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ADELANTE 17 DE ENERO DE 1960 Los acuerdos con Eisenhower COMO LO ANUNCIAMOS EN EL NUMERO 370, DE. ADELANTE PUBLICAMOS HOY LA PARTE FINAL DEL DISCURSO PRONUNCIADO POR NIKITA JRUSCHOV, AL REGRESAR LA UNION SOVIETICA DESPUES DE SU VISITA LOS ESTADOS UNIDOS Que el barómetro señale buen tiempo de buenas personas mientras que él, por lo visto, choca con algunos obstáculos que no le permiten realizar su deseo en el espíritu y en el momento en que él desearía. Aplausos. Quiero deciros, queridos amigos, que no dudo de la disposición del Presidente de poner en juego su voluntad y su fuerza para conseguir el acuerdo entre nuestros países crear relaciones amistosas entre nuestros pueblos y conseguir la solución de los problemas al orden del día en bien de la paz.
Al propio tiempo, tengo la impresión de que en Norte América hay fuerzas que actúan en dirección distinta a la del Presidente. Estas fuerzas son partidarias de continuar la guerra fría y la carrera armamentista. Si son grandes o pequeñas, influyentes o no, si pueden vencer las fuerzas que apoyan al Presidente y lo apoya la absoluta mayoría del pueblo norteamericano es cosa en la que yo no aventuraría una respuesta definitiva Deseos sinceros de relaciones normales Camaradas: el 25 de septiembre volvimos a entrevistarnos con el Presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca y nos trasladamos en helicóptero a su residencia de Camp David. Alli estuvimos el 25, el 26 y el 27 de septiembre. Sostuvimos francas y amistosas conversaciones, expusimos la actitud de nuestros respectivos gobier nos ante los problemas internacionales más importantes e igualmente sobre las cuestiones del mejoramiento de las relaciones soviético norte americanas. En estas entrevistas y conversaciones participaron e hicieron una útil labor el secretario de Estado de los Estados Unidos, señor Herter, el ministro de relaciones Exteriores de la URSS, camarada Gromiko, y otros camaradas que me acompañaban.
El resultado principal de nuestro intercambio de opiniones con el Presidente de los Estados Unidos está expuesto en el comunicado conjunto que publca hoy la prensa. No cabe duda de que este documento será acogido con satisfacción por todos los que están interesados en el afianza miento de la paz.
Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el Presidente y yo no pudimos. y eso es naturalbarrer, mano a mano, de un tirón, todo lo que la guerra fría ha ido amontonando durante muchos años. Para barrer esa basura, y no sólo barrerla, sino triturarja, se necesita tiempo. Están todavía demasiado recientes algunos fenómenos que nos separan. veces resulta difícil para algunos apartarse de las viejas posiciones, de las viejas opiniones, de las viejas fórmulas.
Pero os diré con toda franqueza queridos camaradas, que como resultado de las conversaciones y de la deliberación de problemas concretos con el Presidente de los Estados Unidos tengo la impresión de que él desea sinceramente acabar con el estado de guerra fría. establecer relaciones normales entre nuestros países, contribuir al mejoramiento de las relaciones entre todos los países. Atronadores aplausos. La paz es ahora indivisible no puede ser garantizada con los esfuerzos de dos o tres países. Por eso hay que luchar por la paz de modo que en esta lucha participen todos los pueblos, todos los Estados.
Hemos intercambiado opiniones con el Presidente de los Estados Unidos sobre los problemas del desarme. El señor Eisenhower declaró que el gobierno de los Estados Unidos estudia nuestra propuesta y que los EE. UU. igual que nosotros, quieren el desarme total con la implantación del control Pareciera que no deberíamos tener razones para demorar la solución de este problema. Pero, de otro lado, la cuestión del desarme es tan seria que no se puede exigir de nuestros interlocutores que la resuelvan rápidamente sobre la marcha. Desde luego, esta cuestión hay que estudiarla para hallar una solución que cree efectivamente confianza y asegure el desarme y la coexistencia pacífica entre los Estados.
Por eso no debemos apresurarnos a hacer ahora manifestaciones, tengamos paciencia, dejemos a los estadistas estudiar nuestras propuestas. Pero no permaneceremos inactivos, sino que demostraremos una y otra vez la necesidad del desarme absoluto y general. Consideramos nuestras propuestas como base del acuerdo. Estamos dispuestos a estudiar toda la enmienda a nuestro documento a nuestras propuestas. Estamos dispuestos también a discutir otras propuestas, si alguien las hace y si tienden hacia los fines que nosotros perseguimos.
Hemos intercambiado opiniones con el Presidente sobre el problema alemán, sobre la conclusión del tratado de paz.
