Páglan ADELANTE SECCION EDITORIAL Pronunciamientos de candidatos no despiertan interés de las masas La campaña electoral ha entrado en su etapa final Pasada la tregua de diciembre, los partidos se han apresurado a exhibir todos sus recursos y posibilidades para poner de relieve su fuerza.
Una cosa es evidente: el frío, la falta de entusiasmo con que el pueblo contempla los actos eiectorales.
Falta menos de un mes para las elecciones y pareciera que estamos a no menos de seis meses de las mismas.
Qué es lo que pasa? Por qué tanta indiferencia?
Todos los candidatos presidenciales se sienten portavoces del pueblo; todos se duelen de sus problemas y ofrecen resolverlos. Pero a la hora de entrar en materia, tanto en los discursos do plaza pública, como en los programas de radio, como en las secciones de prensa, los grandes problemas nacionales, aquellos que realmente interesan al pueblo porque le tocan de cerca, porque afectan su nivel de vida, o no son abordados, o lo son de una manera que sólo interesa a la clase patronal, o no interesa a nadie.
Asi por ejemplo. El problema eléctrico nacional ha sido puesto de lado por todos los candidatos. Hasta Orlich, que podría hacer propaganda con las realizaciones del ICE, guarda si lencio o tiene la prudencia de no decir unas palabra sobre la nacionalización de las redes propiciaria ningún aumento de salarios porque plantas del trust eléctrico, obra sin la cual de nada servían. Pero que abarataria la vida las plantas que controla el ICE no sirven a la Luego recogió e hizo suya la frase de uno del causa de la verdadera liberación nacional de las auditorio de que eran mejor los dos colones cingarras de la Bond and Share.
cuenta del tiempo de León Cortés que los ocho En re ación con el palpitante y agudo problecincuenta de ahora. Con este anteamiento, ma de la tierra, Orlich archivó su modesto y Echandi halagó los oídos de los finqueros de Tutimido programa, el contenido en el llamado rrialba, que como todos sus colegas abogan por Proyecto de Tierras y Colonias.
Por su parun nivel bajo de salırios, mientras venden el cate, Echandi ofrece en este particular una piltra fé, como lo han venido vendiendo, a más de 55 fa. En su discurso de Turrialba dijo así: mi dólares el quintal. Una vez más tenemos que gobierno deđicará una gran atención al ordent decir que no es cierto que los aumentos de salamiento de la Hacienda Pública; luego de reali rios se neutralicen automáticamente con un au.
zado, procurará hacer un ahorro y, con base en mento de precios. Si no fuera el alto arancel do él, se adquiririan algunas fincas en Turrialba pa aduanas, que nada tiene que ver con el nivel ra distribuir entre campesinos. No dijo si tal de los salarios, los ocho colones cincuenta de sadistribución, de llegarse a efectuar, iba a lario mínimo que se están devengando en los gratuita o pagada. En todo caso, piensen nues cafetales estarían llenando en gran medida las tros lectores que entusiasmo puede despertar necesidades de las familias de los trabajadores entre los campesinos pobres semejante progra de esta rama de la agricultura, ma agrario Sobre el Código de Trabajo Echandi dijo en En materia de salarios, los candidatos no an Turrialba que no se reformaría bajo su gobierno dan mejor. Orlich y sus propagandistas se pro en perjuicio de los trabajadores. Dito estuvo nuncian por un alto nivel de salarios, pero el bien. Pero agregó que introduciría las reformas pueblo los mira con reservas, teniendo en cuenta necesarias para adaptar e a nuestra realidad.
que el aumento del arancel de aduanas ha enca Tras esta frasecita engañosa, se oculta siempre la recido tanto la vida, que los aumentos de sala pretensión de los patronos reaccionarios de suvos han resultado nu. os o casi nulos.
Echandi anda peor. En Turrialba dijo que no (Pasa a la Pág. ser Los Comunistas y la Legión del Caribe El Diario de Nueva York regaló a sus lectores, el día de Navidad, una información truculenta, preparada con todos los condimentos con que se acostumbra preparar las lecturas que el imperialismo fabrica para el ingenuo pueblo de los Estados Unidos. Es posible que a los pobres norteamericanos, tan atormentados con el histerismo be icista de Dulles y compañía, se Jes haya parado los pelos de punta, esperando los graves acontecimientos anunciados por el Diario de Nueva York.
