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10 ADELANTE, 26 DE NOVIEMBRE DE 196. QUE PASA EN EL CONGO?
Las penalidades e inquietudes del pueblo congoleño son hoy mayores que en junio de 1960, cuando el país obtuvo su independencia y dejó de ser colonia belga. Entonces se constituyó un Gbno.
central cuyo primer ministro, elegido por el Parlamento, era Patricio Lumumba, y cuyo presi dente de la República era Joseph Casabuvu, quien conserva todavía el cargo.
Inmediatamente después, la rica provincia de Katanga se declaró secesionista e independiente, bajo la dirección de Moise Chombé y con el apoyo militar y econmico de Bélgica. Katanga aportaba más de 980 millones de dólares por un año en las arcas belgas y era de vital necesidad para la vida económica de la nueva República.
De ahí que Lumumba hiciera lo posible para someter la rebeldía de los katangueses y pidiera, en julio de 1960 la intervención de las tropas de la Organización de las Naciones Unidas para mantener la unidad de la nación congoleña. El 14 de ese mismo mes de julio, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución en que accedia a la petición de Lumumba y declaraba que se proveerá al Congo de aquella asistencia militar que fuese necesaria hasta. que las fuerzas na cionales de seguridad (las congoleñas) estén capa citada par ejercer plenamente su cometido.
Al día siguiente partían hacia el Congo las primeras tropas de la ONU con sus ya populares cascos azules. Mientras tanto, grandes empresas industriales y financieras norteamericanas se aliaban con las belgas que por espacio de 84 años tiempo que duró la colonia. habían explotado las riquezas del Congo, en particular las minas y plantaciones de Katanga. Esa alianza se nanifestó en un mayor apoyo económico a Moise Chombé y éste pudo así organizar un poderoso ejército mandado por oficiales belgas al principio y, posteriormente, por éstos y por oficiales franceses huidos de Argelia después de la fallida rebelión contra el Presidente Charles De Gaulle. Tam biéné hay oficiales del antiguo ejército alemán de Hitler y centenares de soldados de fortuna. Son estos mercenarios blancos los que mandan a los soldados negros katangueses.
El secretario general de la ONU, Dag Hammarskjold, interpretó la resolución del Consejo de Seguridad como un mandato de no intervención en la disputa civil de los congoleños, y de ahí que empezara una política de apaciguamiento con Moise Chombé, con la esperanza de que éste se sometiera voluntariamente al gobierno central de Leopoldville y abandonara sus afanes de secesión.
Pero esta política era inoperante, ya que Chombé y sus patrocinadores belgas, norteamericanos e ingleses no estaban dispuestos a perder sus jugosas posiciones económicas en Katanga.
Patricio Lumumba exigia que las fuerzas de la ONU sometieran a Chombé, y en varias ocasiones envió comunicados en tal sentido a Hammarskjold. La Unión Soviética y los países del bloque afro asiático empezaron a censurar a Hammarskjold, acusándolo de estar haciendo el juego a Chombé y a los neocolonialistas blancos de Katanga.
La actitud patriótica de Lumumba enardeció a los congoleños y la mayoría del país estuvo dispuesta a acudir a las armas para obligar a la provincia de Katanga a reintegrarse al suelo nacio nal. Esta actitud de Lumumba fue mal vista por ei Presidente de la República, Joseph Kasavubu, y por Joseph Mobutu, jefe de las fuerzas militaIes congoleñas. Kasavubu y Mobutu hacían entonces un doble juego: el de la independencia total del Congo y el de la sumisión a las empresas financieras anglonorteamericanas que apoyaban a Chombé.
Había otro factor: Lumumba no ocultaba sus ideas progresi su posición independiente y su afán de mantener relaciones con todos los países incluyendo los de régimen socialista, Esto hizo que el Gobierno de Estados Unidos lo considerara comunista y entregado a los designios de Moscú.
Intervinieron entonces muy poderosas presiones, desde Washington y Londres, y Patricio Lumumbo fue arrestado por los soldados de Mobutu sin que el cuartel general de la ONU hiciera el meror movimiento para impedirlo. Lumumba fue entregado a Chombé y éste ordenó que lo asesinaran. La muerte del gran patricio congoleño ocurrió en enero de 1961 y el delegado de la Unión Soviética en la ONU culpó de ella a Dag Hammarskjold que, como secretario general de la ONU y jefe supremo de las fuerzas militares de ésta en el Congo, había obrado con pasividad sospechosa.
El 21 de febrero de 1961 el Consejo de Seguridad adoptó una nueva resolución en la que se urgía a las fuerzas militares de la ONU a adoptar inmediatamente todas aquellas medidas que evi ten una guerra civil en el Congo, incluyendo arre glos militares para que cesen las hostilidades, se suspendan las operaciones militares y se use la fierza si para conseguirlo fuese necesario.
