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Adelante 15 11 17 noviembre 1988 El Salvador Efusiva bienvenida a nuevo jefe de Estado Mayor Renuncia de ministro de defensa colombiano puede tener otras consecuencias Pedro Rodríguez Gutiérrez México. PL. De efusiva calificó la guerrilla salvadoreña la bienvenida que dieron sus unidades a los cambios registrados esta semana en los mandos estratégicos gubernamentales.
La clandestina Radio Venceremos, vocera del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN. agregó que pese a la magnitud y envergadura de las acciones rebeldes reportadas en los últimos días, eslas son sólo el comienzo de una campaña que abarca la generalidad de los departamentos de la nación y parece intensificarse en la capital.
La insurgencia lanzó el primero de noviembre un fulminante ataque contra el Cuartel Central de la Guardia Nacional, en pleno centro de San Salvador, en saludo a la destitución del general Adolfo Onecífero Blandón y la asunción al cargo de Jefe del Estado Mayor conjunto del Ejército del coronel René Emilio Ponce, reconocido oficial de la denominada línea dura dentro de la institución.
Más de 12 operaciones de menor relevancia siguieron al ataque a la Guardia Nacional en la periferia capitalina ya en los departamentos de Chalatenango, Santa Ana, Ahuachapán, San Vicente, Cabañas y San Miguel.
El domingo, comandos urbanos del FMLN ametrallaron la residencia de un ministro del Gabinete de José Napoleón Duarte y las instalaciones del Hotel Sheraton. en zonas residenciales de San Salvador, luego de un fuerte enfrentamiento registrado en la población de San Ramón, cercana a la capital.
Medios de prensa salvadoreños advierten que la insurgencia está cumpliendo su advertencia de llevar la guerra a San Salvador, y destacan la ineficacia de las medidas extremas de seguridad adoptadas desde setiembre último por el ejército en el perímetro capitalino.
Las mismas fuentes comentan la poca efectividad lograda hasta la fecha por los proyectos contrainsurgentes aplicados en El Salvador por asesores norteamericanos, y tras asegurar que la remoción del general Blandón responde precisamente al fracaso de los esquemas militares ahora vigentes, vaticinan el recrudecimiento inminente del conflicto bélico en el país.
Corresponsales extranjeros acreditados en San Salvador estiman que el proceso de negociación resulta cada vez más improbable, y argumentan sus análisis mencionando la reactivación de los escuadrones de la muerte en el país, la ofensiva política de la ultraderecha, el deterioro de la gobernante Democracia Cristiana, la crisis en el interior del ejército y el poder de fuego demostrado por la propia insurgencia.
Añaden que sumado a ello, la cercanía de comicios presidenciales, las pocas ventajas electorales del Partido Demócrata Cristiano (PDC. de otra parte, la reactivación de las acciones sindicales y gremiales contra el Gobiemo, podrían precipitar una respuesta drástica de la administración norteamericana, que no excluiría una intervención militar directa.
La remoción de los mandos estratégicos del ejército parece apuntar en esa dirección, afirmaron dirigentes de la Unidad Nacional de Trabajadores Salvadoreños (UNTS) que anunciaron para la semana entrante nuevas manifestaciones de protesta, según las versiones conocidas en esta capital.
Bogotá. PL. La dimisión del Ministro de Defensa, general Rafael Samudio, por discrepancias con el Presidente Virgilio Barco sobre la pacificación intema, puede tener otras repercusiones dentro del gabinete colombiano.
Antes que el propio Presidente desautorizara a su titular castrense sobre un llamado inconsulto de éste a una ofensiva total contra la guerrilla, otros dos ministros habían apoyado los pronunciamientos del general Samudio.
Se trata nada menos que del jefe de la Cartera de Gobierno (Interior. César Gaviria Trujillo, y del Ministro de Minas y Energía, Oscar Mejía Vallejo.
Curiosamente los tres ministros (Samudio, Gaviria y Mejía) habían sido propuestos por la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar al Presidente para que dialogaran sobre el proceso de paz con los principales comandantes insurgentes.
Samudio ya no podrá acudir a esa cita, al menos como titular de Defensa, si el diálogo directo con los guerrilleros llega a ser aceptado por el Gobierno.
Para los dos restantes, habrá que esperar los resultados de sus declaraciones favorables a la aplicación de una solución militar a la crisis nacional.
