10. Adelante 10 16 junio de 1988 10La izquierda consolida su unidad Los partidos Vanguardia Popular, del Pueblo Costarricense y Frente Amplio Democrático suscribieron esta semana el documento Bases políticas para un acuerdo de unidad de todas las fuerzas populares que publicamos en su totalidad en esta edición.
Con este documento los tres partidos consolidan un proceso de conversaciones y discusiones que pusieron en evidencia la necesidad de aunar fuerzas para enfrentar unidos las elecciones de 1990 y contribuir a la necesaria unidad del movimiento popular.
El documento fue preparado por una comisión integrada por representantes de las direcciones de los tres partidos y ratificado por estos en los órganos de máxima dirección.
Al mismo tiempo, una serie de debates públicos tuvo la misión de poner en evidencia el apoyo a la unidad de parte de las bases de los tres partidos y de los costarricenses progresistas que no tienen militancia política.
Organizadas por el Partido Vanguardia Popular en el marco de la preparación de su XVI Congreso, tuvieron lugar en este periodo cinco mesas redondas. La primera se llevó a cabo en el Colegio de Periodistas el 24 de mayo y en ella participaron, además, representantes del Partido Socialista y el Movimiento de la Nueva República. Los siguientes debates se llevaron a cabo en Moravia, Guadalupe, Hatillo y Desamparados y fueron organizadas por el Regional de San José del PVP.
Todas estas actividades pusieron de manifiesto el sentimiento unitario de las bases populares que, en algunos casos, demandaron la conformación de comités unitarios locales en sus regiones.
El frente unido popular que Costa Rica necesita para llevar a cabo los cambios sociales maduros no está, por supuesto, acabado.
Los partidos de la izquierda consideran su unidad como un paso indispensable para continuar uniendo nuevas fuerzas sociales en un solo frente, capaz de disputarle a la oligarquía gobernante el poder político.
El texto del documento suscrito dice como sigue: de la Unión Soviética.
El retroceso y la división de las fuerzas políticas de la izquierda y de otras agrupaciones del movimiento popular ha tenido consecuencias negativas en la lucha por la justicia social, la soberanía y la paz. Dichosamente podemos constatar que en el movimiento popular asistimos a un mo mento de recuperación y de superación del reflujo; sin embargo, ese movimiento popular no tiene hoy una expresión política que se identifique con una alternativa de cambio frente a la sólida hegemonía bipartidista del PLN y del PUSC. Esta alternativa sólo podrá surgir de la unidad de la izquierda y las demás fuerzas democráticas y populares. El fortalecimiento de la lucha de liberación nacional de los pueblos de todos los continentes y el crecimiento de la influencia internacional de los pueblos liberados del colonialismo y de otros que siguen un papel independiente. lo cual se expresa en la correlación de fuerzas en la ONU, en los cambios positivos que se han dado en la OEA y en un vigoroso movimiento de países no alineados.
y social que atenta contra los intereses populares y que obedece a los dictados imperialistas que se expresan en los acuerdos del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la AID y otras agencias financieras; estos acuerdos ponen de manifiesto una profundización del dominio neocolonial del imperialismo sobre nuestra economía y al mismo tiempo un evidente agotamiento del modelo económico de las últimas décadas.
tampoco significa ignorar la actitud de los grupos oligárquicos siempre dispuestos a defender sus intereses y privilegios utilizan do todo tipo de recursos represivos y antidemocráticos. No es posible soslayar el peligro de la intervención militar directa de los Estados Unidos ni olvidar que nuestro país, ubicado en el corazón de esta zona estratégica, continuará bajo la presión imperialista orientada a limitar y recortar nuestra soberanía económica, política y cultural y a utilizar nuestro territorio como campo de agresión contra países vecinos. La incapacidad, cada día más evidente del PLN y del PUSC de dar una respuesta positiva a las demandas de un pueblo sometido a un acelerado proceso de empobrecimiento Se han creado nuevas y promisorias condiciones para el desarrollo de las luchas democráticas y populares, entre las cuales nos parece importante destacar las siguientes: Los cambios positivos en la situación centroamericana que tienen una manifestación concreta en los acuerdos de Esquipulas y Sapoá, que reflejan el avance de la tesis de la negociación, de la autodeterminación y de la coexistencia pacífica sobre la política imperialista de la confrontación militar y de la intervención, así como una nueva correlación de fuerzas en la región que aísla a los partidarios de la guerra y permite a las fuerzas de la paz tomar la iniciativa. Cambios positivos que se expresan también en la consolidación de la Revolución Popular Sandinista, en los avances de los movimientos revolucionarios y democráticos de El Salvador y Guatemala, en la reactivación del movimiento antiocupacionista de Honduras y en el fracaso de las maniobras intervencionistas de los Estados Unidos en Panamá. La contradicción entre la política de paz regional del gobierno, que expresa los sentimientos del pueblo, y la política económica y social, que lejos de contribuir a la paz interna, golpea al pueblo, agudiza los conflictos y genera creciente descontento. La pérdida de vigor y el progresivo agotamiento de la ofensiva neoconservado ra emprendida por el imperialismo en 1980, con la llegada de Reagan a la Casa Blanca. La política de guerra de la Administración Reagan sigue siendo la principal manifestación de la política global del imperialismo, sin embargo esa política se está desenvolviendo en un marco estratégico de debilidad creciente, por el desarrollo de un clima internacional favorable a las fuerzas de la paz, la negociación, el desarme y la autodeterminación.
Indicar cambios favorables en la situación objetiva no debe estimular ilusiones en cuanto a que se generen cambios automáticos en el fortalecimiento de la izquierda y del movimiento popular. La apreciación de la situación tiene que ver con la dilucidación de cuál debe ser la política más adecuada paralaizquierda, quéelementosdebería caracterizar una política progresista en la Costa Rica de hoy. Existe en nuestro país un potencial político y social para levantar un movimiento capaz de neutralizar las políticas mas agresivas del imperialismo y de sus aliados internos, y capaz también de ir abriendo una nueva alternativa; para nosotros el problema radica en como, con qué política, con qué instrumentos, constituir este movimiento y transformarlo en fuerza política decisiva. La aplicación de la política fondomonetarista agudiza las contradicciones sociales y el descontento popular y genera divergencias entre diferentes sectores de las clases dominantes y también en el seno del partido gobernante. El desarrollo de la crisis económica del capitalismo, que se descarga fundamentalmente sobre los pueblos de los países subdesarrollados y dependientes. Los cambios positivos que se dan en el campo socialista, que se expresan fundamentalmente en las transformaciones que se operan en la política interna y exterior El señalamiento de esta nueva situación no significa, naturalmente, ignorar o disminuir los peligros tan grandes que amenazan la paz y la soberanía de Centroamérica. El imperialismo de los Estados Unidos no cesará sus maniobras para tratar de recuperar y consolidar su hegemonía en la región, considerada vital para sus intereses; La izquierda puede estar en condiciones de animar y de encabezar un proceso de acumulación de fuerzas populares y antiimperialistas y de ir articulando la unidad democrática más amplia posible alrededor de una propuesta programática altemativa, si es capaz de: La pérdida de popularidad del gobierno en razón de una política económica Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica