10 ADELANTE, 11 DE JUNIO DE 1961 Los adversarios le hacen el juego a Otilio Ulate (Es un artículo de ARNOLDO FERRETO)
La semana pasada don Otilio Ulate pronunció un discurso por radio en el que propuse a don Francisco Orlich, candidato del Partido Liberación Nacional, hacer causa común en la lucha contra el comunismo, El señor Ulate hizo una recapitulación de sus actuaciones a partir de 1945, para de.
mostrar que él es el más genuino portaestandarte del anticomunismo criollo, el polí.
tico ha observado de una manera más con secuente, a lo largo del tiempo, una postu.
ra favorable al imperialismo norteameri.
cano, de franco desafío a todas las corrientes progresistas, nacionalistas y revolucio.
narias del país. Por supuesto, se cuidó bien de hablar del período anterior al 45. Sus hechos en aquel período siguieron una tra.
yectoria completamente opuesta a la que va del 45 a esta parte. Entonces era anti imperialista, amigo y aliado de los comunistas, hombre de izquierda. El Diario de Costa Rica de aquella época brindó democráti.
camente sus columnas a Manuel Mora para que combatiera la penetración de capital imperialitsa en nuestro país, y las contrataciones con las compañías extranjeras. Don Otilio, aunque ahora parezca increíble, fue un combatiente contra la United Fruit Co.
y contra la Bond and Share. Pero eso ocu rrió en un tiempo del cual, por lo menos por ahora, don Otilio no quiere ni acordarse.
Analizando su trayectoria a partir del 45, el señor Ulate explica que al terminar la Segunda Guerra Mundial, cuando aun olían a pólvora los campos de batalla, cuando la sangre de siete millones de soldados soviéticos vertida en la lucha contra el nazi fascismo todavía estaba fresca, él viajó a Europa. su regreso, advirtió al país que una nueva gran contienda iba a estallar, esta vez entre los dos mayores aliados en la lucha contra el eje nazi fascita; que había que apresurarse a tomar posiciones al lado de uno de los próximos contendientes, los Estados Unidos de Norte América.
En efecto, dueños los Estados Unidos del monopolio de la bomba atómica, a fines del año 45 se podía pensar, como vino pensan.
do don Otilio, que era buen negocio trai.
cionar el tremendo sacrificio hecho por la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mun dial, y proceder a imponerle un orden de cosas como convenía a los intereses de los monopolios yanquis, ingleses y franceses.
El señor Ulate debió haber oído hablar de eso en Alemania y en Inglaterra, pues por aquel entonces Wiston Churchill viajó a los Estados Unidos y pronunció su célebre discurso de Fulton, en el que habló poi pri.
mera vez de la guerra fría y de la Cor.
tina de Hierro.
Dando, pues, por descontado el próximo estallido de una Tercera Guerra Mundial, en la que los países detrás del telón de acero serían pulverizados y barridos del mapa por medio de bombas atómicas, don Otilio vino a Costa Rica a predicar la gran cruzada contra los comunistas y contra todos sus aliados, en particular, contra el par.
tido en el Poder, el Republicano Nacional.
Enemigo de siempre de don León Cortés, el señor Ulate regresó con el plan de unirse a él y constituirse, como en efecto se constituyó, en su heredero político.
La guerra caliente prevista por don Oti.
lio no estalló y la URSS puso fin al monopolio yanqui de la bomba atómica. La pers pectiva de un mundo dominado por los magnates de Wali Street sufrió un colapso.
Pero se inició la era de la llamada guerra fría, y de la política inspirada por John Foster Dulles, al borde de la guerra.
La campaña de Ulate a partir del 45 pro.
dujo la guerra civil de 1948. Es compren.
sible entonces que el móvil fundamental de la lucha armada que desplazó a los calde.
ronistas de Poder, no fue, como Ulate y Fi.
gueres han hecho creer a algunos ingenuos, la defensa de la libertad electoral burlada por el Partido Republicano, sino el despla.
zamiento de un partido que había cometido el sacrilegio de aliarse con los comunistas en el curso de la gran contienda mundial contra el nazismo y de llevar a cabo algunas reformas sociales. Al principio, cuando creyó inminente la guerra, don Otilio plan.
teó las cosas claras: había que tomar parti.
do en uno de los dos grandes campos en que se iba a dividir el mundo, había que proclamarse partidario del factor ameri.
cano. y tirar por la borda todas las consig.
nas, lemas y principos levantados durante la Segunda Guerra Mundial, que habían si.
do suscritos por el Presidente Roosevetl.
Más tarde, para engañar incautos, para darle a su causa un carácter aparentemente decente, habló de libertad electoral y de pureza administrativa.