Hemos procurado demostrar y creo que lo hemos logrado que en Occidente se interpretaban mal nuestras propuestas acerca del tratado de paz. Algunos ponían en esto excesiva vehemencia, asegurando que presentábamos un ultimátum, etc.
Los que procedían de tal modo se guiaban a todas luces por el deseo de prolongar el estado de guerra fría. Llegaban al punto de afirmar que nuestras propuestas de concertar el tratado de paz con Alemania son poco menos que la declaración de la guerra. Hay que perder toda decencia para tergiversar así la política de paz de la Unión Soviética.
Hemos intercambiado también opiniones sobre la celebración de la entrevista de los jefes de gobierno. Tanto el Presidente Eisenhower como yo hemos expuesto la actitud de nuestros gobiernos y convenido en que esa entrevista es necesaria y útil.
Hemos intercambiado opiniones con el Presi dente de los Estados Unidos sobre su visita de respuesta a la Unión Soviética. Al principio, el Presidente se proponía venir a la URSS por las últimas fechas de octubre próximo. Sin embargo, me preguntó qué época del año es la más conveniente para viajar a nuestro país. Yo reflexioné. Nosotros los moscovitas, amamos Moscú en todas las estaciones del año.
Pero para nosotros, como para todas las personas, el periodo más agradable es la primavera, que encarna la alegría, el floreciente e impetuoso despertar de la vida. Por eso le dije que lo mejor, a mi modo de ver, sería venir a fines de mayo o principios de junio. Sería excelente que el señor Eisenhower nos visitara con su esposa, su hijo y su nuera, con los nietos. Nos complacería ver también al hermano del Presidente, que vino a nuestro país con el señor Nixon.
El Presidente tuvo la amabilidad de invitarme a visitar su granja. Me mostró sus maizales; era imposible que visitara al Presidente y no viera su maíz.
Vi las magníficas terneras y bueyes de la granja de Eisenhower. Cierto. debo decir que esta granja no es muy grande para ser del Presidente, si se tiene en cuenta las proporciones de tan grande y opulento Estado. Es una granja mediana, y la tierra regular. Pero el Presidente me dijo que quiere trabajar para mejorar la tierra y dejar así buena memoria de él.
El tiempo es un buen consejero; como dicen los rusos: la mañana es más clara que la tarde.
Este refrán es muy sabio. Esperemos la mañana, y con mayor razón aun porque hemos llegado por la tarde y estoy hablando casi de noche. puede ser que pase más de una mañana hasta que lo aclaremos bien. Pero no esperemos con los brazos cruzados a que llegue el famanecer para ver hacia dónde se inclina la aguja de las relaciones internacionales.
También por nuestra parte haremos todo lo posible para que la aguja del barómetro no se incline hacia la tormenta ni siquiera hacia el tiempo inestable, sino que señale tiempo despejado. Prolongados aplausos. Estoy seguro, camaradas, de que las circunstancias actuales, cuando las fuerzas de la paz han crecido incomparablemente, cuando el campo socialista cuenta con cerca de mil millones de hombres y dispone de inmensas posibilidades productivas. Cuando la Unión Soviética ha logrado gran prosperidad en la industria y en el agro en la ciencia, la técnica y la cultura. podemos hacer mucho en bien de la paz.
En nuestra actividad nos basamos en la razón, en la verdad en el apoyo de todo el pueblo.
Además, nos apoyamos en nuestra vigorosa potencia. que lo sepan quienes desean mantener el estado de guerra fría para convertirla tarde o temprano en caliente que sepan que en nuestra época puede comenzar la fuerra sólo un loco y que él morirá en las llamas de la conflagración.
Los pueblos deben poner a esos locos la camisa de fuerza. Nosotras creemos que la salt duría estatal, la razón humana triunfarén. Aplausos. Repitamos las hermosas palabras de Pushkin. Viva la razón. Abajo las tinieblas. Queridos camaradas moscovitas. nos sentimos infinitamente felices de haber regresado a la patria, de ver los rostros queridos de los soviéticos.
Viva el gran pueblo soviético que construye triunfalmente el comunismo bajo la dirección del glorioso partido leninista. Aplausos. Viva la amistad soviético norteamericana. Prolongados aplausos. Viva la amistad entre todos los pueblos del mundo. Clamorosos y prolongados aplausos.
Todos se ponen de pie. Jruschov y los nietos de Eisenhower En la granja conocí a los nietos del Presidente y celebré una conferencia con ellos. Les pregunté si querían venir a Rusia, a Moscú. El mayor de ellos tiene 11 años y la nietecita tres o cuatro.
Yo me procuré su apoyo. En broma, dije al Presidente que me resultaba más fácil ponerme de acuerdo sobre la visita de respuesta con sus nietos que con él porque los niños están rodeados Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.