PAGINA ADELANTE DOMINGO DE SETIEMBRE DE 1962 La verdad acerca del Alianza para el Progreso del Presidente Kennedy programa de Teodoro Moscoso ha admitido que este programa no ha tenido progreso extensivo PEKIN, 16 (SINJUA. Teodoro Mosco.
so, funcionario a cargo del programa de la Alianza para el Progreso. de John Kennedy, ha admiudo en un memorándum emitido la víspera del primer aniversario de ope raciones, que este programa para la agresion contra América Latina, ha discurrido contra obstáculos terribles, desilusionantes y casi insuperables. Dijo que el programa nunca fue puesto en órbita ni habia tenido ningún progreso extensivo. Los objetivos estratégicos de este programa, que fue lanzado hace un año, son: mantener la posición dominante de los agresores norteameri.
canos en América Latina; aislar a Cuba e.
impedir la extensión de la influencia de la Revolución Cubana y frenar el creciente movimiento revolucionario de los pueb. os latinoamericanos. través del mensaje sobre la ayuda exterior de Kennedy al Congreso norteamericano y su declaración de marzo, se ve claramente que el programa es para frenar dentro de las fronteras de las naciones latinoamericanas el ascenso de las fuerzas que amenazan nuestra seguridad y para impedir la genuina revolución de los pueblos de América Latina, fomentando una así llamada revolución pacifica por medio de engaños y decepción. Pero los sucesos del año pasado han mostrado plenamente que la Alianza para el Progreso es esen.
cialmente un programa para la esclavitud política y el saqueo económico, y han puesto al desnudo la hipocresía de sus promesas de democracia y reforma. Consecuentemente, la politica agresiva de los Estados Unidos se ha encontrado crecientemente con oposición en gran escala y la situación está desarrollándose precisamente en el sentido contrario de lo que hubiera deseado Ken.
nedy. El programa de la Alianza para el Progreso es, sobre todo, un instrumento nor teamericano para empujar hacia adelante su política anticubana y antipopular en América Latina y llevar a cabo su interferencia en los asuntos internos de los países latinoamericanos. Una evidencia de esto puede en.
contrarse en la ayuda prestada por los Estados Unidos a los países latinoamericanos mediante el programa desde marzo de 1961 hasta fines de febrero de 1962. En el período bajo reseña, la suma de ayuda obtenida por los países como Colombia, Perú y Ve.
nezuela, que siguen la línea norteamericana y se oponen a Cuba, excedió señaladamente aquella dada a los países grandes, más popu osos e independientes de América Latina, tales como Brasil y México. Otro ejemplo sorprendente es que el préstamo yanqui de 150 millones de dólares a Argentina fue a nunciado solamente después del rompimiento argentino de las relaciones diplomáticas con Cuba y en vísperas de sus elecciones ge.
nerales. El propósito del préstamo fue sostener al gobierno de Frondizi. en el poder en aquel entonces, que estaba al servicio de la pol tica norteamericana de hostilidad hacia Cuba y represión contra el pueblo; y pa.
ra influir sobre las elecciones generales de Argentina. Igualmente los Estados Unidos concedieron empréstitos al Ecuador solamente después de que había logrado obligar a ese país a romper relaciones diplomáticas con Cuba. Cuando Chile y Bolivia estaban buscando empréstitos de la Alianza para el Progreso se esparció el rumor de que en muchas ocasiones los Estados Unidos darian la ayuda si ellos rompían relaciones diplomáticas con Cuba. Las autoridades de los Estados Unidos también intentaron usar esta ayuda para obligar a los partidos del ala derecha de Chile a firmar un acuerdo político anticomunista, a fin de manipular las elecciones de la Asamblea Municipal de 1963 y las elecciones presidenciales de 1964 en ese país. Prestar apoyo a los militares reaccionarios latinoamericanos y a los politicos pro yanquis para lanzar un golpe de Estado en Brasil y en El Ecuador y hacer intentos para derrocar a los gobiernos legitimos y obligar a los gobiernos a ejercer una política de capitulación hacia los Estados Unidos, han sido los hechos notorios de los Estados Unidos en el año pasado. Entre mar zo y julio de este año los militares argentinos y peruanos, apoyados por los Estados Unidos, habían realizado con éxito golpes militares y tumbado los resultados de las elecciones. Estos sucesos pusieron al descubierto, por completo, la falsa pretensión del programa de Alianza para el Progreso pro democracia parlamentaria. Incluso algunas publicaciones norteamericanas han admitido que esto es una declaración de bancarrota de la Alianza para el Progreso. La ayuda económica alardeada en las publica ciones de la Alianza para el Progreso no puede ni en lo más mínimo, ocultar el saqueo insaciable de los capitalistas monopolistas norteamericanos en América Latina.
