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Yok 1962 ADELANTE Página El argumento de América Latina Palabras a los norteamericanos Carlos Fuentes por UN CASTILLO FEUDAL CON FACHADA CAPITALISTA Al sur de sus fronteras, amigos norteamericanos, se extiende un continente en fermento revolucionario. Un continente dueño de inmensas riquezas y que sin em bargo vive en una miseria y en un abandono que ustedes nunca han conocido y apenas pueden imaginar. 200 millones de hombres viven en América Latina. 140 millones trabajan en condiciones de servidumbre. 70 millones están fue ra de la economia del dinero. 100 millones son analfabetos. 100 millones padecen enfermedades endémicas. 140 millones están subalimentados. Hoy, esas masas miserables han decidido poner fin a esta situaleión. América Latina, durante siiglos mero objeto de explotación histórica, ha decidido convertirse en sujeto de la acción histórica.
Entiendan esta palabra clave: estructura. Ustedes tuvieron su origen en la revolución capitalista, liberal y protestante. Nacieron sin ataduras anacrónicas. Fundaron una sociedad que, desde su principio, se identificó con la razón histórica de su tiempo. Crearon una economia destinada crear riqueza en el Vacio social de la América anglosajona. No tuvieron que vencer y asimilar la resistencia de culturas autóctonas.
Partieron de cero, sociedad virgen, idéntica a la modernidad, sin lastres feudales. En cambio, nosotros fuimos fundados como una prolongación del (moribundo or den feudal de la Edad Media; heredamos sus estructuras anacronicas, encarnamos sus vicios y los convertimos en institución al mar gen de la revolución del mundo moderno. Si ustedes descienden Ide la Reforma, nosotros descendemos de la Contrarreforma; la servidumbre del trabajo, el dogma religioso, el latifundio, la nega ción de derechos políticos, economicos o culturales para las masas, da aduana cerrada para la circulación de las ideas modernas. Más que crear riqueza propia, la expor itamos a la Metrópoli española o portuguesa. Cuando obtuvimos la independencia política, no ganamos la independencia económica: la estructura no varió.
Comprendan que el drama de América Latina es la persistencia de esa estaruchura feudal a traVés de cuatro siglos de miseria y estancamiento, mientras ustedes Iprotagonizaban la revolución industrial y ejercían la democracia liberal, Comprendan que la única solución de América Latina consiste en destruir de una vez por todas esa estructura.
Pero. es necesaria la revolución. se preguntan ustedes. Por qué no destruir esa estructura evo lutivamente? Por una razón muy sencilla: porque las fórmulas del capitalismo liberal ya han tenido su oportunidad histórica en América Latina y se han mostrado incapaces de acabar con el feudalismo.
Durante el siglo XIX, el liberalismo económico. laisser fairefue superpuesto la lla festructura feudal en Latinoamérica. Al lado de la clase terrateniente de la Colonia, surgió una nueva de empre rios dedicados al komercio de exportación. Estos capitalistas nos convirtieron en países monoproUstedes se preguntarán. a qué se debe ese atraso latinoamericano. por qué, si alcanzamos la independencia política más o menos al mismo tiempo, los norteamericanos son prósperos, libres, democráticos y los latinoameri canos pobres, sojuzgados, incapaces de gobernarse? Ustedes suspirarán con alivio: ahora, todo va a cambiar gracias a la generosidad norteamericana, La Alianza para el Progreso resolverá los pro blemas que aquejan a Latinoamérica. Gracias a los 20 mil millones de dólares, los latinoamericanos olvidarán el espejismo de la revolución, sangrienta y destructiva de la democracia y los derechos humanos, y podrán evolucio nar pacíficamente y, en poco tiem po, constituir sociedades democráticas, gemelas de la de los Estados Unidos.
ductores, exportadores se materias primas para el mercado occidental. La utopía de estos empresarios era la siguiente. dada la división internacional del trabajo, a ciertas regiones les corresponde producir materias primas y a otras elaborarlas; el canje complementario aseguraría el bienestar de to dos. Ya sabemos que esto no es cierto. Ya sabemos que, a la larga, el precio de los productos elaborados siempre será más alto que el de las materias primas. Ya sabemos que, en el momento de una depresión en la economia matriz, quienes más sufren son las economías satélites, productoras de ma terias primas. Entre 1929 y 1938, las exportaciones latinoamerica nas descendieron en un setenta por ciento. Entonces SI hubo ham bre en Cuba: el 50 por ciento de su fuerza de trabajo quedó desempleada, los bancos nacionales quebra las tierras azucareras fueron compradas en rebajo por norteamericanos. El mito se derrumbó. Si en efecto fuésemos economias suplementarias. nuestro nivel de vida sería idéntico al de ustedes.
