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do Como actividad preparatoria del XVI Congreso del Partido Vanguardia Popular se celebró el pasado martes en el Colegio de Periodistas una mesa redonda sobre La lucha por la unidad popular y de las fuerzas de izquierda. La Dra. Marielos Giralt actuó como moderadora del debate, en el que participaron los compañeros José Merino, del Partido del Pueblo Costarricense, Sergio Erick Ardón, del Movimiento de la Nueva República, e 5, Mario Devandas, del Frente Amplio Democrático, Alberto Salom, del Partido Socialista Costarricense, y Oscar Madrigal, del Partido Vanguardia Popular.
Publicamos en esta edición de Adelante las primeras intervenciones de los compañeros. La próxima edición publicaremos las segundas intervenciones de los participantes, que despertaron gran interés por su contenido polémico.
José Merino (PPC. Hay que darle prioridad a la unidad de la izquierda En nombre del Partido del Pueblo Costarricense quisiera comenzar dando las gracias a los compañeros del Partido Vanguardia Popular por darnos la oportunidad de compartir este momento con ustedes.
Me parece que el hecho de que estemos aquí reunidos para dialogar y para intercambiar opiniones sobre las perspectivas de la unidad de la izquierda, sobre su futuro, es ya parte de un proceso positivo de acercamiento entre nosotros. Significa que en la izquierda para poder unirnos, para poder plantearnos convergencia en algunos campos fundamentales de las vida política nacional, es preciso comenzar por instaurar una nueva cultura de diálogo entre nosotros, por renunciar al monólogo, por no sentimos ninguno de nosotros con el derecho a tener el monopolio de la verdad, por acoslumbrarnos a las diferencias, a la existencia de una izquierda que es diversa, que es plural, y sobre esa base buscar la unidad en la diversidad.
Nosotros en el Partido del Pueblo creemos que hoy existen condiciones positivas para ir hacia la unidad de la izquierda y de las fuerzas populares en nuestro país. Creemos que hay cambios en la situación internacional, en la situación nacional y regional que favorecen no solamente la discusión de nuestas discrepancias en un nuevo clima de respeto y de espíritu constructivo sino que también estos cambios en la situación política facilitan el camino para que algunas de esas discrepancias sean superadas en una práctica unitaria.
Nosotros hoy creemos que podemos estar en un momento en que el movimiento popular puede pasar del período defensivo y de derrotas que tuvo en los últimos años, que se tradujo también en la crisis que afectó a todos los partidos de la izquierda y prácticamente a todos los componentes del movimiento popular, para pasar a una nueva fase donde podamos tomar la iniciativa, donde podamos darle un impulso nuevo a la lucha popular y donde sea posible que surja alguna alternativa viable al sistema bipartidista de poder que comparten en nuestro país el Partido Liberación Nacional y la Unidad Socialcristiana. creemos que para que esa aspiración pueda realizarse es imprescindible la unidad de la izquierda, la unidad de la izquierda no con el afán de repetir los esquemas que hayan sido superados por la propia vida, ni con la pretensión tampoco de poder repetir nuestros viejos errores, que de alguna manera estuvieron también en la base de nuestra crisis y de nuestra división, sino la unidad de la izquierda sobre la reflexión autocrítica que cada uno de nosotros haya hecho de estos años que nos llevaron a la dispersión y al aislamiento en la vida política del país.
Creemos que cada uno de nosotros a su manera, con ritmos diferentes, con interpretaciones a veces distintas de las causas y efectos de la crisis de la izquierda, cada uno de nosotros ha venido madurando una posición política más madura, más comprensiva de las otras fuerzas, y creo que terminará por imponerse la necesidad de que esa reflexión no se quede solamente en el análisis y en los documentos, sino que pueda traducirse en una práctica políticareal que nos permita profundizar la unidad en el movimiento popular y darle a esa unidad una expresión política que también pueda representarnos unitariamente en los procesos electorales.