También disponía el Consejo de Seguridad el retiro y evacuación de todos los soldados y oficiales blancos que estuvieran al servicio de Chom bé, así como de sus asesores políticos belgas. Esto significaba que las fuerzas de la ONU tendrían que obligar a los mercenarios blancos contratados por Chombé a marcharse del Congo, La secretaría general de la ONU comunicó a Chombé la resolución del Consejo de Seguridad, pero el presidente de Katanga no hizo caso. Es más, aprovechó las suspensión de hostilidades pala fortalecer su máquina militar, aumentar los efectivos mercenarios y adquirir poderoso material terrestre de guerra, así como aviones de retroimpulso.
Las tres facciones. raíz del asesinato de Lumumba se creyó que sus partidarios se desbandarían o someterían a Kasavubu y a Mobutu, agentes ambos de las potencias occidentales y protegidos especiales de los Estados Unidos. Pero los lumumbistas se concentraron en la provincia oriental del Congo, a las órdenes de Antonio Gizenga, que era vice primer ministro en el gobierno de Lumumba y que por mandato de la Constitución debería haber sucedido a éste al frente del Gobierno.
Gizenga estableció en Stanleyville un gobierno que fue considerado como el único legítimo del Congo por los países socialistas y por muchos ruevos países africanos, los cuales incluso establecieron embajadas en Stanleyville.
Parte considerable del pequeño ejército congoleño declaró su fidelidad a Gizenga y quedó bajo el mando del general Victor Lundula, amigo y seguidor del asesinado Patricio Lumumba. Gizenga consiguió apoyo económico del exterior y organizó sus fuerzas militares para reunificar con ellas al Congo. Emprendió operaciones ofensivas contra Katanga, pero las distancias enormes, la falta de vías de comunicación y las fuerzas superiores de los katangueses paralizaron esas operaciones Por su parte Kasavubu y Mobutu se declararon único gobierno legítimo del Congo, con el apoyo de la ONU y, naturalmente, de los Estados Unidos. Mobutu reorganizó su ejército y trató de invadir la provincia Oriental, para someter al comunista Gizenga. pero sus actos no pasaron del intento. El gobierno central de Kasavubu fue reconocido por la ONU y por las naciones occidentales como el único legal del Congo.
La tercera facción, dirigida por Moise Chambé, que se titulaba presidente de la República de Katanga, era la más poderosa. Además de las grandies reservas económicas de Katanga y de sus riquezas naturales, Chombé disponía y sigue disponiendo del apoyo financiero y militar de los colonialistas belgas y de las empresas anglonorteamericanas que se les han unido.
La división del Congo en tres partes tenía forzosamente que causar inquietudes profundas en el pueblo, a pesar de que éste está subdividido en tribus que son a veces enemigas entre sí. Pero, por encima de esa división, hay un sentido nacioral congoleño bastante acentuado. Ese sentido racional se fue manifestando con más vigor cada día y el pueblo dirigió su vista hacia Gizenga, paladín de la verdadera independencia del Congo, y hacia quienes mantienen vivo el recuerdo de Lumumba. Se produjo, pues, un movimiento izquierdista en todo el pais, incluso en las filas dei gobierno central presidido por Kasavubu.
Este movimiento originó la reacción de otro, muy minoritario, patrocinado por las potencias occidentales.
Los reaccionarios trataron de imponerse; Kasavubu disolvió el Parlamento, donde la mayoría absoluta era lumumbista; designó un primer mi.
nistro dócil a las sugestiones de la representación diplomática de los Estados Unidos, y entró en negociaciones con Chombé. Todas estas maniobras fueron inútiles: la corriente izquierdista ibu ere.
ciendo de más en más, Gizenga en el Gobierno. En vista de ello, los Estados Unidos aconsejaron a Kasavubu que con.
vocara nuevamente al Parlamento para que, den.
tro de los cauces constitucionales, éste designara un primer ministro e intimara a Chombé a someterse a la soberanía nacionalConvocado el Parlamento, ante el cual no quiso acudir Chombé, aunque envió sus diputados y senadores, las dos cámaras unidas designaron primer ministro a Ci.
rilo Adula, lumumbista moderado, y vice primer ministro a Antonio Gizenga. De hecho se volvía a la situación anterior al asesinato de Patricio Lumumba.
El Parlamento se reunió bajo la protección de las fuerzas de la ONU. Adula constituyó un gobierno de coalición y pidió a Gizenga que ocupara su cargo de vice primer ministro; pero Gizenga se abstuvo de ir a Leopoldville, temeroso de una colada y de seguir la suerte de Lumumba. No obs tante, aceptó su nombramiento y liquidó su go kierno, con lo que cesaron las embajadas que ha bían en Stanleyville. Adula fue a entrevistarse con Gizenga y lo convenció de la necesidad de agrupar fuerzas para someter a Chombé y restablecer la unidad del Congo. Gizenga pidió que el Congo fuese neutral, a lo que accedió Adula, y ambos asistieron a la Conferencia de Belgrado, de las naciones no alineadas. su regreso al Congo, Gizenga tomó pose sión de su cargo de vice primer ministro. Pero el general Victor Lundula que había sido destitui do por el presidente Kasavubu a raíz del asesina.
to de Lumumba se negó a integrar su ejército en el central mandado por Mobutu, aunque indicó (Pasa a la página 9)
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