Según el citado periódico los comunistas de El Salvador, de Cuba, de Nicaragua y de Guatemala, van a ejecutar un tenebroso plan de aseeinatos políticos, bajo la dirección de los camaradas costarricenses a través de la Legión Caribe.
tibe.
Por supuesto toda esta barata truculencia quitá pueda ser creida en los Estados Unidos; pero por estas latitudes es muy difícil encontrar en os lectores tánta candorosidad. El mismo periólico La Nación. que reprodujo con interés politico la mencionada información. editorializó alificando de falta de seriedad al diario newyorkino.
Sin embargo, no hemos podido sustraernos al deseo de referirnos a la Legión Caribe, y a la identificación que, de dicho ejército con el movimiento comunista, pretenden hacer ciertos intereses.
La Legión del Caribe arribó a nuestras costas en el año 1947 con el propósito de derribar al gobierno de aquel entonces, que apoyaban los comunistas. Legionarios y comunistas se enfrentaron con las armas en la mano, y cuando la intervencin norteamericana contra el gobierno de Picado determinó que éste, por debilidad, capitulara y abandonara el país, los comunistas acordaron entregar las armas y pactar con quien en ese momento jefeaba a las fuerzas armadas insurrectas, el señor Figueres. El honor que garantizaba ese pacto fue pisoteado por las fuerzas dirigidas por Figueres, y los legionarios del Caribe cargan con la responsabilidad histórica de haber permitido, cuando menos, que sus compañeros de armas desataran la más criminal persecución contra las fuerzas leales, especial Inente contra los comunistas.
Los comunistas pueden coincidir con los legionarios del Caribe en su oposición a las dictaduras del Caribe. Pero discrepan en cuanto a los medios de terminar con esas dictaduras. es este el aspecto que tratan de ignorar, con fines aviesos, los politiquillos anticomunistas que hacen el juego a las dictaduras pro imperialistas del Caribe.
En Costa Rica los comunistas en sus publicaciones, que han sido abundantes, siempre se han pronunciado contra todas las formas de lucha en que no participan las masas, los pueblos. en este sentido han sido intransigentes hasta con sus más cercanos amigos de la época en que se realizó la reforma social.
Cuantas veces los calderonistas, a quienes hoy están apoyando en sus papeletas diputadiles, pretendieron volver al poder mediante golpes de Estado y otros procedimientos en que no participaban las masas trabajadoras, los comu istas se pronunciaron en contra, incluso ganando las sospechas de algunos intransigentes, que cpinaban que se habían vendido a los gobernantcs.
Con respecto a los comunistas los costarricenses pueden o no tener discrepancias, pero reconocen que actúan apegados no sólo a sus ideajes, sino también a ciertos principios que han extraído en la lucha de los pueblos al través de centenares de años, y que tratan de aplicar con agilidad.
Los comunistas vienen repudiando pública mente también el atentado personal, que les atribuye como arma de lucha el Diario de Nue va York, desde que Marx elaboró los fundamentos teóricos y tácticos del Partido, y en Rusia primero Plenajov y después Lenin dieron con el Partido una dura bata la, con la bandera del marxismo, a los nihilistas que propugnaban el terrorismo como arma efectiva contra el régimen imperante. Los comunistas terminaron por acabar con ese régimen organizando al pueblo y llevándolo a la lucha activa contra sus enemigos.
La justeza de la línea de acción de los comunislas quedó comprobada cuando con muy pocos años de lucha organizada del pueblo, lograron vencer al enemigo que los antiguos revoluciomarios nihilistas quisieron vencer durante largos años mediante el terror.
Sólo por ignorancia o por mala fe puede exp icarse el hecho de que ante la opinión pública se trate de presentar a los comunistas con mpas que no le pertenecen. tanto se ha abusado de la des ealtad y de la infamia contra ellos, que poco a poco, hasta los más inenguos ponen sobre aviso, asqueados, cuando los politiquilios reaccionarios atacan a los comunistas.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.