Así, pues, en 1948, el Dr. Calderón Guardia y el Partido Republicano fueron vícti.
mas de la guerra fría, de la nueva política encabezada por los Estados Unidos de arras trar al mundo a una tercera guerra mun.
dial y aplastar, como paso previo, a los par tidos comunistas y a sus aliados. Por eso resulta repugnante ver ahora al Dr. Calde.
rón Guardia, y a sus sumisos diputados, traicionar presurosos sus compromisos de honor, olvidar agravio, y unirse a los cruzados anticomunistas que encabeza en Costa Rica don Otilio Ulate. El Dr. Calderón Guardia y sus más cercanos amigos han te.
nido siempre el cuidado de ocultar a las masas de su partido cual fue la fuerzx determinante de su caída del Poder, han pro.
curado evitar que éstas comprendan que ei éxito de Ulate y de Figueres en 1942, sólo fue posible porque obtuvieron, en virtud de su anticomunismo, el apoyo del impe rialismo yanqui.
Alardeando de haber acumulado mayores méritos que sus contrincantes en la actual lid electoral, como cruzado anti comunis.
ta. como fiel servidor del imperialismo y como instrumento de las fuerzas retrógradas del interior aliadas de los monopolios extranjeros, el señor Ulate pide a Orlich unirse a él en la lucha contra el peligro comunista. Le advierte que el Partido Li.
beración Nacional ha tenido ciertas inconse cuencias y veleidades, que ha cometido he.
rejías. Por ejemplo, el apoyo de Figueres Fidel Castro, en especial, el apoyo a los fit.
silamientos de los criminales batistianos y la declaración de Orlich favorable a la legalidad el Partido Vanguardia Popular, declaración de la que se ha retractado con cierto retraso. No obstante, él, don Otilio absuelve a don Francisco y a su partido si optan por unírsele. El golpe de Ulate es contundente: o se le unen los liberacionis.
tas, o los acusa de filo comunistas. los calderonistas, ni hablar: los deshaucia de una vez por todas. No tienen perdón de Dios, por más que ahora quieran layarse su mancha roja votando contra la legalidad del Partido Socialista. Pero al Partido Li.
beración, don Otilio le abre, generosamen.
te, compasivamente, la posibilidad de reconciliarse con los signos de los tiempos, de ponerse bien con su poderosos protectores imperialistas. Si no aceptan, entonces los va a fulminar acusándolos de comunizan.
tes o de comunistas vergonzantes.
La estrategia de don Otilio Ulate ha sido habilísima para alcanzar sus objetivos: ha inducido, ayudado por los círculos impe.
rialistas, al calderonismo y al liberacionis.
mo, a tomar la senda del mackarthysmo, de la histeria anticomunista. Ha obligado a sus rivales en la lucha por el poder a competir con él en aquellas cosas en que, de antemano sabe que no pueden derrotarlo: en su servilismo y devoción a la causa del imperialismo yanqui y del oscurantismo criollo. sus rivales han picado el anzue.
lo. Ahora las cosas se tornan más fáciles para el señor Ulate. Por una parte, ha con.
seguido, en colaboración con sus amigos de Washington, poner al calderonismo a reali.
zar abyecta traición contra Vanguardia Po.
pualr. Con esto definitivamente el calde ronismo se quedará solo, sin aliados y hundido en el descrédito.
Por otra parte, ha alineado al liberacio.
nismo en el fomento de un clima de histe.
ria reaccionaria que no podrá ser favora ble para el señor Orlich, para el candidato de un partido que ha venido jugando a la tercera posición aparentando propiciar ciertas reformas sociales, que ha fingido ofrecer alguna resistencia al imperialismo.
Tal clima es sólo propicio a las dictaduras, no a un partido que convirtió en uno de sus caballos de batalla la consigna de la lu.
cha contra las dictaduras caribeñas Ulate ha dicho: la palabra de orden, en este momento de peligro para el capitalis.
mo, es cerrar filas con la política imperialista de los Estados Unidos. No caben ambigüedades ni términos medios. er. Cos ta Rica el hombre que meior encarna esta política es el que ya en 1945 descubriu en Europa que se aproximaba una gran contienda entre capitalismo y socialismo. Usan do de una especie de chanta e pojítico, Ulate irá obligando a sus conicincantes a secundar sus planteamientos. Ahora, ayudado por el Departamento de Estado, los obli.
ga a votar la proscripción del Partido Socialista Mañana traraiá de obligarlos a cometer otros atropellos. en la medida en que lo sigan porre camino, en la me.
dida en que lo secundea, le harár. ei juego a su candidatura. El abrazo ofrerido por Ulate a Orlich para luchar juntos contra el comunismo, es un abrazo para asfixiarlo.
Pero si Orlich rehusa el abrazo entonces lo amenaza con acus. ulo reincidir en las veleidades izquierdistas del Partido Liberación.
Don Otilio está jugando bien las fichas para ganar las e:pcions de 1962. está obligando a sus coatrncares a jugar nal.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.