AGOSTO 21, 1960 ren repetir el crimen de Guatemala aldo de la OEA. Detrás de la Conferencia de Can10 punta de lanza de la URSS. Ellos saben que stá haciendo comunismo. Cuba está conquistando ria e industrializándose. eso le tienen horror los.
rancisco Gamboa)
considerar la adopción de las meddas procedentes de acuerdo con los tratados existentes. Ahi está lo esencial de la declaración noventa y tres Es un hábil pretexto para aplicar el Tratado de Rio de Janeiro, que se refiere al caso de que una nación americana sea agredida por una potencia extracontinental. Ese tratado se firmó bajo la impresión causada por la agresión nazi, pero nadie imaginó que serviría para que los Estados Americanos intervineran unos contra otros, y se convirtieran unos en jueces de los otros.
Esa famosa declaración noventa y tres no fue votada por México y Argentina. El delegado de México, ilustrisimo jurista, dijo esa vez: te.
memos que la interpretación futura de este documento contenga elementos que puedan provocar una intervención en contra de un gobierno al que se acusara de comunista, simplemente porque la acusación viniera de intereses incon fesables, o bien porque ese país tratara con todo derecho de conquistar su independencia económica y de combatir intereses capitalistas en su propio territorio. Lo hemos visto en el pasado; no es una simple hipótesis. México ha sufrido in: tervenciones en su territorio, y esas intervenciones han sido extracontinentales y también de los Estados Unidos. Sabemos de lo que estamos hablando; sabemos que no es posible, si deseamos la unidad de América, dejar la puerta abierta para que en un momento cualquiera pueda recurrirse nuevamente a la intervención.
Los mexicanos sabían que cuando la intervención francesa de Maximiliano, los Estados Unidos no usaron su famosa Doctrina Monroe para defenderlos, y que la peor de las intervenciones Isufridas ocurrió cuando los Estados Unidos les robaron la mitad de su territorio. México no podia votar ese cheque en blanco de la infame resolución noventa y tres que ahora quieren aplicar a Cuba.
Se acusó de comunista a la Revolución Guatemalteca. Se acusa de comunista a la Revolución Cubana. ambas acusaciones son falsas, porque del estudio de las medidas tomadas para proteger a uno y a otro pueblo, se desprende que son medidas de corte capitalista. Entregar la tierra a los campesinos, como se hizo en Guatemala y. como se hace en Cuba, no es medida comunista. MacArthur hizo exactamente lo mismo en Japón, y aun en forma más radical que en Cuba. La diferencia está en que mientras Mac Arthur repartió tierras de los latifundistas y mi.
litaristas japoneses, en Guatemala y Cuba se repartió tierra detentada por capitalistas norte.
americanos. Llamaron democrática la Reforma Agraria de MacArthur, y lo era, pero llaman comunistas a las demás reformas, a sabiendas de que no lo son. Ese es el reinado internacional de la mentira.
Industrializar un país, como se está haciendo en Cuba, y como se quiso hacer en Guatemala, es medida razonable y progresista que pusieron en práctica primero que ningún país en América, los Estados Unidos. Ellos han dado el ejemplo. ellos quieren ver aquí industrias, pero controladas por ellos, y operadas con el bajo costo de nuestros salarios, para su beneficio, como la tienen en El Salvador. Si luchamos por una industria propia, somos comunistas. Cuba llegará a satisfacer las necesidades de su mercado, y podrá vender a los demás paises latinoamericanos. Esa es una competencia que los EE. UU.
ni pueden tolerar: eso es comunismo, necesariamente.
Como reclamó Guatemala, Cuba reclama igual dad de trato, respeto a su dignidad. Reclararon derecho para gobernarse como les pareciera ine.
jor. La Carta de la OEA, la Carta de San Francisco y la Declaración Universal de los Derechos Humanos contienen principios que garantizan libertad para que los pueblos se crganicen en la forma que quieran. Sin embargo, para las autoridades obedientes al Departamento de Estado, eso es simple literatura sobre la que puede pasarse impunemente, cuando de garantizar los privilegios de las grandes compañías se trata.
La presión y la agresión de que se hace victima a cualquier país que pretenda levanta, la cabe.
za e independizarse económicamente, está en absoluta discordancia con esos principios de libertad, pero se cometen con el mayor descaro y se emite pronunciamientos en las mismas constituciones que los contradicen abiertamente. La declaración noventa y tres de Caracas es la mejor prueba de conculcación de esos prircipios. Ni Cuba, ni Guatemala podrían gobernarse como quisieran. Se les califica de comunistas y eso justifica la agresión.
