6 Adelante 11 Nov. 1987 DO Lenin: su nombre se convirtió en un símbolo inspirador de los obreros y los campesinos rusos. Su conocimiento riguroso de la realidad política social, su fe inconmovible en el triunfo proletario y su genialidad de estRatega, siguen inspirando a millones de hombres en todo el mundo.
Luis Orlando Corrales El valor imperecedero de Ocre que sólo quedaba como salida la insurrección armada. Nos imaginamos a Lenin, de quien Gorki consideraba que nadie como él merecía la eterna memoria del mundo. pero del que cariñosamente se reía porque tratajeaba al hablar, tratando de convencer a sus compañeros de la necesidad de esta otra locura: la toma del poder.
Rumbo a la insurrección la historiae abrió paso En la tensa y solemne espera que precede los grandes virajes que hacen cambiar la historia, en una modesta casa, la casa 32 1, junto al malecón del río Kárpovka, en un barrio de Petrogrado, un grupo selecto y experimentado de revolucionarios se disponía, observando las más rigurosas reglas de la conspiración, a tomar decisiones que iban a alterar definitivamente el destino de la humanidad. Era el 10 de octubre. Allí, entre ellos, por primera vez desde que la represióndel Gobierno Provisional lo obligó a pasar a la clandestinidad y a trocar, metido en el bosque de Rasliv, su levita por un disfraz de aldeano, estaba Lenin.
Era un momento crucial. Aquellos hombres que conformaban el CC del partido bolchevique debían decidir si iban a la insurrección o no. Lenin salió de la clandestinidad para venir a defender la tesis de que todas las condiciones para la insurrección estaban maduras y que no quedaba más que pasar a la acción. Era el momento en que la locuTa y el delirio por los que había luchado, desde que descendió, en abril, del célebre vagón que lo trajo del exilio a la estación de Finlandia, estaba a punto de hacerse realidad. Esa locura y ese delirio con que fueron calificadas por muchos sus palabras dirigidas a quienes fueron a esperarlo a la estación. Cuántas veces habrá recordado Lenin esto, mientras en setiembre redactaba sus cartas Los bolcheviques deben tomar el poder y El marxismo y la insurrección. En abril estaba solo. Ni aún en su propio partido, en un primer momento, encontró eco su tesis de luchar porque todo el poder pasara a los soviets e iniciar inmediatamente la marcha hacia la revolución socialista. Podía acaso, olvidar, cuando trasponía la puerta de esa casa que miraba al río Kárpovka y mientras Petrogrado estaba cargado de aires insurreccionales, que hacía apenas seis meses sus opiniones habían provocado tal terremoto que hasta un dirigente bolchevique llegó a decir que el discurso de Lenin no había agravado las divergencias en el seno de la socialdemocracia, sino que, por el contrario, las había suprimido. porque sólo podía haber un acuerdo entre bolcheviques y mencheviques frente a la posición de Leaplazar la insurrección significaría verdaderamente la muerte.
Poniendo en ello todas mis fuerzas, quiero convencer a los camaradas de que hoy todo está pendiente de un hilo, de que en el orden del día figuran cuestiones que no pueden resolverse por medio de conferencias, ni de congresos (aunque sean incluso congresos de los Soviets. sino únicamente por los pueblos, por las masas, por medio de la lucha de las masas armadas. Es necesario, a todo trance, detener al gobierno esta tarde, esta noche, desarmando previamente a los cadetes (después de vencerlos si oponen resistencia. etc.
1¡No se puede esperar. Nos exponemos a perderlo todo. había pasado trabajando y que, to con el Decreto sobre serían probados en el II Congids Sovi que se reuniría ese missos dec tos confirmarían ante el de que nuevo poder, desconocidse mom to, el poder de los obrerosesinos rigía los destinos de la iRusia.
La Gran Revolución a de bre había triunfado. Corabrio poca del paso del capitalsociali a escala mundial.
El significde Octul El CC acordó preparar la insurrección.
En su resolución expresó que esta era inevitable y que estaba plenamente madura.
De allí en adelante los bolcheviques se lanzaron febrilmente a llevarla hasta la victoria. Vinieron luego los días que estremecieron al mundo. En el escenario de Petrogrado los dos contendientes, la burguesía y el proletariado, se dispusieron a dar el combate final. Los bolcheviques impulsaron la creacion del Comité Militar Revolucionario, anexo al Soviet de Petrogrado cual estaba encargado de afinar todos los detalles de la insurrección.
La capacidad combativa de la revolución aumentaba día a día. Miles y miles de obreros engrosaban la Guardia Roja, miles y miles de soldados y marinos abandonaban al Gobierno de Kerenski y se pasaban a las filas revolucionarias. Todos los intentos del Gobierno Provisional por detener la marejada que crecía y crecía fueron infructuosas.
En efecto, como había dicho el CC del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, la insurrección era inevitable.
Era inevitable. pero había que asegurar, hasta el último momento, todos los detalles, había que garantizar que no se iba a dejar pasar el momento propicio para asestar el golpe definitivo. Porque había una oportunidad, una sola, irrepetible, en la que la audacia y la ciencia revolucionaria, el corazón caliente y la mente fría, la decisión ardiente de vencer y la preparación minuciosa para lograrlo, podían juntarse y alcanzar el triunfo. Aun el 24 de octubre, un día antes de que la humanidad ingresara en una etapa absolutamente nueva de su historia, Lenin se preocupaba intensamente por avanzar con firmeza y no desperdiciar por ningún motivo la ocasión extraordinaria que se ofrecía. En una carta enviada a los miembros del CC, en la tarde, Lenin decía: Es claro como la luz del día que hoy todo lo que sea El cañonazo del Aurora la vida se abrió paso: el 25 de octubre, a las y 45 de la noche, un cañonazo disparado desde el crucero Aurora, marcó el sendero por el que los obreros armados, junto a los soldados y marinos que habían vuelto sus armas contra Kerenski, ingresaron, como un tromba indetenible, al Palacio de Invierno, detuvieron al gobierno burgués y abrieron las puertas de una nueva época. la mañana siguiente, Lenin, que había pasado la noche en casa de su gran amigo y colaborador, Bonch Bruevich, de súbito salió de la habitación completamente vestido, enérgico, despejado, brioso, alegre y dicharachero y exclamó, ante todos los habitantes de la casa. Viva el primer día de la Revolución Socialista! luego, extrajo de su bolsillo el Decreto sobre la tierra. en el que La Revolución de orivo un fluencia directa e inmedido elp ta. Se produjo un ascendovim revolucionario, se llevaro inm les intentos por seguir lcdel pro riado ruso, como en Hin Pol en Alemania. Esos interen der dos y la reacción mund. impe extensión de la revolucros pasar a la ofensiva y sona jove volución rusa a la agresistigan to y el bloqueo. Pero susitos hogar la criatura en su prono peraron. La unidad, lal sacu del pueblo soviético y, Lón de tido Comunista y la solide lo blos del mundo, impidió el estado socialista fuera ani Pero la importancia onal redujo a esa influencia dyd Más allá de eso, más pronte a Revolución de octubre pan ca nin?
Nos imaginamos a este infatigable luchador, con su chaqueta raída y unos pantalones demasiado largos para él. según nos lo describe John Reed, unos días después, con motivo del II Congreso de los Soviets, persuadiendo a sus camaradas de que la lucha de clases se había agudizado a tal grado Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.