Por lo pronto la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ya reclamó la destitución de Mejía Vallejo pues a los cinco minutos de hablar Samudio Molina el jueves, ya lo estaba apoyando.
Si ambos ministros se mantienen en sus puestos, como es muy probable, los recientes pronunciamientos del Jefe de Estado quizás logren moderar sus posiciones, opinaron analistas locales.
El mandatario colombiano ratificó su intención conciliadora en el conflicto colombiano y descartó que el país se halle en la encrucijada de la guerra total o la rendición política del Estado.
Habrá que esperar la repercusión dentro de las fuerzas armadas de la salida de Samudio. Este, al parecer, no se retiró satisfecho, pues en su carta de renuncia ratificó su llamado a que los militares emprendan una acción decisiva.
También un general y un almirante fueron reemplazados, por causas desconocidas. El jefe de la fuerza aérea Alfredo Ortega Caicedo y el de la armada, Rafael Grau Arango. n e e El dinero que no pudo con los sandinistas PRESTAMO LACION amacions San Jos Eysth RICA Hugo Luis Sánchez Managua. La historia del Presidente Ronald Reagan en la Casa Blanca quedará como el empecinado batallar de una administración poderosa incapaz de doblegar a la revolución que llegó al poder en Nicaragua en 1979.
Cuando los sandinistas casi estrenaban su proceso popular, comenzó Reagan su primer mandato en Washington, al cual siguió un segundo período que concluirá en enero de 1989, plazo que empleó día a día de forma enfermiza como opinó el Presidente Daniel Ortega en tratar de impedir el desamrollo de otra revolución en América Latina después de la cubana.
La táctica empleada por Reagan consistió en financiar grupos armados para desestabilizar al Gobierno nicaragüense, con apoyo político del Congreso en esta aventura que, a juicio de los analistas, quedará registrada como una de las grandes infamias sostenidas por los legisladores de Estados Unidos.
El programa se inició en diciembre de 1981, al aprobarse 20 millones de dólares para operaciones encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA. que contrató a asesores militares argentinos para entrenar a los primeros 500 contras en Miami y en Honduras, donde se establecerían los principales campamentos.
Desde diciembre de 1981 hasta setiembre de 1982 se autorizaron otros 30 millones para proseguir con los trabajos de la CIA, que se completaron 12 meses después con 19 millones más, con el visto bueno del Comité de Inteligencia del Senado.
De junio de 1984 a junio de 1986 se desembolsaron 148 millones, con una primera partida de 21 millones a ser administrados por la CIA y el resto a cargo del consenso bipartidista en las dos cámaras.
De aquí surgió la autorización para dotar a los contras de radares, helicópteros, cañones y sistemas coheteriles portátiles conocidos como red eye y calificados por los especialistas como un verdadero peligro para la aviación civil en Centroamérica.
En diciembre de 1987 los congresistas norteamericanos aceptaron un nuevo pedido de fondos, esta vez 14 millones, que incluían la facultad de adquirir equipos electrónicos ultramodernos para interferir los radares del Ejército Popular Sandinista.
La última entrega fue en setiembre de 1988 y consistió en 74 millones de una llamada ayuda humanitaria distribuida en varios tópicos. ello se añaden mil millones de financiamiento no oficial que se traspasaron por intermedio de Israel, Corea del Sur y Taiwán, organizaciones privadas ultraderechistas y el producto de la venta ilegal de armas a Irán, que destapó en noviembre de 1986 el escándalo conocido Irán Contras.
En total fueron más de dos mil 70 millones de dólares en medios y armamentos, algunos exclusivos de las fuerzas armadas norteamericanas, pero incapaces por sí mismos de detener la derrota de los comandos antisandinistas.
El único logro de la Administración Reagan fue socavar la economía de este país subdesarrollado, que nunca se sobrepuso del terremoto que destruyó Managua en 1972 y quedó asolado este año por el primer huracán que llegó al país en un siglo.
Nicaragua sufre también una grave crisis económica, la caída de precios en el mercado mundial de sus rubros de exportación y un embargo comercial y financiero decretado por Washington.
Pero los contras no llegan a seis mil, no poseen territorio alguno cupado en el interior de Managua, carecen de respaldo político inclusive en el Congreso estadounidense y han dejado de ser una fuerza capaz de preocupar al gobierno de Managua.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.