Sin embargo, el caso de Guatemala desperto al mundo. La reacción mundial de la prensa y de los intelectuales honrados y los obreros de casi todos los países fue de indignación. Desde entonces se habla en el mundo entero de Guate.
mala como de un caso de agresión infame. Eso no lo niega nadie. Cuando estaba escribiendo este trabajo, me mostraron la edición de Time de esta semana en la que se reconoce con la mayor tranquilidad esa intervención en Guatemala. En la página 25 de la revista, tercera columna, dice: Dos meses más tarde, con la ayuda de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, como socio silencioso, un coronel guatemalteco llamado Carlos Castillo Armas logró hacer triunfar su revolución. Eso lo dice el Time, la Biblia del capitalismo norteamericano, propiedad en buena parte de la United Fruit Company, y agrega que el Che Guevara corrió por las calles de Guatemala, tratando de organiqar grupos de resistencia, bajo el fuego de los aviones 47, con pilotos norteam ricanos sobre sus controles.
La situación de Cuba a pesar de haber segui.
do los agresores los mismos pasos que en Guate.
mala, no es la misma. Aquel crimen despertó al mundo. Hoy todos sabemos, y lo ha dicho con gran acierto el periodista más prestigioso de los Estados Unidos, Walter Lippman, que en Cuba no será posible la intervención armada, porque será eso como arrear sobre el suelo de América Latina a los cuatro jinetes del Apocalipsis. Los obreros, estudiantes y agricultores de casi todos los países de América del Sur han concertado pactos de mutua defensa con los obreros, estudiantes y agricultores de Cuba. Agredir a Cuba seria algo muy peligroso para la política exterior de los Estados Unidos, y acordar una intervención por parte de los países de la OEA, sería igualmente peligroso.
En el caso de Cuba han esgrimido la mal llamada Doctrina Monroe. Esa doctrina es parte de un informie presentado por el Presidente Mon roe al Congreso de los Estados Unidos en el año 1923. He aqui algunos de los principios de esa doctrina: uno dice que Estados Unidos no perhttirá que las potencias europeas establezcan nuevas colonias en América. Cualquier tentativa en ese sentido se tendrá como un acto hostil a Estados Unidos. Pero resulta que ese principio fue violado al establecer colonias británicas en las islas Malvinas. 1835. Belice (1859. Islas de la Bahía (1835) y Mosquitia (1847. Luego dice otro principio que Estados Unidos considera peligroso para su paz seguridad y fe.
licidad cualquier intervención de las potencias europeas en cualquier porción de los continentes americanos. Permitió su violación en el ataque a Tampico por España en 1829, la invasión anglofrancesa al Rio de la Plata, en el bloqueo francés contra Argentina y en muchos otros casos.
Otro decia que Estados Unidos no ha intervenido ni intervendrá en las guerras en los asuntos internos de las potencias europeas. Esto fue violado en el caso de Cuba, Puerto Rico, Guam y Fi.
lipinas en 1898. Finalmente hay otro principio, tal como lo enumera el libro de Guillerino Toriello La Batalla de Guatemala. el cual dice que Estados Unidos no intervendrá ni violará la soberanía de las repúblicas americanas. YO creo que éste no necesita comentarios entre ve.
cinos de Nicaragua y Panamá, escenarios de las más bochornosas intervenciones norteamericanas.
Así fue como la Doctrina Monroe, que resumían en la frase América para los americanos. quedó convertida en la doctrina de América para los norteamericanos. eso pretenden invocar en el caso de Cuba. ese trapo viejo fue el que invocaron en Guatemala, y el invocan siempre que sienten afecta dos sus enormes intereses económicos en America Latina. Hasta los llamados Partidos Populares del continente, amigos de los Estados Unidos, pusieron en su lugar la tal doctrina Monroe en su declaración de Lima. Esa declaración, que fic man representantes de los Partidos Acción De.
mocrática de Venezuela, Liberación Nacional de Costa Rica, Apra del Perú, Movimiento Naciona lista Revolucionario de Bolivia y Febrerista Revolucionario de Uruguay, han dicho que la doctrina Monroe es un instrumento de la intervención, y que ya no es válido invocarla.
Lo que pasa en Cuba es que están tratando de construir sobre la verdad. los calumniado.
res no les queda ya campo ahí. Están dándole tierra a los pobres campesinos, trabajo a los des ocupados, techo al que vive en la calle, pan a todos los cubanos. pesar de las mentiras no han logrado desorientar a nuestros pueblos: nues tros obreros y campesinos comprenden esa revelución llena de nobles mensajes. En Cuba no hay ejército que traicione, como lo hubo en Guatemala. Para liquidar la Revolución Cubana tendrán que acabar no sólo con todos los cubanos, sino con los millones de amigos que ese movimiento tiene en el Continente, y tendrán que cerrar millones de voces de protesta que se escucharán por Europa y Asia.
Por eso yo tengo fe en que de esta Conferencia de Cancilleres no saldrá una resolución que lesione los derechos del pueblo de Cuba. Por eso los Amigos de la Revolución Cubana esperaremos tranquilos las decisiones de los cancilleres. Si ellos interpretan el sentir de América no osarán atacar a Cuba. Porque estamos seguros de que así lo harán, nosotros, los amigos de ese heroico pueblo, les damos la bienvenida y les auguramos días de tranquilo debate bajo el hermoso cielo azul de nuestra tierra.
Versión taquigráfica de de Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.