En su declaración del cinco de julio, Kennedy puso en lista algunos hechos que de.
berían tenerse en mente sobre la ayuda extranjera yanqui. Uno de esos hechos es que la ayuda yanqui es en préstamos en vez de concesiones y deben ser pagados también en dólares. Otro hecho es que más de un ochenta por ciento del dinero apropiado para el programa de ayuda extran.
jera será invertido en los Estados Unidos mismos en mercancías y servicios. El capital monopolista norteamericano se asegura así sus máximos beneficios. Incluso así, los paises latinoamericanos han recibido hasta ahora sólo un cuarto de los mil millones de dólares que prometieron los Estados Unidos proveer en el primer año de la Alianza para el Progreso. En contraste, los Estados Unidos sacaron de América Latina, en los últimos dos años, tanto como dos mil noventa y dos millones de dólares, en forma de pago de empréstitos, beneficios de inversiones, etc. Por otra parte, los Estados Unidos prometieron en la Conferencia Econó.
mica Interamericana que discutió la Alianza para el Progreso. estabilizar los precios para las exportaciones de materias primas de América Latina, pero esta promesa no fue cumplida durante el año. Los países latinoamericanos continúan sufriendo enormes pérdidas en este aspecto. En una reciente reunión en Brasil el embajador brasileño en los Estados Unidos, Roberto de Oliveira Campos, dijo que los precios promedios de las exportaciones latinoamericanas a los Es.
tados Unidos en 1961, se redujeron en un 20 por ciento en comparación con 1953. Estas exportaciones (1961) en término de los precios recibidos en 1953, habrían obtenido mil cuatrocientos millones de dólares más que lo que verdaderamente obtuvieron.
Esta suma excedía el total de los fondos de ayuda que fluyó hacia América Latina el año pasado, según dijo. Kennedy manifestó que la Alianza para el Progreso intentaba me jorar el progreso social y el desenvolvimien.
to económico en América Latina. Ahora, un año después de que el programa entró en funcionamiento, incluso los periódicos y revistas norteamericanos han confesado que la situación de América Latina había ido de mal en peor. Un articulo insertado en el New York Herald Tribune del 10 de agosto, admitía que pese a la Alianza para el Progreso. América Latina se enfrentaba con los más formidables problemas económicos y sociales: creciente inflación, elevación de precios, disminución de ingresos por exportación. Las condiciones están empeorando, no mejorando. Agregaba que el resultado es el estancamiento económico y el descontento ominoso de las masas. Las así llamadas reformas agrarias y reformas tarifarias (el núcleo de lo que Kennedy anunció como revolución pacífica. se han tornado en una pura mentira. El hecho esencial es de que los ricachos norteamericanos, los más grandes latifundistas de Amé.
rica Latina, no estarían en ningún caso de acuerdo con renunciar a su propiedad y de que el capital monopolista norteamericano, que cosecha los más grandes beneficios en el Continente, jamás tolerarían ninguna reforma de impuesto que invadiera sus prerrogativas.
Hasta ahora, pocos países (Colombia, Chile y El Ecuador) han aplicado programas de reforma agraria con la participación de Washington. Los puntos esenciales de estos programas son el mejoramiento y la restauración de tierras por nuevos colonos y compra a altos precios de una parte de la tierra de los grandes feudos, sin perjudicar de ninguna manera el sistema de latifundio. Contrario a los deseos de los autores de la Alian za para el Progreso en Washington, la Revolución Cubana, que rechaza con resolución la esclavitud colonial de los Estados Unidos, llegó a ser más popular entre los pueblos latinoamericanos a través del año. En Brasil, el Ecuador y otros países, las luchas en escala nacional se han desarrollado contra la agresión política y económica de los Estados Unidos y por las reformas básicas como su núcleo. Campesinos en las grandes extensiones de las zonas de América Central y América del Sur se levantan para apremiar la reforma agraria y se adueñan de la tierra por sí mismos. Las guerrillas están activas en Guatemala, Venezuela y Colombia. Más y más sectores de los pueblos latinoameri.
canos están repudiando ahora la Alianza para el Progreso. patrocinada por los Estados Unidos como neocolonialismo típico, como una alianza entre el tiburón y las ardinas y como una alianza de esclavitud y pobreza. Su opinión general es que, cuando uno se opone a la Alianza para el Progreso está luchando por la independencia y liberación nacionales. Tal es la realidad que contempla los Estados Unidos al año de la Alianza.
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