Para superar los efectos del liberalismo económico, muchos países latinoamericanos, después de 1930, entraron en una nueva fase: la del capitalismo proteccionista, cuyo propósito era estimular la industrialización interna de América La tina y hacerla menos dependiente de la exportación de materias primas. Pero el capitalismo nativo, liberal, también se superpuso a la estructura feudal, sin destruirla Abandonó a su suerte a las grandes masas campesinas y obreras y reservó el progreso a una minoría ur bana. Terminó por cristalizar una sociedad dual en América Latina: la sociedad capitalista moderna de las ciudades y la sociedad feudal del campo. La sociedad de las minorías cada vez más próspera, fren te a la sociedad feudal del campo. La sociedad de las minorías ca.
da vez más próspera, frente a la so ciedad de las mayorías cada vez más miserable. En los últimos años, el abismo entre una y otra no ha hecho más que crecer. El capitalismo, entonces, no ha logrado resolVer los problemas de América Latina. No ha sido capaz de destruir la herencia feudal. No ha sido capaz de promover el verdadero desarrollo colectivo en América Latina.
Esto es América Latina: un deTruido castillo feudal con una fachada de cartón capitalista.
Este es el panorama del fracaso histórico del capitalismo en América Latina Continuada depedencia monoproductiva. En Brasil, el café constituye el 74 por ciento de las exportaciones; en Bolivia, el estaño el 60 por ciento; en Chile, el cobre el 63 por ciento; en Costa Rica, el café el 60 por ciento; en Colombia el café el por ciento; en Honduras, los plátanos el 75 por ciento; en Haiti, el café, el 63 por ciento; en Venezuela el Petróleo el 95 por ciento; en Nicaragua, el café el 51 por ciento; en la República Dominicana, el azúcar el 60 por ciento.
Continuado latifundismo. En Chile y Brasil, el por ciento de la población es dueño del 60 por ciento de las tierras. En Venezuela, el por ciento de la población posee nueve décimas partes de la tierra.
En general, en América Latina, con la excepción de México y Cuba, el por ciento de la población posee la mitad de la tierra. Más de la mitad de los latinoamericanos son campesinos que trabajan en condiciones cercanas a la esclavitud. Sin embargo, sólo el 24 por ciento de las tierras latinoamericanas son cul tivadas. De este porcentaje, enormes extensiones no son cultivadas, para mantener las ganancias los laItifundistas o por pura irracionalidad. La mayoría de los países latinoamericanos deben importar bue na parte de sus alimentos; sólo Uruguay y Argentina son relativamente autosuficientes. El producto de la agricultura es bajísimo en com paración con la mano de obra que emplea. los precios internacionales de la producción agrícola fluo túan y descienden constantemente.
Los Ustedes son muy dados a los buenos deseos, a lo que llaman wishful thinking.
Siempre han creido que lo que es válido para ustedes vale para todos los hombres, en todas las naciones y todo el tiempo. Desconocen la existenIcia de factores históricos específicos. Se niegan a comprender que en realidad hay dos mundos, el de los países ricos y el de los pai ses pobres. Se niegan a admitir que, por fuerza, las soluciones que exigen los países pobres tienen que ser distintas a las de ustedes.
Ustedes llevan cuatro siglos de desarrollo ininterrumpido dentro de la estructura capitalista. Nosotros llevamos cuatro siglos de subdesarrollo continuo dentro de da estructura feudal.
Continuado subdesarrollo.
sistemas actuales son incapaces de incrementar la producción y utilizar los recursos naturales al ritmo que lo requiere el crecimiento de la población. Como resultado, el crecimiento promedio anual del pro ducto por habitante en América Latina, que en 1955 era del descendió en 1959 a y en 1960 a por ciento. Es decir, en la actualidad, dentro del doble sistema feudal capitalista, América Latina NO PROGRESA.
Continuado estancamiento político.
La persistencia de la estructura feu dal impide el acceso de las masas a la educación y asegura la concen tración del poder político en manos de un puñado de terratenientes y de los capitalistas de las ciudades.
Los ejércitos latinoamericanos, equipados y financiados por los Estados Unidos, aseguran que ese orden se mantenga, como lo acaba Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.