Partimos por supuesto de que la crisis de la izquierda en nuestro país no fue fruto de la casualidad, fue fruto de la acumulación de errores que en una o en otra medida todos compartimos, que en un momento de crisis revolucionaria en Centro América y de una crisis económica que sacudió fuertemente a la sociedad costarricense, la izquierda no solamente no fue capaz de darle una respuesta que auguraba más bien la posibilidad de darle nuevos impulsos a la lucha democrática, a la lucha popular y revolucionaria sino que lejos de esto ese terreno fue el campo donde nosotros nos dividimos y donde nosotros perdimos fuerza. Nosotros tenemos que interrogarnos por qué eso fue así, por qué en un momento que parecía propicio para avanzar nuestro movimiento revolucionario se debilitó, por que en un momento donde las condiciones objetivas anunciaban avances en todo el proceso revolucionario regional y también en nuestro en nuestro país, la izquierda no fue capaz de instalarse en la realidad del país, instalarse en la realidad regional y poder impulsar la lucha revolucionaria como mayor eficacia en nuestro país.
Nosotros estamos convencidos de que la unidad que buscamos hoy, y en la cual estamos dando pasos reales tiene que pasar por esa reflexión sincera y directa, donde no busquemos simplemente ver quién vence en una polémica, sino que busquemos conjuntamente las raíces de nuestros males para poder lanzar conjuntamente un proyecto de acumulación de fuerzas, de lucha por la transformación democrática de nuestra sociedad, un proyecto que le pueda dar al movimiento popular una expresión política adecuada. No cabe duda de que el movimiento popular en nuestro país en los últimos meses está experimentando una situación más favorable, que se ha traducido en la unidad de las centrales sindicales en el CPT, en los paros nacionales, en una ofensiva del movimiento campesino, en una lucha intensa del movimiento en las comunidades por la vivienda, por la solución de diversas reivindicaciones. Se está traduciendo también en nuevo momento de lucha democrática en las universidades. Pero no cabe duda de que ese movimiento popular a pesar de los progresos que experimenta en la lucha reivindicativa y en la lucha social, no tiene hoy en nuestro país una expresión política unia y eficaz no solamente para poder seguir dándole nuevos impulsos unitarios a ese movimiento popular, sino también para impedir que esa lucha reivindicativa y social sea solamente a fin de cuentas en beneficio político de las dos grandes agrupaciones en que se divide nuestra burguesía: el PLN y el PUSC.
Nosotros creemos que es necesaria la unidad de la izquierda y que dentro de la lucha por la unidad de las fuerzas democráticas hay que darle prioridad a la unidad de la izquierda.
En el partido del pueblo hemos abierto un diálogo sincero, tanto con los compañeros de Alianza Popular como con nuestro aliados de Pueblo Unido. Tenemos que decir que con los compañeros de Vanguardia Popular y del Frente Amplio Democrático hemos tenido importantes avances que creemos que podrían traducirse a corto plazo en la elaboración conjunta de un programa común para la izquierda basada en una táctica política también común, que se base en una opción participativa donde puedan tener una posibilidad de representación y de lucha otros sectores democráticos y revolucionarios del país.
Con los compañeros de Pueblo Unido también con versamos. Tenemos discrepancias sobre lo que es y debe ser la izquierda hoy en nuestro país. Creemos que la discrepancia fundamental se refiere a si la izquierda en nuestro país está ya hoy condenada irremediablemente al fracaso, si está condenada a la marginación política, si está condenada a encerrarse en un ghetto, o si nuestra izquierda, con un programa renovador, con un esfuerzo autocrítico real, puede realmente encabezar en Costa Rica un proyecto de acumulación de fuerzas democráticas y populares con vistas a la transformación de nuestra sociedad.
Nuestra izquierda ha aprendido las lecciones de su crisis, ha aprendido las lecciones que no nos pueden llevar de nuevo a repetir experiencias dogmáticas, sectarias y al aislamiento de los amplios sectores democráticos y patrióticos. En un momento como el que vive Centro América y que vive Costa Rica podemos hacer esfuerzos sobre una base política adecuada, sobre una táctica correcta, sobre una definición también correcta de cuáles son los enemigos a derrotar hoy en Costa Rica, de cuáles son los enemigos a neutralizar, de cuáles son las fuerzas a reagrupar en nuestro país, y podemos recuperar la confianza de esa base social de la izquierda, esos 60 mil 70 mil costarricenses que son nuestra base social y que están esperando de nuestros partidos que demos pasos eficaces hacia la unidad en la acción, hacia la unidad electoral, hacia la unidad en una perspectiva revolucionaria para ponerse a trabajar y para ser el núcleo alrededor del cual puedan aglutinarse los sectores democráticos y patrióticos que son una mayoría natural en nuestro país.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.