivo que empezaban a tomar sopa regularmente (aunque más no fuera veces por semana. perdían como promedio el 20 de su exceso de peEl carbón purifica la sangre de Hace alrededor de 20 años, el nefrólogo griego Yatsidis propuso un método fundamentalmente nuevo (conocido en medicina con el nombre de hemosorción. eliminar los compuestos tóxicos directamente en la sangre y lo llamó riñón de carbón: la sangre de los enfermos pasaba por una capa de carbón activado. Incluso en los casos más desesperados de enfermedades renales e intoxicaciones graves, mejoraba el estado de los pacientes.
La idea Yatsidis fue especialmente valorada cuando comenzaron a utilizarse en cirugía los aparatos riñón artificial y corazón artificial. En los años 70 el académico soviético Yuri Lopujín elaboró una metodología más perfecta de hemosorción que permite purificar por separado los componentes de la sangre: el plasma y la linfa. En esa misma época en la URSS, por primera vez en la práctica mundial, se comenzaron a producir carbones activados sintéticos que sirvieron de base para hemosorbentes de la purificación de la sangre por medio de carbones sintéticos facilita la cura de enfermedades ente las cuales la medicnina se mostraba, a menudo, impotente SO.
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